Parece que a Facebook no le va bien el negocio en España. Su filial en nuestro país declaraba el año pasado unas pérdidas de 957.000 euros, es decir, casi el doble que un año antes. Un resultado que obtiene pese a que la compañía superaba los 10 millones de euros de cifra de negocios, lo que supone un 30% más.
Ese incremento de pérdidas se debe a un aumento de los gastos de personal, al pasar de 21 a 28 personas, pero también al incremento de los pagos en publicidad y propaganda que alcanzan los 1,67 millones de euros.
El negocio de Facebook Spain no procede de la venta de publicidad, ya que eso se factura directamente desde Irlanda. Su labor es la de dar soporte a los servicios de venta y marketing para su matriz, Facebook Ireland Limited. Una actividad que le genera grandes flujos de operaciones entre empresas del grupo, que preocupan a sus auditores.
Bajo la firma de EY, el informe de auditoría alerta de que "la importancia de los saldos y las transacciones con empresas del grupo, así como el riesgo de que la posición tributaria de la sociedad pudiera no ser compartida técnicamente en caso de inspección por parte de las autoridades fiscales", pueden suponer un riesgo para la compañía.
Y es que Facebook Spain, con una cifra de negocio superior a los 10 millones de euros, y unas pérdidas de casi un millón, pagó en impuestos poco más de 266.000 euros en nuestro país.
Problemas con Bruselas
Esa técnica tributaria, por la que buena parte del negocio generado en nuestro país se factura desde el exterior, es legal; pero preocupa notablemente a la Comisión Europea. Son muchos los avisos que las autoridades comunitarias han dado a las grandes multinacionales (con Facebook y Google a la cabeza) para que dejen de hacer ingeniería fiscal.
Pero el problema de Bruselas con Facebook no viene sólo por la parte de la fiscalidad; también por su intento continuado de seguir incrementando la posición de dominio que ostenta en el Viejo Continente.
Hace tan sólo unos días la Comisión alertaba al gigante de Internet de que debía cambiar su forma de actuar respecto a los usuarios; en concreto en lo referido al uso que hace de sus datos.