Difícil campaña navideña la que se les presenta a las entidades financieras este año. Su producto estrella, los planes de pensiones, llegan al tramo final del ejercicio con 406 millones de euros de salidas netas, lo que supone unos reembolsos 1,6 veces mayores con respecto al mismo periodo del año anterior y 4,5 veces superiores frente al conjunto de 2021.
El motivo está claro: el segundo recorte fiscal consecutivo que han sufrido en 2022 estos vehículos privados de ahorro para la jubilación. En 2020, cuando todavía gozaban de plenitud fiscal, un ahorrador se podía desgravar hasta 8.000 euros anuales en el IRPF por aportar a su plan de pensiones individual.
En 2021, el límite anual deducible se bajó a 2.000 euros y este año el máximo son 1.500 euros. El Gobierno ha ido trasvasando beneficios fiscales desde los planes de pensiones individuales a los planes de empleo.
Ese primer tijeretazo fiscal supuso que 2021 fuera el primer año de la historia con prestaciones netas de dinero en los planes de pensiones privados. Es decir, salió más dinero del que entró al sistema o, lo que es lo mismo, hubo más prestaciones que aportaciones. El ejercicio se cerró con 92 millones de salidas netas.
Como ha publicado EL ESPAÑOL-Invertia, esto también ha implicado que Hacienda recaude solo el 60% de lo previsto por el mencionado hachazo fiscal a los planes. El vaticinio del Ejecutivo era lograr unos 580 millones de euros, y al final la cantidad apenas ha sido de 352 millones.
A la deriva
A cierre de agosto del pasado año, los planes de pensiones acumulaban 254 millones de prestaciones netas, con datos de Inverco. Para las mismas fechas, en este ejercicio están cerca de duplicarse. Dicho de otra forma, con ocho meses transcurridos, el volumen acumulado de aportaciones brutas a planes individuales (1.202 millones de euros) es un 15% menos que cuando se habían consumido dos cuatrimestres del año anterior.
No obstante, como recuerdan fuentes de las gestoras de inversiones, “en los últimos meses es cuando más se concentran las entradas de dinero, por lo que el balance neto suele mejorar”. Aunque “la deriva es preocupante”, reconocen.
[España cae del puesto 26 al 38 entre los mejores países para jubilarse en la última década]
Si bien el Gobierno ha promovido los nuevos fondos de pensiones públicos de empleo, con ánimo de que los promuevan o contraten grandes corporaciones, colectivos empresariales pero, sobre todo, autónomos y pymes que todavía no cuenten con uno de ellos, lo cierto es que aún dista mucho de que se hagan realidad y se extiendan a la gran masa de población.
A esto hay que sumarle una preocupación creciente por el momento del retiro profesional. Según un barómetro reciente de Natixis Investment Managers, España ha caído del puesto 26 al 38 entre los mejores países para jubilarse en la última década. Y la pensión pública cada vez será de menor cuantía.