El lento avance del despliegue de la infraestructura de carga para el vehículo eléctrico es, con diferencia, el problema que más preocupa dentro de la industria de la automoción. La falta de puntos de recarga se ve como uno de los factores que más está influyendo en el escaso avance en las ventas de automóviles de nueva generación: supone un 10% del total frente al 20% de otros países como Portugal.
Para agilizar su puesta en marcha, el IDAE creó un grupo de trabajo para la infraestructura de recarga del vehículo eléctrico. Esta iniciativa, impulsada por este organismo y la secretaría de Estado de Energía, está conformada por asociaciones sectoriales, gobiernos autonómicos y agrupaciones medioambientales.
La agrupación arrancó el pasado 15 de junio con un acto al máximo nivel en el que participaron el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Tras este primer encuentro se celebró una segunda reunión en julio. Momento en el que ya se presentaron algunas propuestas. Cuando todo parecía avanzar en buena dirección el proceso se ha parado.
Según ha podido saber este medio, actualmente no existe calendario para celebrar un nuevo encuentro cuando han pasado tres meses desde el último. Además, las comunicaciones se han frenado en seco ya que las propuestas presentadas no han tenido respuesta alguna en este periodo. Una situación que preocupa mucho a los integrantes de este grupo.
El principal problema, fuera de las ciudades
Actualmente, el despliegue de la infraestructura de carga no está cumpliendo el ritmo esperado en el conjunto del país. Una situación que se agudiza aún más en los municipios de menos de 50.000 habitantes. Pese a ocupar el 82% de la superficie del territorio nacional, el despliegue de los puntos de carga en la mayoría de ellos es muy inferior al de las ciudades.
Entre las propuestas compartidas dentro del grupo de trabajo destaca la creación de un plan de despliegue de puntos de recarga en municipios de entre 2.000 y 50.000 habitantes. Pese a que comercialmente estas regiones pueden tener un interés menor en el arranque, van a desempeñar un factor fundamental para mallar el territorio nacional y facilitar los viajes de media y larga distancia con vehículos eléctricos.
En este sentido, una de las críticas más importantes que se realiza a la situación actual es que, pese a que las metas finales de número de puntos de carga y vehículos eléctricos están fijadas, no existe un calendario anualizado para su despliegue. Desde el sector se sostiene que contar con unas etapas de despliegue claras ayudaría a fomentar la movilidad eléctrica.
En este sentido, dentro de las propuestas presentadas se señala la necesidad de llevar a cabo un plan progresivo hasta 2028. Un despliegue que tendría identificada una primera fase que debería estar lista en junio de 2024.
El eterno debate de la fiscalidad del coche eléctrico
La falta de infraestructura de carga no es el único problema que se puso sobre la mesa en el grupo de trabajo. La necesidad de reformar la fiscalidad de los vehículos eléctricos viene siendo una demanda que, hasta el momento, no ha sido escuchada.
En este caso el Ministerio de Hacienda se ha mostrado inamovible en aplicar medidas que han funcionado en los países más avanzados en materia de movilidad eléctrica. En el caso de Noruega los automóviles eléctricos no pagan IVA frente al 25% con el que se tasa un coche de combustión. Además, los usuarios de estos vehículos están exentos de pagar impuesto de circulación ni aranceles de importación.
El gobierno ha fijado que, para 2030, España debe contar con un parque de cinco millones de vehículos eléctricos. Una meta que, al ritmo actual, parece inalcanzable. Entre enero y diciembre del pasado año las matriculaciones de coches eléctricos nuevos sólo llegaron a las 27.769 unidades.
Así las cosas, las próximas semanas serán fundamentales para redirigir esta situación. Tras la adjudicación del PERTE del vehículo eléctrico, desde el sector se esperan avances en una mesa de diálogo que se considera fundamental para el futuro del sector de la automoción en su conjunto. Ya que, como repiten casi como un mantra, "de nada servirá que las plantas españolas consiga asignaciones de vehículos eléctricos si luego no se venden en nuestro mercado".