El desarrollo de la movilidad eléctrica plantea, una vez más, un casuística similar a la metáfora del huevo y la gallina. Muchos estudios señalan la necesidad de contar con una infraestructura de carga para que los vehículos eléctricos se popularicen. Del mismo modo, otras voces indican que no tiene sentido desplegar una gran red con el volumen tan bajo de coches que tenemos.
La llegada del coche eléctrico plantea un cambio de paradigma que va a poner las bases para crear un nuevo ecosistema de compañías a su alrededor. Nuestro invitado de hoy Daniel Pérez, CEO de Easycharger, conoce perfectamente esta situación ya que está poniendo en marcha una de las compañías con más potencial para desempeñar un papel clave en el futuro de la movilidad eléctrica.
De la mano del fundador de EasyCharger repasamos los retos y las oportunidades que abre la movilidad eléctrica en un momento tan crucial para esta nueva industria incipiente.
¿Cómo nace una idea como Easycharger?
Como pasa en muchas ocasiones, este proyecto surge de una necesidad. Yo usaba y probaba muchos vehículos eléctricos porque tenía un canal de YouTube. Detecté que existía una necesidad de carga pero, sobre todo, de unificar las soluciones de carga. Los cargadores tenían diferentes tarjetas que dependían de empresas, ayuntamientos...
Además, estas tarjetas había que recogerlas físicamente o te las mandaban por correo postal. En ese momento vi que había una oportunidad de negocio. Nuestro objetivo era hacer fácil la carga y tener una plataforma de gestión. Al arrancar vimos que había una red muy escasa y que los operadores no querían que un tercero los interoperara.
Empezamos a analizar la posibilidad de crear una plataforma de cargadores rápidos. Yo tenía una muy buena relación con Nissan, hablamos con ellos y llegamos a un acuerdo para hacerlo de forma conjunta. Sacamos adelante una primera ronda de 600.000 euros y, con el apoyo de Nissan, arrancamos el proyecto en 2017.
¿Cuál es la hoja de ruta tras la última ronda de 25 millones de euros?
Cambia totalmente la compañía. Hasta ahora éramos una empresa muy pequeña compitiendo en una liga en la que hay jugadores muy grandes y teníamos que optimizar al máximo cada movimiento. No podíamos errar ningún tiro que diéramos. La ronda nos permite tener un equipo más dimensionado para abarcar cuestiones que antes eran impensables. Ahora mismo nuestro plan es mayor, vamos a desplegar más de 1.000 puntos de carga durante los próximos años.
Además, nos permite tener un súper equipo. Un grupo muy involucrado con el proyecto al que le gusta mucho la movilidad eléctrica. Sin un pulmón financiero importante no podríamos hacer frente a esto. Todo el capital que captamos en la ronda anterior nos habría dado para montar dos estaciones y media.
Del mismo modo, tener como accionistas a fondos internacionales te abre la puerta a otro tipo de operaciones que antes ni nos planteábamos.
Y todo esto desde Palencia...
Efectivamente. Hemos abierto una oficina en Madrid porque hay una serie de perfiles que es más fácil tenerlos allí. Yo voy mucho a Madrid, pero el core de la compañía va a estar en Palencia. Las ventajas y las comodidades que podemos ofrecer a los empleados en una ciudad pequeña no tienen comparación con las de una ciudad grande.
Tenemos una estación de AVE a 300 metros de la oficina. Podemos plantarnos en Madrid en una hora y media cómodamente. En negocios deslocalizados como Easycharger el sitio donde tengas las oficinas es insignificante. La clave es que tu ciudad esté bien comunicada. Es una forma de dar futuro también a estas empresas y a los negocios locales.
Hay elementos que no están permitiendo que el despliegue de la infraestructura de carga del coche eléctrico avance al ritmo que debería hacerlo. ¿Cómo estáis viviendo esta situación?
Tenemos dos problemas muy grandes. Desde que firmamos un contrato, hasta que abrimos, el periodo medio va de 13 a 20 meses. El tiempo medio de la ejecución de la obra son dos meses. Los otros 11-18 meses se lo comen a partes iguales el proceso administrativo y el de las distribuidoras.
Para montar un punto de carga de 250 kW, que es lo que permite poner en marcha puntos de carga ultrarrápidos, necesitas un permiso de industria por cada equipo que montas. Este permiso tarda seis meses. Si no se responde, se deniega y vuelves a empezar. El Ministerio de Transportes cuando montas algo cerca de una carretera también tiene unos plazos de respuesta de seis meses. Aquí perdemos mucho tiempo.
En la parte de las distribuidoras eléctricas tampoco se están haciendo bien las cosas. Cuando pides un punto de suministro están tardando 3-4 meses para darte un punto. Te dicen un punto pero sin identificación por lo que vas totalmente a ciegas. Una vez que has solucionado esto, desde que terminas la obra hasta que te dan de alta los plazos van de seis meses a un año. En este caso lo único que tienen que hacer es un trámite de un par de días de trabajo y un trámite administrativo de 20 minutos.
Si no abordamos estos puntos no se van a cumplir los planes del Gobierno comprometidos con Europa. Si no está lista la infraestructura de carga los vehículos eléctricos no vendrán. La gente no va a comprar un coche con el que no pueda viajar.
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