“Facebook, el peor sitio para desear feliz cumpleaños a un amigo, si descontamos los funerales”. Así abría el humorista John Oliver, una de las voces más poderosas y respetadas de la televisión estadounidense, un durísimo segmento sobre la red social de Mark Zuckerberg.
El reciente ganador de cuatro premios Emmy por el programa Last Week Tonight para HBO no hizo prisioneros con una red social que ha tenido un papel esencial en el genocidio birmano. Una compañía que intenta con una mano que los occidentales confiemos en ellos para que nos preste servicios bancarios, mientras con la otra fomenta el discurso de odio, el sectarismo y el odio a lo diferente, contribuyendo al éxito electoral de los movimientos populistas.
No todas las conexiones son buenas
“Facebook ha estado expandiéndose muy agresivamente en el extranjero. Más de la mitad de sus ingresos vienen de fuera de EEUU y también más del 80% de sus usuarios”, señaló Oliver, quien se burló de la reciente ola de anuncios en los que Mark Zuckerberg fomenta “la idea utópica de que cualquier conexión es una buena conexión” a pesar de que, en Internet, “un cierto número de personas dicen cosas como que ‘los judíos controlaban a los tiburones que cometieron el 11S’”.
Facebook no piensa las cosas
“Pensar en lo que hace nunca ha sido el fuerte de Facebook. Su primer lema era ‘muévete deprisa y rompe cosas’”, recordaba Oliver. Incluía declaraciones antiguas de un joven Zuckerberg en las que dejaba claro que lo único que le importaba era conseguir clics. “Parece el lema corporativo más arriesgado desde que el Hinderburg promocionó su dirigible con el eslogan ‘vuela deprisa y fuma cigarrillos en una gran bolsa de hidrógeno’”, bromeó el humorista británico.
“En Filipinas y Camboya Facebook ha sido acusada de apoyar a regímenes autoritarios, y en Sri Lanka, India e Indonesia, los comentarios de odio han desatado olas de violencia”, lamentó el presentador.
Cuando Facebook sustituye a Internet…
Pero el peso de su segmento descansó en Birmania, un país en el que el uso de Internet era del 1,2% en 2013 y que hoy cuenta con 18 millones de usuarios de Facebook, en buena medida gracias a las aplicaciones preinstaladas en los móviles que no cobran por el uso de redes sociales y sí por el consumo de Internet. Esto ha llevado a que se haga realidad el sueño distópico de Zuckerberg, ya expresado en su iniciativa “solidaria” Internet.org: la palabra Internet y la palabra Facebook se utilizan indistintamente en el país.
Y eso tiene consecuencias. Oliver presentó, por ejemplo, a un profesor local enfadado con la situación y que calificaba a Facebook de “retrete”. “Y eso es injusto para los retretes, porque hacen que la mierda se vaya, mientras que Facebook acumula la mierda, difunde la mierda, te recuerda la mierda de hace siete años y permite que las corporaciones te pongan mierda delante. Hay una pureza y una integridad en los retretes de la que Facebook carece”, expresó el humorista.
…contribuye a desatar el odio
Oliver puso especial foco en la limpieza étnica de los rohinyá, de los cuales 725.000 habían huido a Bangladesh hasta ahora. Un genocidio que ha provocado ya la muerte de 10.000 personas, y eso siendo conservadores.
“Aunque Mark Zuckerberg no es el responsable del genocidio, hay un gran pero, y es que Facebook sí inflamó las tensiones preexistentes en el país. Como señaló Naciones Unidas en una investigación independiente ‘Facebook ha sido un instrumento útil para aquellos que buscan difundir el odio contra los musulmanes’”, recordó el humorista.
El monje budista Ashin Wirathu, conocido como ‘el Bin Laden birmano’, pasó meses propagando acusaciones falsas como que un musulmán había violado a una empleada budista, provocando con ello disturbios. “A pesar de todos los abusos y las advertencias, Facebook no le vetó hasta principios de este año. Y esto es sólo ejemplo de cómo Facebook ha creado campanas de eco islamofóbicas. Otro ejemplo es el de un oficial local que dijo que estaba “orgulloso de supervisar una de las ciudades libres de musulmanes de Birmania” y, al mismo tiempo, declaraba que nunca había conocido a un musulmán. “Tengo que agradecer a Facebook que me contase la verdad de lo que sucede en Birmania”, llegó a afirmar.
Reglas de adorno
“Y no es que Facebook no tenga reglas, tiene montones de reglas (...), tiene inteligencia artificial, tiene sistemas de moderación (…) pero en el caso de Birmania falló en cada etapa”. En parte, por el lenguaje, con símbolos muy distintos al alfabeto. Pero también porque durante mucho tiempo pasó de tener un moderador a cuatro moderadores. “Facebook no puede alegar ignorancia porque recibió numerosas advertencias al respecto”, criticó el humorista.
Sólo en los últimos tiempos la compañía ha comenzado a contratar muchos más moderadores birmanos y, sin embargo, nada indica que haya tenido éxito a la hora de detener el discurso de odio en la región. Según indicó Reuters, que ha informado sobre cómo siguen produciéndose infracciones, ni siquiera los términos de servicio están bien traducidos en Brimania. “Nos tomamos nuestro papel seriamente abusando de nuestros servicios”, llegaron a indicar.
Qué es Facebook en realidad
“Es dolorosamente obvio que cualquier cosa relacionada con Facebook tiene que ser tratada con extremado escepticismo y que hay que entender Facebook como lo que es en realidad, un fétido pantano de falsedades y mentiras en el que, ocasionalmente, aparece un recordatorio del aniversario de la muerte de tus mascotas”, sentenció.
“Así que antes de rodar anuncios sobre cómo conectan al mundo deberían rodar anuncios para preparar a los países para lidiar con sus productos”, concluyó el humorista.