Un panel del Palacio de la Bolsa de Madrid muestra la cotización de Inditex.

Un panel del Palacio de la Bolsa de Madrid muestra la cotización de Inditex. Europa Press

Fondos de inversión

Un tercio de las grandes compañías españolas aún se resiste a crear un área de 'venture capital'

Un informe de BackFund pone de manifiesto que sólo cuatro de cada diez cuentan con una cartera formada por más de diez startups.

3 octubre, 2024 02:22

Las grandes compañías españolas poco a poco se van introduciendo en el mundo del venture capital corporativo, aunque todavía tienen muchos deberes por hacer. Según el informe ‘El Corporate Venture Capital en España’, realizado por BackFund, ocho de cada diez empresas (el 82%) han invertido en alguna startup, aunque sólo un 67% cuenta con un área, equipo o estructura de corporate venture capital (CVC) consolidada.

El informe, elaborado a partir de entrevistas a directivos de 50 grandes empresas españolas, subraya deficiencias como que estas inversiones no están todavía lo suficientemente diversificadas, pues sólo cuatro de cada diez cuentan con una cartera de inversión formada por más de diez startups.

Cuando el estudio de BackFund analiza las barreras que encuentra ese 18% de grandes compañías consultadas que no han invertido todavía en ninguna startup, o ese 33% que no dispone de vehículo de CVC, se extrae que la principal barrera detectada es la percepción de que no tienen esa necesidad o que el momento no es el oportuno.

Le sigue la falta de apoyo por parte de la dirección o la falta de alineación entre la alta dirección y los mandos intermedios a la hora de imprimir relevancia a las iniciativas de inversión.

A continuación, destaca la existencia de experiencias negativas previas (inversiones que no obtuvieron los resultados esperados) o la falta de recursos o presupuestos suficientes para montar un CVC, optando por otros modelos o iniciativas de innovación abierta.

De entre las que sí cuentan ya con un CVC, el 65% de las empresas analizadas se focaliza en startups en fase semilla o series A. Esto les permite acceder a sus tecnologías emergentes con un mínimo grado de madurez que garantice su viabilidad y potencial de escalabilidad, y además ejercer un impacto positivo en su desarrollo, poniendo a su disposición recursos esenciales que potencian su crecimiento y consolidación.

En cuanto a los objetivos que persiguen, el 64% aduce un fin puramente estratégico, y sólo un 10% se centra exclusivamente en lograr un retorno financiero. El 21% combina ambos objetivos, y un 5% hace referencia a generar impacto.

Menos de cinco años

Lo cierto es que este fenómeno, que gana en popularidad con el paso de los meses, es muy reciente en nuestro país. Casi la mitad de las iniciativas de innovación abierta registradas tienen menos de cinco años de trayectoria. Y lo más habitual es que las organizaciones que cuentan con más recursos, ya sea en términos de tamaño, antigüedad o internacionalización, se apoyan con mayor frecuencia en el venture capital corporativo.

“Tenemos una gran oportunidad de profesionalizar la inversión en startups para poder aprovechar todo el potencial que ofrece a las grandes empresas. Y esa profesionalización pasa por disponer de un vehículo de inversión sólido de CVC que gestione esta actividad de forma estratégica y diversificada”, sostiene Karel Escobar, CEO de BackFund.