Los asesores financieros empiezan a migrar a la figura más barata y 'light' que ya ofrece la CNMV
Emérito Quintana, Araceli de Frutos, Fernando Primo de Rivera, Inverdif o Nextep son algunos de los que ya se han reconvertido.
Migración masiva hacia una figura con menos capacidades operativas, pero más barata en términos regulatorios. Eso es lo que están haciendo los asesores financieros de España. En lo que llevamos de 2024, cerca de 50 firmas unipersonales o jurídicas han cambiado su licencia de empresa de asesoramiento financiero (EAF) por la de empresa de asesoramiento financiero nacional (EAFN).
El contexto viene propiciado por la Ley 6/2023, de 17 de marzo, de los Mercados de Valores y de los Servicios de Inversión, que ha introducido varios cambios de calado entre las firmas de inversión. Uno de los más importantes fue la creación de la nueva figura de EAFN.
Estas empresas pueden ofrecer servicios de inversión, pero limitados por la tipología de actividad comercial que desarrollen o los activos subyacentes que utilicen. Y solamente pueden hacerlo dentro de España. Por citar un par de ejemplos, no cuentan con el pasaporte europeo para ofrecer sus servicios en la Unión Europea ni tampoco pueden asesorar sobre derivados financieros.
Entre los que ya se han transformado del formato más completo y caro al nuevo, que es algo más light y barato, hay asesores físicos como Emérito Quintana, Araceli de Frutos, Fernando Primo de Rivera, Javier Kessler, John Siska, Jorge Daniel Eguidazu o Juan Manuel Vicente Casadevall, entre otros viejos conocidos del sector. Muchos de ellos asesoran fondos de inversión muy populares: Numantia Patrimonio Global, Alhaja Inversiones o Bluenote Global Equity son algunos de ellos.
Los asesores jurídicos -esto es, los que no son unipersonales- también han empezado a dar el salto. Avantage Capital, Equinox Capital, Inverdif Asesores, Juno Capital, Nextep Finance o Sport Global Consulting Investments están entre los primeros, según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Diferencias
La normativa establece que todas las EAF que sean personas físicas deben pasar obligatoriamente a EAFN. Mientras que las jurídicas pueden elegir entre un formato u otro.
El principal requisito para la constitución de una EAFN es el de contar con un capital social inicial de 50.000 euros y disponer de un seguro de responsabilidad civil. Por su parte, la aportación inicial exigida a las EAF pasa de los 50.000 a los 75.000 euros. Si bien ambos modelos están igualmente supervisados por la CNMV.
Carlos García Ciriza, presidente de Aseafi, cree que “como el cumplimiento normativo aprieta, es normal que haya EAF que se decidan por esa figura”, en referencia a las EAFN. Una figura que es “más ligera”.
De momento, todas las nuevas EAFN son transformaciones de antiguas EAF. No hay ninguna de nueva creación.
De las cerca de 140 EAF que había en 2023, un tercio ya ha optado por reconvertirse a EAFN y así pagar menos. Todavía quedan más de 90 por decidirse, pero todo parece indicar que otras muchas seguirán el mismo camino, que sólo ha hecho más que empezar.