El sector de la micromovilidad apoya el cambio de modelo de Madrid: el factor cualitativo se impone al cuantitativo

La continua aparición y desaparición de operadores, su falta de encaje con las infraestructuras de algunas ciudades y algunos incidentes generaron un ruido que tapaba los avances de esta nueva modalidad de transporte que peleaba por encontrar su encaje en el mix de la movilidad urbana. Unos resultados que, poco a poco fueron llegando.

La situación inicial, con casos como Madrid con más de 20 participantes, fue revertida en tiempo récord en la que se han impuesto los actores que dejaron de un lado la especulación para centrarse en ofrecer el mejor servicio de la forma más ordenada. Para ello, ayuntamientos y operadores han acercado posturas durante los últimos meses para encontrar las fórmulas que permitan alcanzar dos objetivos.

Por un lado, ofrecer el mejor servicio a los ciudadanos. Por el otro, crear las condiciones para que estos servicios operen en unos niveles que les permitan generar ingresos que compensen su operación. Dos ingredientes que las nuevas regulaciones están intentando extender por las ciudades españolas.

Nueva reglamentación en Madrid

Un claro ejemplo lo encontramos en el nuevo modelo planteado por el Ayuntamiento de Madrid. Como adelantó Invertia, el equipo de José Luis Martínez-Almeida reunió a los principales operadores del sector para comunicarles las líneas maestras de la nueva regulación y su calendario de implementación.

Entre los principales elementos destaca la reducción de participantes. El consistorio apuesta por un mercado con dos operadores que podría llegar a tres si se cumplen una serie de requisitos. La capital contaría con 6.000 vehículos en una primera fase que, en el caso de que los niveles de uso lo justificaran, podría ir aumentando con el paso del tiempo.

Tras el encuentro, el Ayuntamiento de Madrid abrió un periodo en el que los interesados en operar en Madrid podían mandar sus valoraciones y propuestas de mejoras hasta el pasado 18 de marzo. Una vez recibidas, el consistorio elaborará la convocatoria que fijará las reglas del juego definitivas para los próximos cuatro años.

Un proceso que se espera quede resuelto a lo largo de este año. Si se cumplen las previsiones más optimistas, a finales de 2022 ya podríamos ver el nuevo sistema en marcha, aunque todo parece indicar que será en 2023 cuando las calles de la capital española cuenten con un nuevo sistema de micromovilidad operando.

Primar la calidad del servicio

Una vez cerrado el periodo de consultas, este diario ha recopilado las opiniones de una parte importante de los operadores que optan a hacerse con uno de los puestos que les permitirán operar en el nuevo mercado. Desde Cabify señalan que "el hecho de que el número de operadores se reduzca es algo que es tendencia en múltiples ciudades en servicios de movilidad. Es una manera de buscar que aquellas empresas que prestan el servicio puedan alcanzar la eficiencia con la escala. No somos partidarios de llenar las ciudades de vehículos que estén parados, ya que no beneficia a nadie".

El gigante europeo TIER ha visto en el cambio de regulación la oportunidad para comenzar a operar en Madrid. "Se trata de un concurso que va a estar a altura de las necesidades de la ciudad. Limitar el número de operadores va a permitir contar con un balance entre el negocio y ofrecer una mejor experiencia a los usuarios. Vemos un enfoque tecnológico que consideramos muy beneficioso".

Una posición similar a la que señalan desde Dott. "Llevamos un año y medio esperando la llegada de esta nueva regulación para entrar en Madrid. Nos parece un acierto que los criterios de selección vayan a primar la calidad del servicio. Además, cuestiones como la sostenibilidad o el tiempo de respuesta van a ser considerados lo que supondrá una mejora importante respecto al modelo actual".

Lime, por su parte, ahonda en la importancia de limitar "el número de operadores es necesario en Madrid, especialmente debido a las numerosas idas y venidas de empresas que no están comprometidas con la ciudad. Le hemos pedido al Ayuntamiento que en la selección de los operadores exija la necesidad de operar, que no permita revender licencias, que aumente el número de vehículos a 10.000 para cubrir la demanda en toda la ciudad y que ponga en marcha sistemas para obligar al usuario a estacionar en los puntos específicos".

Apuesta por más operadores

En este sentido, Voi considera que sería razonable contar con más participantes. "Pensamos que es preferible un modelo con tres operadores y que Madrid podría contar con 7.500 vehículos. Lo importante para este servicio es potencia la usabilidad para lo cual es clave superar el modelo actual de zonas de operación. Estamos viendo un diálogo muy positivo con el Ayuntamiento del que va a salir un nuevo marco en el que cuestiones como la seguridad y la generación de empleo de calidad serán tenidas en cuenta".

Bolt se destaca como el operador más partidario a que operen un mayor número de empresas. "Estamos convencidos que restringir el número de operadores de patinetes, especialmente en una gran ciudad como Madrid, es algo limitativo de la libre concurrencia. Es una solución que no se aplica a otra tipología de vehículos en sharing. Como venimos comprobando desde el desconfinamiento, en Madrid hay perfectamente espacio para que convivan cinco empresas".

Así las cosas, Madrid se presenta como el gran mercado en el que los principales actores de la micromovilidad mediarán sus propuestas para hacerse con uno de los concursos más esperados dentro del sector. La resolución del Ayuntamiento marcará un antes y un después para este tipo de servicios en la capital Española y para la andadura en nuestro país de un grup de empresas qué vive un profundo proceso de selección natural.