Aunque no reciben la misma atención mediática y carecen del pedigrí del que otros medios de transporte cuentan, los Cercanías son una de las arterias principales de la movilidad colectiva de los grandes núcleos urbanos españoles. Debido a esta importancia, tanto desde el lado de los usuarios como desde la industria ferroviaria se señalaba la necesidad de rejuvenecer gran parte de los vehículos que operan este segmento de la movilidad. Un momento que, por fin, ha llegado.
El pasado 8 de marzo, el consejo de administración de Renfe anunció que Alstom y Stadler eran las elegidas para encabezar este proyecto. Una adjudicación histórica, en varios paquetes, tanto por la mejora de servicio que espera generar en los usuarios como por el montante de la inversión: 2.445 millones de euros. No en vano, vienen a sustituir modelos que llevan operando 30 años.
Pero, ¿qué tienen estos trenes para hacerlos tan necesarios? Las propuestas de Alstom y de Stadler persiguen el mismo objetivo: dotar de mayor capacidad a los servicios de Cercanías. Para ello, los nuevos trenes conjugan dos características que suponen un gran avance a los actuales modelos.
En su interior pueden viajar al menos 900 usuarios, un 20% más que en los actuales trenes. Además, permiten agilizar el proceso de subida al tren gracias tanto al número de puertas como al diseño de los accesos. Dos elementos fundamentales para reducir los tiempos de espera.
En lo que respecta a su primera cualidad, la nueva familia de Cercanías aumentará en más de un 20% la capacidad de movilidad en las redes de Cercanías, gracias a su diseño que optimiza el flujo de pasajeros y a un mayor espacio interior. Los nuevos trenes combinan coches de dos pisos con coches de un único nivel. Su diseño pretende ofrecer una respuesta a diferentes necesidades de usuarios.
La parte del vehículo de dos pisos está pensada para los viajeros de trayectos más largos. Las capacidades de esta zona, que contarán con un número importante de plazas sentadas, ofrecen una mayor comodidad y, a la vez, sus características permiten aprovechar mejor el tiempo de los trayectos. Cualquier usuario con un portátil o tableta podrá utilizarlos sin problema durante el desplazamiento.
Del mismo modo, las zonas de un piso están ideadas para el usuario más fugaz. Aquellos que tienen viajes más cortos y que lo que necesitan es un acceso ágil y una salida rápido al vehículo. Del mismo modo, los viajeros con limitaciones de movilidad o aquellos que se desplacen con bicicletas o maletas encontrarán en esta parte del tren el lugar más adecuado para viajar. Un espacio crítico para los momentos de hora punta que, sobre todo en los grandes núcleos urbanos españoles, necesitan ganar en capacidad de transporte colectivo de forma urgente.
Paradas más rápidas
La reducción del tiempo en las paradas es un elemento crítico para incrementar la capacidad de transporte colectivo. El gran volumen de pasajeros obliga a que la entrada y salida de los usuarios se asemeje a los pit stops de la Fórmula 1. Mejorar la eficiencia de estos momentos es básico para reducir tiempos de viaje y para proporcionar una mejor experiencia reduciendo las esperas.
Por ello, a la hora de desarrollar los nuevos trenes, se han tenido en consideración todos los elementos que inciden sobre el tiempo de parada en las estaciones, con el objetivo de mejorar la eficiencia de la operación en su conjunto. Los nuevos coches cuentan con una serie de características que les permiten mejorar notablemente las capacidades de los trenes actuales.
El primer elemento es el más evidente: las puertas. Cuentan con una anchura de 1.500 mm de paso libre, más amplias y numerosas que las de los modelos que actualmente operan en Madrid o Barcelona. Del mismo modo, los vestíbulos de entrada también ganan en prestaciones respecto a los trenes actuales.
En este sentido, también se espera que los nuevos modelos mejoren en la parte informativa. La señalética tanto de la parte interior como de la exterior va a optimizarse para facilitar el guiado en andén y elección de puerta. Algo que gana importancia ahora que los coches serán de uno o dos niveles.
Del mismo modo, en la parte más técnica, los nuevos modelos tendrán equipados los últimos sistemas de señalización ERTMS. Otra característica que favorecerá aumentar la capacidad de frecuencias. A esto habrá que añadir una mejora en el mantenimiento de los vehículos para permitir un aumento de la disponibilidad y fiabilidad de los trenes, otro de los elementos que más está afectando a los retrasos debido a la edad del parque ferroviario de los Cercanías actuales.
Experiencia en otras ciudades
Los nuevos trenes tanto de Alstom como de Stadler pertenecen a familias que ya han sido elegidas para prestar servicio en importantes núcleos urbanos, algo que fue crucial en su elección por parte de Renfe. En el caso de la compañía francesa, se ha optado por la gama denominada X’trapolis. Esto modelos se inspiran en los Cityduplex de París y en los trenes Coradia de Luxemburgo, que actualmente están en fabricación en la planta de Alstom en Barcelona.
Por su parte, los trenes de Stadler combinan las prestaciones de los modelos Flirt 200 y Kiss 200. En este caso, estos modelos fueron elegidos en su momento por los ferrocarriles estatales NSB de Noruega y por el operador Westbahn de Viena.
Así las cosas, los Cercanías de los grandes núcleos urbanos españoles verán rejuvenecer su flota dentro de cuatro años, tiempo que durará la fabricación de los trenes pedidos. Un momento en el que el objetivo de estas ciudades será potenciar al máximo el transporte público, tras la reducción de uso que ha supuesto la pandemia del coronavirus. Un elemento que será clave tanto en el buen funcionamiento de las ciudades como en la consecución de los objetivos de reducción de emisiones.