Bruselas

La Comisión Europea ha presentado este miércoles un proyecto de reglamento que obligará a los gigantes tecnológicos a escanear los contenidos albergados en sus plataformas, incluidos aquellos que estén encriptados, con el objetivo de detectar, denunciar y eliminar fotos o vídeos de abuso sexual infantil.

Los proveedores deberán evaluar y mitigar los riesgos de un uso indebido de sus servicios. Las medidas que se tomen deben ser proporcionales a esos riesgos y estarán sujetas a condiciones y salvaguardas sólidas.

La norma prevé además la creación de un nuevo Centro Independiente de la UE sobre el Abuso Sexual Infantil, al que las plataformas deberán enviar sus informes sobre los contenidos detectados. El centro se encargará de analizar los estudios para identificar posibles errores, remitir rápidamente los casos delictivos a las fuerzas de seguridad y brindar apoyo a las víctimas.

El año pasado se detectaron en todo el mundo 85 millones de imágenes y vídeos que muestran abuso sexual infantil y hay muchos otros casos más sin denunciar, según los datos de Bruselas. La pandemia de Covid-19 ha exacerbado el problema: la fundación Internet Watch ha observado un aumento del 64% en las denuncias en 2021 en comparación con el año anterior.

El Ejecutivo comunitario justifica la necesidad del nuevo reglamento argumentando que el sistema actual basado en la detección y denuncia voluntaria por parte de las empresas "ha demostrado ser insuficiente para proteger adecuadamente a los niños".

Sin embargo, la nueva norma ha suscitado ya críticas no sólo por parte de las plataformas, sino también de activistas en defensa de la privacidad, que avisan de que esta iniciativa podría abrir la puerta a un espionaje generalizado. Algo que ha negado categóricamente la comisaria de Interior, la sueca Ylva Johansson.

"Sé que hay rumores sobre mi propuesta, pero esta no es una propuesta sobre encriptado. Se trata únicamente de detectar contenidos de abuso sexual infantil. No de leer todas las comunicaciones o nada parecido, sino de encontrar este tipo de contenido ilegal, informar sobre él y eliminarlo", ha argumentado Johansson.

"Tiene que hacerse con las tecnologías que sean menos intrusivas en la privacidad. Si estás buscando una aguja en un pajar, necesitas un imán. El imán sólo verá la aguja y no la paja. Así es como las empresas usan hoy la tecnología para detectar malware y spam. Se trata del mismo tipo de tecnología, con la que se busca una cosa específica y no se lee todo", sostiene la comisaria de Interior.

Unos argumentos que no acaban de convencer a los gigantes tecnológicos. "Es importante que las medidas adoptadas no socaven la encriptación de extremo a extremo, que protege la seguridad y la privacidad de miles de millones de personas, incluyendo niños", ha dicho un portavoz de Meta (la antigua Facebook) citado por Bloomberg.

La propuesta de Bruselas todavía tiene que ser aprobada y debatida tanto por los Gobiernos de los Veintisiete como por el Parlamento Europeo. Un trámite en el que aún puede sufrir cambios sustanciales. 

Noticias relacionadas