Las entidades se apresuran a lanzar fondos de bonos para explotar los mayores tipos
Los inversores conservadores mueven casi 7.800 millones a los fondos de renta fija a pesar de que este año bajan un 4,3%.
A pesar de las fuertes caídas y de su punto más crítico desde 1994, los inversores han abierto los brazos en masa a los bonos. Por ende, las entidades, conscientes de que las subidas de tipos empiezan a dejar un escenario más amable para los ahorradores conservadores con más oportunidades para rentabilizar su dinero, se apresuran a estrenar nuevos fondos de renta fija con los que aprovechar la senda alcista del precio del dinero.
Porque los tipos de interés son la ‘materia prima’ de la que se nutren los gestores de renta fija y, cuanto más altos estén, más pólvora tendrán sus fondos. La ventana que se abre es muy atractiva para aquellos inversores que dispongan de liquidez y entren al mercado ahora.
Por su parte, a quienes la subida les ha pillado a contrapié, la ‘nueva normalidad’ de los bonos les hará recuperar una parte de las pérdidas acumuladas, aunque no todas.
Varias entidades han leído bien el contexto y se han dado prisa para complementar una gama que estaba descubierta por ese lado. Una de ellas es March Asset Management, que ha estrenado el fondo March Renta Fija Flexible, vehículo que podrá invertir en deuda pública y privada, titulizaciones, deuda subordinada y hasta un 25% en bonos contingentes convertibles (CoCos).
Esta nueva hornada de fondos de renta fija también lleva aparejadas duraciones más altas de las emisiones. En el caso de la gestora de Banca March, la duración media máxima de la cartera será de diez años, tal y como concreta su folleto.
En paralelo a los 'garantizados'
March AM, una gestora especialmente volcada con la renta variable, tenía en su escaparate algunos fondos hucha o ultraconservadores como el March Tesorero, el March Renta Fija Corto Plazo o el March Patrimonio Corto Plazo, pero no contaba con ninguno de renta fija con suficiente amplitud y flexibilidad como para ser parte central de una cartera.
Otra firma que se ha dado cuenta de esta disyuntiva es Solventis, que ha estrenado el fondo Solventis Cronos RF Internacional. Gestionado por Josep Rios de la Mora, que se incorporó al grupo hace algo más de un año desde AXA, el vehículo invertirá en bonos gubernamentales y corporativos.
Las emisiones de menor calidad crediticia estarán limitadas por folleto a un máximo del 50%, mientras que la duración media de la cartera podrá llegar hasta los diez años.
Esta segunda oleada de fondos de bonos llega después de una primera en los meses precedentes en la que bancos y aseguradoras reabrieron el grifo de los fondos pseudogarantizados, ligados en esta ocasión a la deuda pública española e italiana, con vencimientos a 2024, 2025, 2026 y 2027.
[El inicio de subida de tipos, una oportunidad para obtener rentas periódicas]
Estos dieron el pistoletazo de salida a sus ‘hermanos mayores’, y algunas entidades aún siguen apostando por ellos. Sin ir más lejos, esta semana es Laboral Kutxa quien presenta el Laboral Kutxa Horizonte 2026, con una TAE no garantizada del 1,5% y un reparto de siete rentas semestrales del 0,75%.
Prueba de la necesidad que tienen los ahorradores conservadores de productos de deuda pese a su cataclismo es que, durante el primer semestre, los fondos de renta fija han registrado suscripciones netas de casi 7.760 millones de euros -cinco veces más que los de renta variable internacional, la segunda categoría que más capta- cuando sus pérdidas acumuladas son del 4,3% en promedio, con datos de Inverco.
Lo peor "ya ha pasado"
Según Francisco Quintana, director de Estrategia de Inversión de ING España, si bien “la bolsa es más difícil de predecir, el batacazo de la renta fija ya ha pasado”. “Si finalmente la inflación empieza a ceder, podría hacer que los bancos centrales redujeran la presión sobre los mercados y eso daría un respiro. Una economía que se enfría no es buena para la bolsa, pero, por ejemplo, sí lo es para los bonos”, recuerda el experto.
Sería una señal de que los mercados empiezan a funcionar con “normalidad”, opina Quintana, ya que lo que ha podido observarse hasta junio no era normal, con la renta fija y la renta variable cayendo a la vez.
“La amenaza de recesión sigue ahí, pero también es cierto que las valoraciones de las acciones y los bonos han caído por debajo de las medias a largo plazo. Es decir, que si comparamos con la historia, estos precios suponen una muy buena oportunidad de comprar empresas o bonos a precios muy razonables”, esgrime el experto de ING.