En los últimos años, la innovación dentro de la industria aeronáutica está haciendo que cada día tengamos más cerca hacer realidad la célebre frase que Emmett Brown le dedicó a Marty McFly dentro de su mítico DeLorean en Regreso al Futuro II:

¿Carretera? A donde vamos no necesitamos carreteras.

 Doctor Emmett Brown

Los taxis voladores o las entregas de paquetería y mercancías por drones están cerca de dejar el mundo de la ciencia ficción para pasar a formar parte del día a día de las ciudades. Una vez que las tecnologías necesarias están prácticamente listas, sólo queda un factor clave para que arranque esta nueva etapa de la movilidad aérea: la regulación.

Una materia que conoce a la perfección nuestra invitada de hoy a En Movimiento Isabel Maestre, directora de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Desde su posición será una de las responsables de poner en marcha la regulación que permitirá desarrollar las nuevas capacidades de estos vehículos mientras se cumplen los necesarios estándares de seguridad.

¿Qué va a suponer la llegada de la nueva regulación europea en el mundo de los drones?

Arrancamos el año con una nueva regulación en este campo. Es un paso muy importante. Teníamos una regulación nacional desde hace seis años pero la actual va a estandarizar y a homogeneizar el mercado. Gracias a ella, los operadores podrán comercializar sus servicios en cualquier estado de la Unión Europea.

Hay que tener en cuenta que el mercado de drones en España es bastante maduro. Tenemos la ventaja de la experiencia que nos ha dado nuestra regulación. Nos va a permitir adaptarnos rápido a la nueva regulación. Gracias a esto veremos un impulso importante del mercado de los drones.

En la nueva regulación se fija en el riesgo. En función de esta dimensión crecen los requisitos necesarios para operar. A más riesgo, más requisitos. Se van a distinguir los tipos de operaciones, no los tipos de drones. Con los pilotos pasa lo mismo. La formación y evaluación va a ser proporcional al tipo de operación. Todos los drones, tanto los de uso profesional como de uso lúdico, van a tener que registrarse en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. 

¿Veremos pronto drones entregando paquetes?

Va a ser un proceso gradual. Primero veremos operaciones sencillas en zonas muy concretas y acotadas dentro de lugares poco poblados en materias como las emergencias. La experiencia que vayamos acumulando nos ayudará a lanzarnos a actividades más complejas.

En el mundo de los drones se están impulsando desarrollos tecnológicos que no existían. De la misma forma, todavía hay retos por superar. Por un lado tenemos la cobertura de la señal con el piloto, que aún tiene limitaciones. Del mismo modo, en la autonomía de las baterías o en el impacto ambiental del uso masivo de drones hay retos a los que nos tendremos que enfrentar.

Teniendo todo esto en cuenta, creo que veremos el uso de drones de forma generalizada como actividad económica real dentro de dos o tres años. Hasta ese momento habrá un avance gradual.

En el caso de los taxis voladores, ¿podemos pensar en un futuro con este tipo de vehículos formando parte de la movilidad de nuestras ciudades?

Cada vez está más cerca esa visión. Los aerotaxis suponen la categoría certificada. Es la más avanzada. La primera capa regulatoria estará lista en 2023, pero será en 2025 cuando realmente contaremos con un marco normativo que incluya la fabricación, la operación o el mantenimiento de este tipo de vehículos.

Esto no va a impedir que en 2021 ya podamos ver vuelos experimentales de taxis aéreos. Se realizará con un alcance limitado y muy acotado. En este sentido, AESA ya se ha reunido con tres empresas y dos ayuntamientos que tienen proyectos de este tipo.

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