Tesla intenta acelerar definitivamente sin su principal piloto, Elon Musk. Pero no será fácil. El dueño y creador de la firma automovilística tuvo que negociar con el regulador norteamericano de valores (SEC) para dar un paso al lado de la compañía durante, al menos, los próximos tres años.
Además de dejar la presidencia, el controvertido empresario tendrá que pagar una multa de 20 millones de dólares debido a su última salida de tono debido al tuit que escribió el pasado agosto. En dicho texto, aseguraba que tenía la intención de sacar de Bolsa a Tesla.
Pocas semanas después, el organismo presentó una demanda contra Musk y Tesla por fraude a raíz de una serie de tuits del fundador de la compañía, publicados el pasado 7 de agosto, en los que señalaba su intención de sacar de la Bolsa al fabricante de automóviles eléctricos, apuntando además que había "asegurado" la financiación para la operación.
La fanfarronada del dueño de la firma automovilística le costó demasiado caro en Bolsa. A pesar de subir un 11% horas después del famoso tuit, Tesla llegó a caer más de un 30%. No hay duda que, para bien o para mal, la influencia de Elon Musk en su empresa es innegable.
Tesla llegó a ser la compañía que más capitalización tuvo en el parqué de todo el sector automovilístico. No obstante, con el paso de los meses, las acciones se han ido marchitando. Fue en junio de 2017 cuando Tesla marcaba máximos históricos llegando a los 385 dólares por acción.
Y no solo en Bolsa. Dentro de sus fábricas, las previsiones tampoco son halagüeñas. Fue el propio Elon Musk el que dijo que los pedidos del Tesla Model 3 no llegarán a tiempo a sus concesionarios y, por tanto, a los nuevos clientes. De todas las versiones, la firma sólo está sacando a las calles la versión más cara de este modelo. Según la propia compañía, Tesla está centrándose en mejorar la calidad de fabricación de sus vehículos, antes que imprimir velocidad a la producción de estos.
No obstante, esto no quiere decir que a la firma no siga creciendo en coches fabricados. Según los últimos datos de ventas que proporcionó la compañía, el Model 3 había pasado a ocupar la primera posición en el mercado de los Estados Unidos dentro del segmento de berlinas premium de tamaño medio, ya sean eléctricas o con motor de combustión. En lo que va de año, en Estados Unidos, principal nicho de mercado, ya lleva vendidas más de 17.000 unidades, lo que representa un incremento del 440% del año pasado.
Los inversores cierran la puerta a Tesla
Pero a pesar de que le vaya bien en el número de ventas, que la SEC haya provocado que Elon Musk tenga que ser el protagonista de Tesla y que sus acciones subiesen más de un 17% en la jornada bursátil del lunes -tras perder más de un 30% desde el manido tuit del dueño- los analistas consideran que no es el momento idóneo para invertir en la compañía.
Según los analistas de Investing.com, lo peor aún está por llegar. “Teniendo en cuenta todo el drama y misterio que rodea a Musk, incluso ya superada la demanda de la SEC, es difícil asegurar que Tesla haya tocado fondo. Sacar el comportamiento errático de Musk de la ecuación tampoco ayuda necesariamente”, indican.
A su vez, recuerdan que Tesla tiene una deuda de 1.300 millones de dólares que vence en los próximos 12 meses. Además, le quedan 1.300 millones de dólares de dinero en efectivo en el banco tras sacar 942 millones de dólares de depósitos de clientes de pedidos de coches. “Creemos que en este momento Tesla es una apuesta demasiado arriesgada para los inversores serios”, recalcan en el último informe emitido.
Pero no son los únicos. Los analistas de Bankinter han emitido otro informe en el que recomiendan a sus clientes vender al cierre de sesión. A su vez, Barclays considera que los problemas que tiene la compañía podrían costarle una rebaja de su capitalización de hasta el 50%. “Los inversores verían caer el estatus de Tesla desde el de una empresa liderada por su fundador capaz de revolucionar varias industrias hasta el de una automovilística de nicho", puntualizan los expertos de la entidad bancaria.