Conseguir que una actividad como la movilidad elimine su impacto sobre el medioambiente es un proceso complejo. A la dificultad que entraña el paso de los combustibles fósiles a soluciones basadas en energías renovables hay que sumar los calendarios tan ajustados que ha marcado, sobre todo, la Unión Europea. En este contexto, se presenta como muy necesario contar con diferentes soluciones para alcanzar los objetivos marcados en materia de sostenibilidad.
Pese a no recibir tanta atención mediática como otras soluciones de electrificación, el hidrógeno se presenta como una alternativa con mucho potencial. Así como los vehículos eléctricos de baterías necesitan de un cambio de paradigma en la parte de carga, el hidrógeno respondería a un modelo mucho más cercano al actual para los usuarios.
Pese a ello, las tecnologías basadas en hidrógeno aplicadas a la movilidad cotidiana aún están en una fase muy temprana, lo que provoca que necesiten de estímulos para evolucionar a la velocidad que marcan los calendarios de descarbonización. En esta dirección se encamina el estudio preparado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). El informe destaca aquellos factores que ayudarían a la implementación de esta tecnología en un momento de cambios tan profundos.
Ayudas a la compra y la infraestructura
El primero de los elementos es el más obvio. La necesidad de contar con planes de incentivo a la compra de vehículos. El aún elevado coste, respecto a las alternativas tradicionales, de los vehículos alimentados por hidrógeno, así como la falta de economías de escala en torno a ellos requiere, según la visión de Anfac, que, hasta que alcancen la madurez suficiente, se desempeñen acciones como la puesta en marcha de un marco continuado de incentivos a la compra, bonificaciones fiscales o la implementación de cuotas de compras mínimas para entidades públicas, policía, bus o taxi.
Pero si importante son los vehículos tanto o más lo es la infraestructura de carga. En este sentido, Anfac señala la necesidad de poner en marcha planes de ayuda para este tipo de instalaciones. "Es prioritario acelerar el despliegue fijado en la Hoja de ruta del hidrógeno, comenzando con un plan de escalada a 2025 que permita construir una infraestructura de suministro mínima con capilaridad a lo largo de todo el territorio nacional". En este punto, los mecanismos de ayuda deben ir dirigidos a cubrir las altas inversiones necesarias para poner en marcha esta infraestructura.
Como tercer punto, el estudio señala la necesidad de iniciar políticas que permitan ganar en competitividad en materia de precio al hidrógeno. Las técnicas actuales de producción de hidrógeno son muy intensivas en el uso de la energía por lo que será clave reducir el precio de la electricidad para que el hidrógeno sea competitivo.
El papel de la homologación
El informe de Anfac incide en que ante la menor madurez de la tecnología de hidrógeno en comparación con la de combustión, "será necesario el desarrollo o adaptación del marco regulatorio actual para cubrir aspectos no contemplados en la actual normativa o que, estando previstos, podrían impedir la adecuada evolución de esta tecnología". En este punto destacan cuestiones como el diseño de los vehículos, así como los servicios postventa o su posterior reciclado. Para ello apremian a que la regulación evolucione tan rápido como el propio mercado.
Del mismo modo, la asociación considera importante avanzar en el desarrollo de estudios y proyectos que permitan ir alcanzando mayores porcentajes de concentración en volumen, así como para que la tecnología que permita una separación de éste en los distintos puntos de suministro. "Estos avances tecnológicos deberán ir acompasados del marco regulatorio existente", explican desde Anfac.
Y si la sostenibilidad es clave, será fundamental garantizar que se pueda demostrar la utilización de fuentes de energía renovables en la producción de hidrógeno. Para ello, el estudio propone crear un mecanismo de Garantías de Origen, que definirá "el procedimiento y requisitos, así como el organismo responsable, para su emisión, con independencia de la ruta de almacenamiento y transporte o su uso final".
Barreras administrativas
El informe también pone sobre la mesa obstáculos contra los que esta tecnología tendrá que enfrentarse en su camino a la popularización. Por ello ve necesario el desarrollo de una legislación específica para hidrogeneras, que concrete los requisitos administrativos y delimite los permisos necesarios para su construcción y gestión. Del mismo modo, resalta como importante equiparar la consideración de las hidrogeneras a las tradicionales estaciones de servicio desde la perspectiva del suelo, de forma que se puedan introducir surtidores de hidrógeno en las actuales estaciones de servicio.
Además, el apoyo a la innovación en el campo del hidrógeno también se presenta como un factor a tener en cuenta. "El hidrógeno tiene potencial para convertirse en una de las piedras angulares de la transición energética hacia una economía, industria y movilidad neutras en carbono. En este marco, desde la óptica industrial asociada a la fabricación de vehículos de pila de combustible debe favorecerse la inversión en proyectos que impulsen la cadena de valor", destacan desde Anfac.
Un punto en el que se enmarcan el desarrollo de las tecnologías necesarias para la obtención de hidrógeno mediante hidrólisis; el almacenamiento de hidrógeno a alta presión a bordo de los vehículos; el desarrollo de las tecnologías necesarias para la fabricación de módulos de pilas de hidrógeno y la caracterización del sistema de propulsión de los vehículos a pila de combustible y su validación en entornos de prueba reales son destacados como los puntos más importantes.
Formación como paso previo
Para todo ello, el paso previo tiene que ver con la formación. El informe destaca que la adopción de la producción del vehículo de hidrógeno requerirá adaptaciones del capital humano en toda la cadena de valor, "siendo relevante la atracción de talento cualificado y con un grado elevado de conocimiento tecnológico". Para resolver esta cuestión platea promover la colaboración público – privada para favorecer la integración del sistema educativo y la empresa, con especial interés en la Formación Profesional y Universitaria.
Por último, Anfac destaca la necesidad de que exista una gobernanza unificada del despliegue de la movilidad basada en el hidrógeno. "Para la coordinación, ejecución y supervisión de los objetivos de despliegue del hidrógeno como vector energético para la movilidad, se recomienda la creación de organismo público interministerial, liderado por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico".
Así las cosas, el hidrógeno se presenta como un actor que quiere desempeñar un papel clave en el futuro de la movilidad. Una tecnología en fase muy inicial pero con un potencial lo suficientemente importante como para que cuente con el respaldo necesario para demostrar todo lo que promete. Y es que, cuantos más caminos se abran más probabilidad de éxito habrá a la hora de conseguir que una de las actividades con más impacto en el medioambiente alcance las metas de sostenibilidad planteadas.