Las renovaciones de los aeropuertos de Barajas y El Prat se han convertido en dos de las operaciones en infraestructuras con mayor carga estratégica de cara a la próxima década. Las ampliaciones de ambos aeródromos dotarían a la red española de dos hubs con potencial para amplificar, aún más, las capacidades turísticas españolas.
Siendo España uno de los países con más aeropuertos por kilómetro cuadrado, actualmente existe un déficit para atraer flujos intercontinentales. Si bien, Madrid necesita mejoras para imponerse como el gran referente a las rutas con América del Sur y mejorar las conexiones con Norteamérica.
Del mismo modo, tanto El Prat como el aeropuerto madrileño necesitan aumentar sus capacidades para volverse más atractivos para las rutas de conexión con Oriente Medio y Asia. Sin duda, el gran objetivo de cara a la próxima década del turismo español es ganar relevancia como destino de los turistas de Emiratos Árabes o China.
Ni Madrid ni Barcelona han conseguido imponerse a Londres, París, Milán o Roma como plazas que puedan atraer a turistas asiáticos. Antes de la llegada del coronavirus, ambas ciudades, así como el Ministerio de Industria capitaneado por Reyes Maroto, estaban desplegando toda su artillería para presentar a España como un destino interesante a los ciudadanos de estos países.
En este sentido, la renovación de Barajas y El Prat permitirán aumentar las capacidades de ambos aeropuertos en diferentes sentidos. Dos actuaciones valoradas en más de 3.300 millones de euros que permitirán aumentar frecuencias, capacidades para operar con aviones de mayor tamaño o la mejora de los espacios comerciales y de restauración. De esta manera, se abrirá la puerta a nuevas oportunidades para aerolíneas, turoperadores y grupos turísticos.
Una nueva terminal para El Prat
El proyecto para el desarrollo del hub intercontinental del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat tiene prevista una inversión de 1.704 millones de euros hasta el año 2030. Las principales actuaciones previstas en esta infraestructura tienen el objetivo de alcanzar la capacidad de 90 operaciones a la hora, un aumento del 15% frente a las 78 actuales.
Para ello, las actuaciones prevén la ampliación de la pista 07R/25L, de manera que pueda ser utilizada por toda la flota usuaria del aeropuerto. Del mismo modo, se va a realizar una reconfiguración interna del edificio de la actual terminal T1. El objetivo en este caso es aumentar la capacidad de procesamiento, y mejorar el servicio al pasajero.
Pero si una acción será clave en esta remodelación es la construcción del nuevo edificio satélite T1S. Contará con una nueva plataforma con, al menos, 17 puestos de estacionamiento de fuselaje ancho. Unas capacidades que le permitirán tener cabida para aeronaves con rangos de vuelos intercontinentales.
Del mismo modo, la conexión de la terminal con el edificio satélite se realizará a través de un túnel con sistema automatizado de transporte de pasajeros y un sistema automático de tratamiento de equipajes. Dos infraestructuras que han sido claves en el éxito de la T4 de Barajas. Por último, la obra también contempla la construcción de un nuevo aparcamiento de vehículos junto a la T1.
Barajas, a la caza de 80 millones de pasajeros
El objetivo prioritario para el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas es dotarlo de una capacidad de 80 millones de pasajeros. Un aumento muy considerable si se tiene en cuenta que en 2019, año previo a la pandemia, cerró con 61,7 millones de pasajeros. Para ello, la inversión estimada hasta 2029 será de 1.694 millones de euros.
Las principales actuaciones que Aena tiene planificadas para este fin son la ampliación del T4 para aumentar la capacidad de facturación. En concreto, la terminal más joven del aeropuerto contará con unos 100 mostradores adicionales. Una actuación que va a necesitar que se amplíe el núcleo central de la terminal.
Del mismo modo, se ampliará el dique norte unos 300 metros. Esto permitirá dotarlo de área de embarque y nuevas puertas de contacto. Además, en este mismo sentido se realizarán actuaciones en la actual terminar satélite de la T4. En este punto está prevista la ampliación de la T4 satélite aumentando su dique norte en unos 400 metros. Con ello, esta instalación podrá contar con nuevas puertas de embarque capaces de albergar aeronaves de fuselaje ancho.
Al igual que en el caso de Barcelona, esta mejora esta destinada a ganar capacidades para albergar más aeronaves con rangos de vuelo intercontinental. Además, se ampliarán las plataformas, sus accesos y las calles de rodaje. Una renovación que culminará con la ampliación de los aparcamientos para que puedan absorber el aumento en el volumen de pasajeros previsto.
Así las cosas, las dos grandes infraestructuras aéreas españolas encaran unos años en los que se pondrán los cimientos del negocio turístico de la próximas década. Dos actuaciones multimillonarias que les permitirán compensar el descenso de vuelos de corto radio que las restricciones medioambientales traerán con nuevas operaciones en destinos con gran potencial para generar más ingresos tanto para las aerolíneas como para el conjunto de la industria turística española.
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