Fernando Bergasa y Cristina Ávila, presidente y vicepresidenta de Idalia Capital.

Fernando Bergasa y Cristina Ávila, presidente y vicepresidenta de Idalia Capital.

Fondos de inversión

Los exjefes de Redexis se lanzan a por rentabilidades del 20% con un fondo de hidrógeno y energías frontera

Fernando Bergasa y Cristina Ávila montan la gestora Idalia Capital. Su primer fondo de capital riesgo aspira a levantar 750 millones de euros.

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Los exjefes de Redexis, Fernando Bergasa y Cristina Ávila, inician nueva etapa profesional. Tras abandonar las funciones ejecutivas de la distribuidora de gas el pasado mes, ultiman la puesta en marcha de Idalia Capital, gestora de capital riesgo que invertirá en hidrógeno y otras nuevas energías “frontera” de la transición energética. Su primer fondo de inversión aspira a levantar 750 millones de euros y dar a los inversores una rentabilidad neta anual de en torno al 20%.

Antes de empezar a operar con Idalia, que ya recibió la preautorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el pasado septiembre, está inscrita en el Registro Mercantil de Madrid y solo le falta el registro definitivo en el supervisor a lo largo de las próximas semanas, ambos directivos tuvieron que abandonar sus funciones ejecutivas en Redexis.

Eso sucedió en diciembre. El consejo de administración de Redexis aprobó una nueva estructura de su cúpula ejecutiva, con Bergasa como nuevo presidente no ejecutivo y Ávila como asesora sénior del consejo. El nuevo consejero delegado de la distribuidora de gas es Fidel López Soria, llegado desde Ferrovial Servicios.

Bergasa y Ávila, que poseen al 50% la gestora Idalia, esperan que esté habilitada en el primer trimestre y negociando “intensamente” el primer cierre del fondo en el segundo trimestre, tal y como avanzan en conversación con EL ESPAÑOL-Invertia.

Este primer fondo (Idalia Capital I FCR) invertirá en una cartera de entre seis y 12 compañías, con un ticket medio de 50 a 100 millones de euros en cada una de ellas. Bautizado como artículo 9 según el reglamento europeo de finanzas sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés), el máximo nivel, se centrará en los activos de la transición energética, aquellos que “contribuyan de manera clara a la consecución de los objetivos de transición energética en España, la Unión Europea y el mundo occidental”.

Energías emergentes

Pero, según matizan, “no es un fondo de renovables clásico”. Se dirigen a “tecnologías probadas donde, sin embargo, el despliegue está todavía por hacer”. Esto es, generación y almacenamiento de energía a partir del hidrógeno en baterías, biometano y gases renovables en general o soluciones de movilidad sostenible novedosas. En palabras de estos expertos, se trata de un fondo de “frontera de la transición energética”.

“Los activos renovables más clásicos -eólica o fotovoltaica- ya son maduros en cuanto a rentabilidad. Aquí el riesgo es mayor por el despliegue, pero el potencial de rentabilidad también es bastante mayor”, sostiene Bergasa.

Hidrógeno verde.

Hidrógeno verde. Laura Ojea

El almacenamiento de energía (baterías) y el hidrógeno verde se están posicionando con fuerza en el mercado de las tecnologías limpias emergentes. Se han convertido en los protagonistas de los programas de inversión de las grandes compañías y en prioridad para el uso de los fondos europeos. Estos sectores son, sin duda, los principales beneficiados del plan Next Generation EU y del Green New Deal europeos. Y así ha sido con la reciente aprobación del PERTE ERHA (sobre Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento), que prevé movilizar una inversión total superior a 16.300 millones de euros, centrada especialmente en estos dos vectores de la industria energética emergente.

El fondo de capital riesgo que pronto circulará entre los inversores prevé devolver múltiplos de rendimiento de 2,5 veces el capital inicial aportado gracias a la toma de participaciones en las empresas que desarrollan estas nuevas soluciones energéticas. Al menos el 50% de las inversiones se concentrarán en España, yendo el resto a otros mercados de la UE y, potencialmente, a otros países desarrollados de la OCDE.

“Aspiramos a atraer a algunos de los inversores institucionales europeos de relevancia”, confían los dos directivos, y “es posible que algunos de los accionistas de Redexis comprometan dinero en el fondo”. De hecho, reconocen, “algunos ya han mostrado interés”.

Los dos expertos mantienen las distancias necesarias con Redexis y su antigua etapa directiva para no caer en posibles conflictos de interés, de ahí el proceso que acordaron para su “sucesión ordenada”.

Dos décadas para invertir

Su vocación es “crear con Idalia una gran firma de inversión de largo recorrido”, dado que “la transición energética va a dar una o dos décadas intensas de inversión”, según sus estimaciones. Su leitmotiv es “apoyar a la transición energética en España y apoyar a las empresas punteras, que hay muchas en nuestro país”.

Con todo, la experiencia de Redexis, los conocimientos y los contactos adquiridos durante su mandato serán muy valiosos. La compañía, dedicada a la distribución, transporte y comercialización de gas y GLP (gas licuado de petróleo), conoce bien cuál va a ser la evolución de un sector abocado a la descarbonización. De hecho, en octubre de 2020 inició un plan para desarrollar el hidrógeno verde con un plan de inversiones de 60 millones de euros para proyectos relacionados con el hidrógeno y los gases renovables en el horizonte 2025, y en el último año se ha centrado en promocionar su negocio de instalación de autoconsumo solar, tanto en el segmento doméstico como industrial.