Este proceso, que arrancó en mayo de 2021 con la entrada de Ouigo en España, ha afectado a la puntualidad de la alta velocidad. Hay que tener en cuenta que la competencia ha incrementado el tráfico en los corredores de alta velocidad, lo que supone un mayor reto en la gestión de la red y la puntualidad de los servicios.

Así, el número de trenes retrasados más de 15 minutos en los servicios comerciales de alta velocidad se ha incrementado en 5 puntos porcentuales y el tiempo de retraso promedio ha aumentado un 21% en 2023 con respecto a 2019 (un 19% con respecto a 2022), según consta en el Informe sobre el Balance de la Liberalización del Transporte de Viajeros por Ferrocarril’ publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

En concreto, en torno al 7% de los trenes de Renfe sufren retrasos superiores a 15 minutos. La duración media de sus retrasos es de 21 minutos. A pesar de ser la más baja del sector, está por encima de los 15 minutos por los que Renfe ya indemnizaba al usuario.

En 2023, de los 57.088 trenes de alta velocidad de Renfe que circularon por territorio español, 3.967 sufrieron demoras de más de 15 minutos (el 6,95%) acumulando un retraso total de 83.255 minutos. Cierto es que Renfe tiene mejores tiempos en cuanto a puntualidad, pero al operador público le penaliza el hecho de seguir siendo la compañía que más trenes pone en circulación. 

Trenes retrasados más de 15 minutos y duración del retraso en los corredores con competencia (2023). Fuente: CNMC.

Y es precisamente esos 15 minutos donde Renfe ha decidido hacer el gran cambio. Con el nuevo sistema, las compensaciones pasan a ser del 50% para retrasos de más de 60 minutos cuando antes bastaba con que el tren tuviera un retraso de sólo 15 minutos. Y para cobrar todo el billete el tren deberá sufrir una demora de más de 90 minutos. 

Respecto a su competencia, cerca del 5% de los trenes de Iryo y de Ouigo sufren retrasos superiores a 15 minutos. La duración media de los retrasos es de 39 minutos en el caso de Ouigo y de 28 minutos en el caso de Iryo.

En total, el 6,3% de los trenes sufren retrasos superiores a 15 minutos, teniendo estos retrasos una duración media de 24 minutos.

En dicho informe, Competencia llegó a afirmar que "la puntualidad es un elemento esencial de la calidad del servicio desde el punto de vista de los viajeros, hasta el punto de que Renfe ha adquirido exigentes compromisos de devolución del precio del billete en caso de retraso". Esta política comercial ha sido imitada, con compromisos menos exigentes, por los nuevos entrantes. 

Pero ahora, el cambio de política lo que hace es equiparar su compromiso con la puntualidad al de competidores como Ouigo e Iryo. Obviamente, esta medida permitirá a Renfe ahorrarse unos cuantos millones de euros en devoluciones. Solo en el año 2023, la empresa pública abonó 42 millones de euros a sus usuarios en compensaciones por retrasos, según datos de Facua.

Una medida, que como hemos dicho antes es polémica y que, además, se enmarca en un clima de tensión en el sector tras las declaraciones del ministro de Transporte, Óscar Puente, contra Ouigo por realizar “competencia desleal” y ser culpable de arrastrar a Renfe a pérdidas.

Culpabilidad en los retrasos

Y, ¿de quién es la culpa de los retrasos? El 63% de los trenes retrasados lo son por causas responsabilidad de las empresas ferroviarias, debido a problemas con el material rodante o a decisiones comerciales. El retraso medio en estos casos fue de 22 minutos. 

El resto de las demoras lo son por causas imputables al administrador de infraestructuras (Adif), la mayor parte de ellas por problemas en la infraestructura (30%) y, en concreto, en los equipos de señalización (23%). La duración de estos retrasos fue de 28 minutos de media.