Los inversores creen que las añadas 2023 y 2024 del capital riesgo serán “muy buenas” por la relajación de precios
La falta de compromisos hace que las empresas de 'venture capital' rebajen sus valoraciones para atraer capital y no quedarse sin dinero.
El capital riesgo y los fondos alternativos en general vuelven a ganar atractivo tras un año algo alejados de los inversores a causa del elevado precio al que cotizaban antes y por la rápida subida de los tipos de interés. Algunas entidades ya apuntan a las añadas de 2023 y 2024 como las mejores para entrar desde hace tiempo.
Así lo expresó Luis Sánchez de Lamadrid, director general de Pictet Wealth Management, en el último evento del Revolution Banking organizado por iKN Spain: “Durante y justo después de las crisis, construir cartera en capital riesgo es una muy buena oportunidad. 2022, 2023 y 2024 serán muy buenas añadas para el capital privado, eso sí, siempre que se invierta a largo plazo”.
“Los múltiplos tan altos a los que cotizaba el activo hace un par de años”, cuando la burbuja tecnológica post-Covid, “se están relajando poco a poco”, aseveró Sánchez de Lamadrid. “Actualmente, estamos viendo un ajuste entre los precios que están pagando los fondos de capital privado y lo que piden las empresas que quieren vender. Los precios están bajando y para clientes con experiencia es buen momento para entrar en capital riesgo”.
[El capital riesgo fue tres veces más rentable que el Ibex 35 en los últimos 15 años]
En un informe de mercados, Alantra Wealth Management anticipa que debería empezar a verse un retraso en las distribuciones que están recibiendo los partícipes y un alargamiento de la vida de los fondos. “Los gestores no quieren vender a malos precios y prefieren esperar un par de años más antes de vender sus participadas para proteger las previsiones de rentabilidad de las inversiones”, explica la firma.
La falta de nuevos fondos, la cautela a la hora de invertir y el retraso en la venta de participadas está provocando la primera corrección (“suave”) del private equity desde 2008 y caídas más acentuadas en otros activos alternativos como el inmobiliario de oficinas o el venture capital.
Falta de compromisos
“En 2023 y 2024, es probable que veamos mayores y paulatinos ajustes en las valoraciones de los mercados privados”, esto es, una ventana por la que entrar a estos activos de una forma más barata y con más potencial de subida, puntualiza Ignacio Dolz de Espejo, socio director de Estrategia de Inversión de Alantra WM y director de Soluciones de Inversión y Producto de Mutuactivos.
“Históricamente, se ha visto que las añadas posteriores a años complicados en los mercados cotizados suelen ser buenos momentos de entrada porque se levantan menos fondos, que pueden elegir mejor entre las posibles compras y adquirirlas a mejores precios”, añade Dolz de Espejo.
Por citar un ejemplo, la falta de nuevos fondos o compromisos está haciendo que las empresas de venture capital tengan que rebajar sus valoraciones para atraer al capital ante el riesgo de quedarse sin dinero, por lo que sus valoraciones están contrayéndose de manera mucho más rápida que en private equity.
Además, este tipo de empresas suelen tener un alto componente tecnológico, sector muy impactado por la crisis de 2022. Las subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE) para combatir la elevada inflación pincharon su burbuja. Los inversores se mudaron hacia la renta fija a medida que ésta recuperaba los cupones de antaño y salieron de sectores ‘calientes’ como la tecnología, haciendo que sus valoraciones se desplomaran.
Democratización del capital riesgo
La normalización o recuperación del capital riesgo llega justo en un momento en el que países como España han abierto la posibilidad de invertir en estos fondos desde mínimos más bajos, dando acceso a los inversores minoristas con algunos condicionantes. A este respecto, Ali Dibadj, consejero delegado de Janus Henderson Investors, recordaba en la última conferencia anual de la gestora que la democratización de los activos privados es una tendencia que lleva muchos años produciéndose y que “va a durar décadas y décadas”.
Esa democratización conlleva una mayor sofisticación del inversor final y del gran consumidor. No obstante, Dibadj se cuestionaba si todos los inversores finales deben tener activos privados en cartera. Pero, “lo que es seguro, es que es una tendencia que va a seguir profundizándose”.