La carrera por hacer que el ferrocarril español se suba al tren del hidrógeno acelera. Durante los últimos meses dos grandes grupos se han configurado con el objetivo de poner en marcha modelos de trenes capaces de circular por trazados sin electrificar impulsados por hidrógeno. Por un lado, Talgo y Repsol y, por el otro, CAF e Iberdrola han aunado fuerzas para alcanzar una meta fundamental para hacer desaparecer las emisiones de los trenes que aún necesitan apoyarse en el diésel para circular.
Un reto que promete importantes oportunidades de negocio. Pese a que el ferrocarril es en su conjunto el modo de transprote que menos emisiones genera, actualmente el 40% de la red europea de ferrocarril no está electrificada. 80.000 kilómetros por los que diariamente circulan miles de trenes propulsados por diésel.
Pese a que España cuenta con un porcentaje de líneas sin electrificar y tráficos por estas rutas sustancialmente menores al de Francia, ronda el 30%, el tren de hidrógeno forma parte de los proyectos señalados en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Tanto es así que Renfe incluso ha modificado uno de sus futuros contratos para dar entrada a esta alternativa energética por la que ya han optado Francia, Alemania, Países Bajos, Austria o Francia. Un segmento que, actualmente, lidera Alstom.
En este contexto, Talgo y CAF lideran dos iniciativas en las que están poniendo importantes esfuerzos de sus estrategias de I+D. Del mismo modo, Repsol e Iberdrola encuentran en el ferrocarril uno de los primeros casos de usos que permitiría disparar la demanda de una fuente de energía para la que la teoría señala infinidad de virtudes pero que, en la práctica, aún no cuenta con demanda necesaria para generar economías de escala que la conviertan en una alternativa atractiva, no sólo por sus virtudes en materia de sostenibilidad sino, también, por su precio.
CAF e Iberdrola miran a abril
CAF e Iberdrola han constituido una alianza para impulsar el uso del hidrógeno verde en el sector ferroviario y en el transporte de pasajeros. Esta alianza nace del convencimiento de ambas empresas por ofrecer soluciones de movilidad sostenible integrales, que engloben desde el suministro del material rodante y la infraestructura de repostaje hasta las plantas de producción de hidrógeno verde y las infraestructuras de energía renovable.
En abril de este año está previsto que comiencen las pruebas del nuevo tren desarrollado por CAF en su planta de Zaragoza en el marco del proyecto FCH2RAIL, que será impulsado por el hidrógeno verde suministrado por Iberdrola desde la planta que esta última tiene en Barcelona. Este proyecto se encuentra ya en fase avanzada del diseño y fabricación de un prototipo de tren de hidrógeno que toma como base una unidad de cercanías de la serie Civia de Renfe.
Iberdrola cuenta ya en España con dos plantas de producción operativas. El suministro de hidrógeno verde para este proyecto demostrativo se realizará desde la nueva planta de Iberdrola en Barcelona que entró en operación a principios de 2022. Esta hidrogenera propiedad de Iberdrola está ubicada en la Zona Franca de Barcelona, próxima al aeropuerto de la ciudad, y suministra desde enero de 2022 hidrógeno verde a los autobuses de TMB.
Esta planta se incluye dentro de la estrategia del hidrógeno verde de la compañía energética española. Se suma a otros proyectos, como la alianza con Fertiberia en Puertollano, así como el recientemente anunciado Clúster de Hidrógeno Verde Puerta de Europa en Andalucía, que engloba más de 80 empresas.
Primera alianza el pasado verano
Talgo y Repsol anunciaron su alianza el pasado verano. La compañía energética ya opera en Cartagena una gran planta de hidrógeno. La compañía utiliza este gas como materia prima en sus centros industriales, que ya están evolucionando para convertirse en polos multienergéticos donde el hidrógeno renovable es un pilar estratégico para alcanzar las cero emisiones netas en 2050.
En la presentación de su Plan Estratégico, en noviembre de 2020, Repsol anunció que desea desempeñar un papel protagonista en torno al hidrógeno renovable, marcándose el objetivo de liderar el mercado en la Península Ibérica. Para conseguirlo, instalará una capacidad de 400 MW en 2025 y superará los 1,2 GW en 2030.
Talgo tiene, por su parte, una línea de desarrollo de trenes propulsados por hidrógeno. Para ello ha desarrollado su tren Vittal One, una solución modular de Media Distancia y Cercanías alimentada por pila de hidrógeno que será el primer tren dual hidrógeno-eléctrico y tiene además previsto poner en vía en el próximo mes de noviembre un primer tren que permitirá demostrar y validar el concepto en condiciones similares a las de explotación comercial.
La alianza entre las dos compañías busca proporcionar una solución integral para hacer del tren de hidrógeno renovable una realidad. Mientras que Talgo abordará el diseño, fabricación y puesta en marcha de los nuevos trenes autopropulsados de Media Distancia y Cercanías, Repsol aportará su infraestructura de generación de hidrógeno renovable y la logística con la que cuenta la compañía para abastecer a la red ferroviaria.
El reto del precio
Pese a la complejidad técnica que puede suponer implantar una solución que permita a los modelos que hoy se desplazan gracias a la electricidad o el diésel, a largo plazo, ambos proyectos se enfrentan al mismo reto: conseguir que los costes operativos de los trenes que operen con hidrógeno puedan llegar a los niveles de otras tecnologías.
Actualmente la producción de hidrógeno verde no es competitiva en precio frente a otras alternativas tradicionales. El coste viene marcado por el precio de la electricidad utilizada en la electrolisis - que supone un 60% del total-, el proceso de la electrólisis que permite conseguir hidrógeno desde el agua y su mantenimiento y transporte. Factores que en todos los casos pueden ganar competitividad a medida que crezca la demanda de esta alternativa energética.
El objetivo de la industria energética es que el hidrógeno verde alcance la barrera de los 2 euros por kilogramo. Un precio que le permitiría competir contra otras alternativas que vendrá marcado por dos factores: la reducción del precio de la energía renovable necesaria y la mejora en la eficiencia de los procesos de electrolisis que permitirán requerir menos energía en el proceso.
Así las cosas, una de las carreras empresariales que más impacto pueden tener en el medio y largo plazo ha comenzado. Los proyectos de Talgo, Repsol, CAF e Iberdrola tomarán el ferrocarril como campo de pruebas en un proceso que en el futuro también puede impactar como fuente de energía para otros medios de transporte e, incluso, como alternativa para otras industrias fuera de la movilidad.