Apple ha llegado a un acuerdo con las autoridades francesas para pagar 500 millones de euros en concepto de impuestos atrasados. La cifra, publicada por varios medios franceses, supone el pago por las ventas que la compañía tiene en Francia, más allá de los beneficios que Apple registra en el país.
"Sabemos de la importancia de los impuestos en la sociedad y pagamos nuestros impuestos en todos los países donde operamos, en conformidad con las leyes y las prácticas en vigor a nivel local", ha explicado la compañía.
No es la primera vez que se acusa a las tecnológicas de obtener beneficios fiscales al optimizar su estructura en países donde los impuestos son menores para estas empresas, como es el caso de Irlanda.
La cifra que Apple deberá abonar se ha acordado en un acuerdo privado entre la compañía y las autoridades y ha tenido en cuenta los ingresos de la tecnológica en Francia en los últimos diez años.
París ha puesto en marcha este año una tasa digital que pretende fiscalizar a las grandes tecnológicas que operan en Francia aunque estas anuncien sus ingresos en otros países. El país galo es uno de los que, junto a España, se han tomado la ley por su mano sin esperar que la Unión Europea o la OCDE lleguen a un consenso sobre este tema.