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Casi tres años después de que se iniciara la polémica, Natixis Investment Managers y H2O Asset Management han encontrado la fórmula para desligarle accionarialmente. En noviembre de 2020, Natixis ya dijo que vendería su participación en H2O tras su grave crisis de reputación.

Hoy es ese día. En un comunicado conjunto, el grupo de inversión galo anuncia que la desinversión se llevará a cabo en un proceso de dos fases: en primer lugar, la enajenación del 26,61% del capital, que tendrá lugar hoy mismo; en segundo término, “dentro de cuatro años y en un máximo de seis años”, a la espera de las autorizaciones reglamentarias necesarias, la enajenación de la participación restante del 23,4%. Su desligamiento total, por tanto, será entre 2026 y 2028. Hasta la fecha, Natixis contaba con un mayoritario 50,01%.

Una vez concluida esta operación, Natixis IM dejará de estar representada en el consejo de administración de las empresas del grupo H2O AM. Para tener éxito en esta nueva etapa de su desarrollo, la boutique británica refuerza su estructura con: una gobernanza renovada que supone la introducción de consejos de supervisión con una mayoría de miembros independientes para todas sus empresas de gestión de inversiones con sede en Europa; el refuerzo de las reservas financieras o la reintegración por completo de las actividades de distribución.

Pero, quizá el aspecto más relevante es quién sustituye a Natixis en el capital social de H2O. Y esos serán los propios empleados de la firma, dando lugar a una nueva generación de accionistas. Algunos empleados adquirirán una participación en el capital de H2O AM, mientras que otros aumentarán su participación, “sin que se eleve el capital social de los dos fundadores”, esto es, Bruno Crastes y Vincent Chailley. De esta forma, el número de empleados-accionistas pasará a ser de 40, lo que representa la mitad del equipo de la empresa.

“Se inicia así un nuevo capítulo en el desarrollo de H2O AM, con un enfoque en su gama de fondos y en particular en global macro, teniendo en cuenta la reconocida experiencia del equipo de gestión de activos de casi 30 años con su capacidad para ofrecer rendimiento y diversificación en los horizontes de inversión”, firman ambas entidades.

Lars Windhorst, el origen del problema

Esta decisión de Natixis fue motivada por la fuerte crisis reputacional que se originó en junio de 2019, cuando Morningstar y el diario ‘Financial Times’ advirtieron de que varios fondos de H2O tenían bonos relacionados con Lars Windhorst, un empresario alemán con un historial de problemas legales.

Se intentó vender de urgencia tales posiciones, pero no hubo éxito. Luego se impuso un corralito parando suscripciones y reembolsos en los fondos afectados por los activos ilíquidos, y se crearon compartimentos de segregación donde poder depositar los activos con problemas de valoración. Se reabrieron en octubre de 2020, pero el daño ya estaba hecho.

En la reapertura, H2O aún gestionaba unos 20.000 millones de euros, cifra que ha bajado considerablemente hasta los 13.900 millones a cierre de 2021. Natixis la había traído a España en 2017, pero en adelante tendrá que desenvolverse sola.

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