“Que se mejore y se incentive el segundo pilar sin perjudicar al tercer pilar”. Esto es lo que piden las principales asociaciones del ahorro privado al Gobierno de Pedro Sánchez. En otras palabras, que se potencien los planes de pensiones de empleo sin tocar los beneficios que ya tienen los planes individuales. Así lo han expresado el Instituto de Estudios Económicos (IEE), Inverco y Unespa en la presentación de un estudio sobre el tema elaborado por el primero. En ella, se han propuesto algunas soluciones, entre las que se incluye la novedosa propuesta de que las gestoras creen planes de pensiones adaptados a ‘start-ups’ innovadoras de base tecnológica.
Esta reivindicación llega después de que el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, anunciara hace unos meses que el Ejecutivo planea eliminar los incentivos a planes individuales para dárselos a los de empresa. El organismo que presidía antes, la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal), llegó a criticar la inutilidad de los incentivos fiscales a los planes individuales, que no cumplirían con el objetivo de generar ahorro complementario a largo plazo, estarían costando a las arcas públicas 1.643 millones de euros en pérdidas recaudatorias y, además, serían regresivos al beneficiar mayoritariamente a las rentas altas.
Esto generó una aireada disputa entre la AIReF e Inverco. La asociación de las gestoras de fondos de inversión, sicav y planes de pensiones en España salió al paso para defender que estos incentivos no son regresivos y que el tratamiento fiscal en los planes de pensiones es “un salario diferido y no una exención de impuestos”. Si bien en el momento de la aportación hay una reducción en la base imponible del IRPF, en el momento de la jubilación se tributa al marginal, no solo por las aportaciones, sino también por los rendimientos generados.
Del nuevo estudio del IEE, se extrae que España es el país de los 37 de la OCDE que peores incentivos fiscales tiene para el ahorro-previsión. En el caso de Holanda e Irlanda, en cabeza de este ranking, son tres veces superiores al español. “Los mercados financieros favorecen la prosperidad a largo plazo. No es casualidad, sino causalidad, que los países más desarrollados tengan sistemas privados de ahorro para la jubilación muy potentes”, ha destacado el director general del IEE, Gregorio Izquierdo.
Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, ha señalado que “no podemos trasladar beneficios de un tercer pilar que está funcionando a un segundo pilar que está por funcionar”. De hecho, el tercer pilar es fundamental para seis de cada diez trabajadores en España, con pagos anules de 4.300 millones de euros a 400.000 familias cada año, según datos de la patronal.
Según Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, la patronal de las aseguradoras, los incentivos son “fundamentales” para determinadas personas de nuestra estructura social y económica, como los autónomos, los autoempresarios y los pequeños empresarios, para los cuales “es crucial disponer de incentivos para su ahorro”. Además, para que fuese posible la retirada de los beneficios fiscales, haría falta que la generosidad de la pensión pública se mantuviese en el tiempo y, en ese sentido, “cualquier estudio que analice a fondo las consecuencias a largo plazo de la reforma de las pensiones de 2011 concluirá que dicho mantenimiento de la generosidad es poco probable”.
Propuestas para el ahorro privado
El IEE, en el marco de su estudio, ha hecho públicas algunas sugerencias para fomentar el ahorro privado de cara a la jubilación. La primera, que “no se deben reducir, sino mantener, los incentivos fiscales actualmente existentes a los planes de pensiones, de deducción en el IRPF por las aportaciones”. En cualquier caso, puntualiza Izquierdo, “deben elevarse significativamente los límites de las aportaciones realizadas a favor de los cónyuges sin rentas, tal y como fija la recomendación 16 del Pacto de Toledo”.
En segundo lugar, aboga por que “la tributación de las prestaciones de los planes de pensiones, correspondiente al rendimiento financiero derivado de la gestión del plan, debería tributar como parte de los rendimientos del ahorro generados a más de un año”. Así, este tratamiento “debería aplicarse obligatoriamente también a la parte de esos rendimientos incluidos en las percepciones en forma de renta vitalicia”.
En lo relativo al fomento a los planes de empleo, y como tercer punto, “habría que excluir del cómputo de las bases de cotización a la Seguridad Social las aportaciones a sistemas de previsión social y se debería reinstaurar la deducción fiscal en el Impuesto sobre Sociedades para las aportaciones a sistemas de previsión social”.
Soluciones para las 'start-ups'
Todos los participantes han coincidido en que, con carácter general, ha de abogarse por la seguridad jurídica, con un “marco regulatorio estable, predecible y favorable” de los instrumentos de previsión a largo plazo. “Los dos sistemas de pensiones, el individual y el de empleo, apoyan al sistema público y sirven para generalizar el ahorro de los ciudadanos”, según el IEE.
En un entorno económico donde cada vez hay menos grandes empresas y los ERE y los ERTE se suceden más y más, Izquierdo también hace un llamamiento a la industria de los planes de pensiones. Pide a las gestoras “imaginación”, con la creación de planes de pensiones de empresa adaptados a ‘start-ups’ innovadoras de base tecnológica, entre otras posibles medidas para sostener y reflotar el sistema de empleo en el nuevo contexto de la economía global digitalizada