Sevilla

Airbus lleva años jugando a hacer revoluciones. La última es la más ambiciosa y promete marcar un antes y un después en el sector de la aviación. El anuncio llegó en septiembre cuando el gigante aeronáutico anunció su proyecto más innovador: trabaja en los primeros aviones comerciales con cero emisiones y con la vista puesta en 2035.

La idea no es nueva para Airbus. Así lo explica a Invertia Glenn Llewellyn, uno de los responsables del proyecto bautizado como Zero Emission Aircraft. “Hemos acumulado conocimientos y experiencia a lo largo de los años. Ahora estamos dando un paso más allá con el desarrollo del primer avión comercial de cero emisiones del mundo”, subraya en declaraciones a este medio.

El plan surge con un objetivo claro: propulsar la aviación con energía sostenible utilizando hidrógeno renovable. Las consecuencias se traducirán en reducir el impacto climático de la aviación y contribuir al cumplimiento del Acuerdo de París. “Debemos actuar ahora para garantizar la sostenibilidad del futuro del sector”, apunta Llewellyn.

Infografía sobre los proyectos ZEROe de Airbus

Cientos son los empleados de Airbus que trabajan en los proyectos ZEROe a los que la compañía destina cientos de millones. Sin embargo, la idea propia no aspira a quedarse a las puertas de la empresa. “No podremos hacer realidad nuestra aspiración solos. Solo alcanzaremos el éxito si todos los sectores eligen una misma ruta”, opina el representante de Airbus.

“La transición hacia una aviación climáticamente neutra depende también de las iniciativas que se lleven a cabo fuera del sector. Estamos plenamente decididos a colaborar con todos los actores implicados, como por ejemplo los proveedores de energía, para avanzar hacia una aviación carente de impacto para el clima”.

Colaboración entre sectores

Con esta idea, su éxito pasa por la colaboración entre sectores para “reducir los costes de infraestructura y producción”. “Nos beneficiará a todos y contribuirá a desarrollar con mayor rapidez la economía del hidrógeno”, reconoce Llewellyn mientras se muestra partidario de diseñar ecosistemas regulatorios e infraestructuras para el despliegue del hidrógeno en la aviación.

De avanzar el proyecto, el resultado está claro para Glenn Llewellyn. “Se trata de una auténtica revolución y es una oportunidad fantástica para el sector aeroespacial en su conjunto. Un verdadero cambio de paradigma que estamos orgullosos de liderar. Necesitamos el apoyo de todos los actores y de las autoridades para hacerlo realidad”.

Al igual que en el resto de sectores económicos, las administraciones también tendrán un papel protagonista. Desde Airbus reconocen que es necesario su apoyo ampliando la financiación a la I+D+i, la digitalización y la puesta en marcha de mecanismos y regulaciones que incentiven el uso de combustibles y de hidrógeno sostenibles.

Primeros clientes

Los aviones propulsados con hidrógeno no solo seducen a aficionados y a la prensa, también a las aerolíneas que ya han llamado a la puerta de Airbus. Ya han sido varias las compañías que se han mostrado abiertas a investigar los requisitos para los aviones con cero emisiones. Pese al método revolucionario, la experiencia para el pasajero sería similar a la de viajar en un avión actual.

Todo esto se hace bajo un relevante contexto que no ha frenado la ambición de Airbus: la crisis de la Covid-19. “Ha creado una mayor conciencia sobre la situación ambiental y el papel de la aviación en la sociedad. Nos enorgullece ser el primer fabricante del mundo que tiene ambiciones tan claras. La década de 2020 trae consigo la promesa de un avance de gran alcance hacia la aviación con cero emisiones de carbono”. Que así sea.

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