Mal comienzo para los planes de pensiones en el primer trimestre desde que se hiciera efectivo su endurecimiento fiscal. Las últimas cifras de la patronal del sector no hacen presagiar buenas perspectivas ni en los planes individuales ni en los de empleo. En el conjunto de los sistemas, han sufrido salidas netas de 245 millones de euros hasta marzo.

Según Inverco, la asociación que aglutina a las gestoras, los planes privados acumulan prestaciones netas de más de 160 millones de euros en los primeros tres meses del ejercicio, por casi 80 millones los planes de empresa y 5,5 millones los planes asociados.

Cabe recordar que, desde 2021, la aportación máxima anual a los planes individuales no es 8.000 euros, sino 2.000. Asimismo, el máximo a aportar en los planes de empleo se ha elevado de 8.000 a 10.000 euros.

José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en el Observatorio de las Finanzas de EL ESPAÑOL e Invertia.

Este trasvase de beneficios fiscales (a través de deducciones en el IRPF) desde los primeros hasta los segundos, impulsado por el Gobierno de Pedro Sánchez y, en especial, por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en realidad deja un castigo fiscal a estos vehículos finalistas de ahorro para la jubilación de 4.000 euros en su balance neto.

Queriendo beneficiar al segundo pilar de las pensiones, para que España se alineara con sus homólogos europeos y otros países desarrollados, se ha terminado por perjudicar al tercer pilar (individuales) y al segundo (empresas) a la vez. Al menos en primera instancia.

2.300 millones en juego

De hecho, la propia Inverco junto a otras asociaciones (AEB, CEOE, Cepyme, ATA, Ascri, Unespa…) ya habían advertido de este efecto colateral, especialmente lesivo para autónomos y pymes. Los responsables de estas asociaciones siempre se han mostrado proclives a incentivar fiscalmente -más si cabe- cualquier fórmula de ahorro privado complementario a la pensión pública en lugar de recortar sus beneficios.

Fuentes de estas patronales calculaban que la citada reforma fiscal de los planes de pensiones podría costar hasta 2.300 millones de euros en aportaciones para 2022. Esta estimación surgió a raíz de otro cálculo previo, el del propio Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado para 2021. En estos PGE, se asegura que el Estado se ahorraría 580 millones en 2022 con esta reforma.

Para muestra de lo nociva que podría llegar a ser esta reforma para los vehículos de ahorro privados complementarios, basta con comparar los reembolsos de este trimestre con los del primer trimestre de 2020. En ese periodo, y a pesar de que fue justo en ese momento cuando explotó la pandemia de coronavirus en el mundo, se registraron prestaciones netas por valor de 100 millones.

Es decir, 145 millones menos que en la actualidad. Salió dinero fruto de otras circunstancias, pero no tanto.

Con todo, gracias a la mejoría de los mercados financieros en estos meses, los planes de pensiones han aumentado su patrimonio en 2.800 millones de euros hasta marzo, un 2,4% más, hasta situarse sus activos totales en los 121.325 millones.

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