Hay un lugar en el mundo donde el baño de los hombres tiene más cola que el de las mujeres: el Mobile World Congress. Y aunque es solo una anécdota, deja entrever una realidad en el sector.
“La brecha de género sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes”, sentencia Irene Cano, directora general de Facebook para España y Portugal. Según datos del informe Mujeres en la economía digital en España 2018, presentado por DigitalES, sólo el 2% de las mujeres ocupadas trabajan en el sector digital o tecnológico.
Y el problema es de fondo. “El porcentaje de mujeres que quieren estudiar carreras en este sector en España se reduce”, describe Anaïs Figueras, responsable de Comunicación de Google en España. La educación y los estereotipos son dos aspectos que se repiten cuando se habla con mujeres en el sector.
“Los estereotipos y la cultura que hay sobre la mujer en este sector dan por hecho que las mujeres se ven como cuidadoras mientras que los hombres como creadores”, opina Eden Djanashvili, emprendedora deeptech -un tipo de start-ups basadas en disrupciones tecnológicas que pueden transformar el mundo a mejor-. Djanashvili también es mentora y representante de España en Hello Tomorrow, una iniciativa sin ánimo de lucro que busca resolver los retos del futuro de la mano de la tecnología.
“A lo largo de la historia ha habido mujeres pioneras en el campo de la ciencia y la tecnología, pero han tenido una visibilidad escasa o nula. Mucha gente no sabe por ejemplo que las primeras programadoras fueron mujeres o que el wifi lo inventó una mujer”, añade Cano.
Hedy Lamarr, la mujer a la que se refiere Irene Cano, fue una actriz de origen austríaco que inventó un sistema de comunicación utilizado actualmente en tecnologías como el Bluetooth, el GPS o el wifi. Lamarr dejó el cine para retomar sus estudios de ingeniería y crear un sistema de comunicación secreta.
Pese a la utilidad del sistema que construyó, su nombre es todavía poco popular salvo para los cinéfilos. Con la intención de que los talentos femeninos contemporáneos no tengan la misma suerte que Lamarr, se han dibujado los pósters de Women You Should Know (Mujeres que deberías conocer).
Hablamos de personas como la doctora Hayat Sindi, la primera mujer saudí con un título en biotecnología por Cambridge, cofundadora de Diagnostics for All. De la tecnóloga y emprendedora Juliana Rotich, cofundadora de la tecnológica de Kenia BRCK Inc. De Mae C. Jemison, la primera afroamericana en el espacio. De la matemática Gladys West, que trabajó en los avances que llevaron a la tecnología del GPS que todos llevamos en nuestros móviles... Y hay muchas más.
Y es que las mujeres del sector apuestan por el protagonismo de estos ejemplos que pueden servir de inspiración.
Educación y tecnología
Sin embargo, la invisibilidad de estos referentes y la realidad cultural que vivimos “lleva a las mujeres jóvenes a tomar un tipo de decisiones respecto a su carrera y aspiraciones profesionales. Estos comportamientos se manifiestan en las carreras STEM, donde prácticamente no hay mujeres, y más tarde esta realidad se refleja en los equipos y las empresas tecnológicas”, considera Laura Fernández, cofundadora de All Women Tech.
“Es importante que esto cambie porque las mujeres representamos el 50% de la sociedad y las decisiones del futuro se van a tomar en el sector tecnológico”, comenta Helena Torras, inversora, emprendedora e impulsora de #BCNTech4Women -iniciativa creada por Barcelona Tech City-. Torras señala la importancia de la diversidad en entornos como la Inteligencia Artificial donde "el sesgo de quien está detrás del algoritmo es importante".
De hecho, según la Comisión Europea, “se prevé que queden unos 500.000 puestos de trabajo sin cubrir en el mundo tecnológico, siendo fundamental por tanto trabajar en la formación y capacitación en competencias digitales para cubrir las necesidades del mercado laboral del futuro, con especial foco en las mujeres”, señala Figueras.
Soluciones para una tecnología feminista
Ante esta realidad, han nacido iniciativas que trabajan porque el sector tecnológico sea más igualitario. Una de ellas es All Women Tech, cuyo objetivo es “crear un espacio donde sentirte bienvenida, la mayoría, comprendida, conectada e impulsada” para que así se pueda cambiar “la situación de la mujer respecto a la tecnología”, señala su fundadora, que defiende la formación como la herramienta para crear un “efecto espejo” entre mujeres.
La conciliación no desaparece de entre los retos que lleva consigo romper el techo de cristal del sector. Helena Torras señala que “hay que aprovechar las oportunidades del trabajo flexible” y Eden Djanashvili describe que “querer tener una familia no debería ser una barrera para que las mujeres no consigan cargos de liderazgo. Al contrario, las empresas tienen que empezar a adaptarse a las necesidades de sus empleados”.
Cabe recordar que el evento dedicado a las start-ups que se celebra en Barcelona, bajo la sombra del Mobile World Congress, dejó fuera a una de las asistentes por llevar en brazos a su bebé en su edición celebrada a finales de febrero.
Las grandes empresas son conscientes de que tienen un reto por delante. Por eso, más allá de la polémica sobre cómo trafica con los datos de los usuarios, Facebook hace algunas inversiones en “programas para fomentar, no solo la inclusión de la mujer en nuestra propia empresa, sino la inclusión de la mujer en el mundo de la tecnología en general, por ejemplo con proyectos para animar a las jóvenes a estudiar carreras STEM”, describe la directora general en España.
Otro ejemplo es Visa, que acaba de lanzar una competición para premiar a mujeres emprendedoras. Google, por su parte, apuesta por la “visibilización de la diversidad”, algo que también cree fundamental Helena Torras, impulsora de BcnTech4Women. Además, la tecnológica cuenta en España con "los programas Genios de la mano de Ayuda en Acción, con el que hemos formado a más de 9.800 niños y niñas y a casi 700 profesores desde 2015. Y Digitalizadas, con el que se quiere formar a 5.000 mujeres del ámbito rural en competencias digitales”.
Combatir el ‘mansplaining’ para crear riqueza
Como en muchos ámbitos, algunas de las entrevistadas también han sufrido comentarios sexistas o situaciones discriminatorias por el hecho de ser mujeres. Desde no ser consideradas empresarias sino “chicas con un proyecto bonito”, hasta ser confundidas por azafatas y no como CEO de un proyecto en un congreso.
Figueras, aunque afirma sentirse afortunada por no haberlos sufrido, deja una reflexión final basada en datos de McKinsey: “Si fuéramos capaces de cerrar la brecha de género y las mujeres participaran de manera igualitaria en la economía, se añadirían 28 billones de dólares al PIB mundial en 2025". Y no "billones" como en "miles de millones" mal traducido. No: billones.