Terramar

En 2018 Seat vivía una encrucijada. Por un lado, su salud como compañía daba señales de encontrarse mejor que nunca. No en vano, cerró el ejercicio con unas ganancias de 254 millones, cifra que representaba un sólido avance del 33% respecto al año anterior. Del mismo modo, las dudas sobre el futuro y el papel de la marca en la nueva era eléctrica eran evidentes.

En la nueva etapa, que estaba a la vuelta de la esquina, el modelo que había llevado a la marca española a consolidar su presencia era difícilmente replicable. Al menos, durante los primeros años hasta que las economías de escala rebajaran los costes de los nuevos modelos. Centrar la empresa en los modelos de combustiones clásicas e híbridos podía asegurar el corto plazo pero hipotecaba el largo plazo.

En medio de este contexto surgió la figura de Cupra. En una operación contracíclica, había más marcas en desaparición que en creación, lo que hasta ahora había sido un distintivo de los modelos más top de la compañía se convirtió en una marca. El objetivo era atacar a un segmento en el que se consiguieran vender modelos con márgenes más amplios llegando a un público joven y que no encajara en los estándares de otras marcas del grupo alemán. Una operación arriesgada que sólo los que estuvieron en los despachos de la empresa durante esos años saben lo que costó "vender" en los centros de decisión de Volkswagen.

En sólo cuatro años, la nueva marca es una realidad que está en disposición de convertirse en la primera vía de ingresos para la compañía. "Esperamos que en 2023 Cupra ya aporte más ingresos al grupo que Seat. Este será el año del equilibrio y el próximo Cupra será la marca que más nos aporte", ha explicado Wayne Griffiths CEO de la empresa española. 

Pasos firmes en cuatro años

Cuatro años después de esa decisión los datos señalan que el experimento ha salido bien. Alguna voz en la compañía señala, incluso, que mejor que las estimaciones más optimistas. No sólo en lo que se refiere a las ventas. Dentro del grupo Volkswagen el concepto Cupra ha calado y ya forma parte del 'line up' de marcas con las que el gigante alemán quiere conquista la nueva era eléctrica.

Hasta la fecha, la marca ha entregado cerca de 200.000 unidades, mientras su facturación ha pasado de 430 millones de euros en 2018 a casi 2.200 millones de euros en 2021. Este año, Cupra tiene proyectado duplicar sus ventas, su facturación y su red global de Cupra Masters y Cupra City Garages.

Conceptos con los que la compañía no sólo quiere llegar a nuevos públicos. También se están desarrollando nuevos modelos de negocio. El concepto de suscripción y las nuevas relaciones con los clientes se están impulsando desde estos puntos de contacto con los que se pretende encontrar nuevas fórmulas más allá de la venta en propiedad. 

Los futuros Cupra Terrama, Tavascan y UrbanRebel.

Sobre esta base, En 2025 Cupra pretende entrar en una nueva era con tres nuevos modelos electrificados: Terramar, Tavascan y UrbanRebel. Este último concepto es más que un coche para la marca. "Es el modelo que democratizará la movilidad eléctrica urbana. Emocional, sexy, divertido de conducir y, al mismo tiempo, accesible, con él demostraremos que los coches eléctricos no tienen por qué ser aburridos. Así será el vehículo de entrada a nuestra futura gama”, ha explicado Griffiths. 

El trampolín de Future Fast Forward

La puesta en marcha de Cupra ha tenido un impacto mucho más profundo para Seat que lo que se circunscribe a los nuevos modelos. Gracias a este movimiento la compañía ha podido pintar sobre un lienzo prácticamente en blanco la nueva etapa de la empresa. Una estrategia que ha quedado plasmada en su hoja de ruta, denominada Future Fast Forward

Seat lidera un grupo de 62 socios nacionales e internacionales que busca transformar España en un hub europeo de movilidad eléctrica. Para ello la agrupación ha presentado un proyecto para movilizar más de 10.000 millones de euros de forma transversal en toda la cadena de valor de la industria de la automoción.

Imagen de los terrenos en los que ubicará la planta de baterías de Sagunto.

Se trata de la mayor inversión industrial individual de la historia de España que tendrá como guinda y elemento más simbólico la puesta en marcha en Sagunto una de las seis gigafactorías que el consorcio alemán pretende poner en marcha en Europa para nutrir a sus nuevos modelos eléctricos. Una instalación que coloca en una posición privilegiada a las plantas de Landaben en Navarra y Martorell en Cataluña que serán, tras las alemanas, las encargadas de liderar la nueva era eléctrica para el grupo Volkswagen.

"Sabemos exactamente a dónde queremos ir y prometo que el futuro no será nada aburrido. Cada modelo que llevemos al mercado será un paso adelante en nuestro viaje. Nos mantendremos fieles a nosotros mismos y seremos auténticos, este es el espíritu de la Tribu Cupra. Lo haremos al estilo de nuestra marca, como siempre lo hemos hecho. El futuro es eléctrico. El futuro es Cupra", ha concluido Griffiths.