Tras muchos años esperando su llegada, el coche eléctrico ya es el protagonista de los principales anuncios de las marcas. Poco a poco, sus ventas están despegando con fuerza en cada vez más países. Una tendencia que no está siguiendo la misma velocidad en todos los mercados.
Entre los factores que explican las diferentes velocidades en la adopción de los nuevos modelos cero emisiones, una sobresale por encima de todos: la calidad de la infraestructura de carga. Allí donde los usuarios saben que van a contar con una red que les permita desplazarse con una independencia igual a la de los vehículos de gasolina, los vehículos eléctricos cada vez son más populares.
Un punto en el que, tan importante es la existencia de los puntos de carga como que los usuarios tengan conocimiento de su existencia y de su estado. Y justo esa fue la motivación que hizo que nuestro invitado de hoy, Xavier Cañadell, pusiera en marcha Electromaps. Una plataforma que pretende ofrecer toda la información necesaria a los usuarios de vehículos eléctricos para que puedan cargar sus automóviles y sacarle el mayor provecho posible al tiempo en el que recargan sus baterías.
De la mano del fundador y CEO de Electromaps repasamos el momento que vive la incipiente industria de la infraestructura de carga eléctrica. Un sector en ebullición que será clave en la transformación de la movilidad.
¿Cómo surge la idea de este proyecto? ¿Ha evolucionado mucho vuestra plataforma durante los últimos años?
Todo empezó en 2009. Junto con mi socio Jordi, teníamos una empresa de desarrollo de software y nos enteramos de que instalaban el primer punto de carga en Barcelona. Pensamos en crear un mapa en el que ir añadiendo las nuevas instalaciones de este tipo que se fueran poniendo en marcha.
En ese momento, casi no había modelos, ni cargadores, ni usuarios de movilidad eléctrica. A medida que el mercado se fue dinamizando, el proyecto fue creciendo. Nos dimos cuenta que no iba a ser práctico actualizarlo por nuestra cuenta así que optamos por hacerlo de forma colaborativa apoyándonos en nuestra base de usuarios. Era la forma más efectiva para saber si los puntos estaban operativos, si había cambios en las instalaciones...
El mercado fue evolucionando y desde 2016 los puntos de recargan comienzan a ser capaces de mandar información sobre su situación. Esto fue un cambio importante. Pasamos de un modelo en el que los usuarios tenían 20 tarjetas para cargar sus vehículos a 20 aplicaciones de cada marca y ayuntamiento. Esto no es sostenible y por eso intentamos unificar toda la información en una única plataforma.
En medio de este crecimiento, intensificamos nuestras conversaciones con Wallbox, empresa con la que ya teníamos muy buena relación. Vio nuestro potencial y apostó por nosotros, lo que nos ha permitido contar con muchos más recursos y mejorar nuestra herramienta. De hecho, pronto lanzaremos una nueva versión enfocada en completar la experiencia de nuestros usuarios.
¿Ha cambiado mucho vuestra estrategia formar parte de Wallbox?
Wallbox nació como una empresa vinculada a la carga doméstica. Poco a poco ha ido evolucionando hacia la carga semipública y pública. Querían que sus usuarios de carga doméstica tuvieran acceso a la mejor información de puntos públicos. Tenía mucho sentido para ellos que nos uniéramos para complementar esta información ya que, tarde o temprano, todos los usuarios de un coche eléctrico necesitan cargar en su casa.
Para nosotros formar parte de Wallbox nos ha hecho acelerar. Hemos pasado a duplicar nuestra plantilla, el número de usuarios, de recargas gestionadas... Ha sido un empujón muy fuerte, pero esto sólo acaba de comenzar.
¿Cómo valoráis el impulso de la infraestructura de carga en España?
Para nosotros el principal tema a solucionar es que el control de que lo que se instale esté operativo y sea interoperable. Durante los últimos años ha habido muchas ayudas, pero vemos problemas. Nuestros últimos datos indican que el 25% de los puntos de carga no funcionan. Si la infraestructura no está en un buen estado y no es interoperable toda la inversión será interesante para potenciar la compra de un vehículo eléctrico.
Si una empresa instala 10.000 puntos de recarga pero los usuarios no pueden acceder a ellos si no usan su aplicación, se frena la adopción del coche eléctrico. Si llegas a un punto, no funciona, llamas a un teléfono y nadie contesta, es otro freno. Las primeras experiencias de carga son fundamentales para impulsar el coche eléctrico.
Hace falta una Ley que marque unos mínimos de operación, una interoperabilidad. Si no contamos con unas reglas del juego claras, su ausencia se convertirá en una excusa para justificar que la carga pública no es fiable.
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