La pesadilla de los trenes Avril para Renfe: llegan con años de retraso y acumulan averías y miles de afectados
- El elevado número de incidencias relacionadas con la Serie 106 ha debilitado la relación entre la empresa pública y el fabricante ferroviario.
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La pesadilla de Renfe con los Avril continúa en 2025. Un fallo informático dejó inmovilizados el pasado 1 de enero todos los trenes de este modelo afectando a más de 19.000 pasajeros que tuvieron que ser reubicados. A pesar de que se resolvió rápidamente, esta incidencia engorda una larga lista de desencuentros entre la empresa pública y el fabricante por culpa de este modelo.
Hablamos de un modelo encargado por Renfe a Talgo en 2016 tras ganar un contrato un tanto polémico. El fabricante de origen vasco se impuso a rivales como Siemens, Alstom y CAF y se hizo con un jugoso contrato para la construcción de 30 trenes de la Serie 106 (por cerca de 1.500 millones).
Estos trenes comenzaron a operar en mayo de 2024. Es decir, con un retraso de más de dos años. Algo que supuso el primer gran encontronazo entre Renfe y Talgo. De hecho, durante su mes de estreno las incidencias y retrasos se sucedieron, especialmente en la línea de alta velocidad que une Madrid con Galicia.
Pero el 5 de agosto llegó la avería que hizo saltar por los aires la relación entre Renfe y Talgo. Un tren de Avlo del modelo Avril se averió y quedó parado a la entrada de la estación de Chamartín con 494 pasajeros a bordo que estuvieron durante más de dos horas encerrados sin electricidad. Esto, a su vez, generó el retraso de otros convoyes y miles de pasajeros se vieron afectados.
Ante esto, Renfe pidió indemnizaciones económicas a Talgo por los daños. También reclamó a Talgo una solución inmediata a estas incidencias que se reproducen desde el primer día de circulación de los trenes Avril. En concreto, el operador público puso una cifra: 479 incidencias desde el pasado 21 de mayo y hasta el 5 de agosto. Dato que ha ido en aumento, aunque Renfe no ha actualizado la cifra.
Hasta el ministro de Transportes, Óscar Puente, no dudó en quejarse públicamente de una situación que estaba dañando la imagen de Renfe. “Las incidencias en el servicio se han incrementado de manera sustancial en todos los corredores, produciendo afectaciones importantes y afectando a la calidad del servicio”, denunció.
Además, la puntualidad de los trenes S106 es del 40,72%, muy por debajo del 90% que tienen los servicios de la compañía.
Pero la cosa no quedó aquí. La tensión entre operador y fabricante se elevó hasta el punto en el que Renfe exigió a Talgo la destitución de Javier Fernández Sánchez del Peral, director general de Tarvia.
Esta empresa se fundó en 2021 y está destinada al mantenimiento de los trenes de Renfe, incluidos los polémicos Avril. La mayoría de su accionariado está en manos de Talgo, que tiene el 51% de la empresa. El 49% restante de la compañía pertenece a Renfe. No obstante, según ha podido saber este periódico, tal destitución no se llevó a cabo. Simplemente fue “el calentón del momento”, apuntan fuentes cercanas.
Última avería
Con la última avería, provocada por un fallo informático al cambiar el año ya que no reconocía el 1 de enero, Renfe no descarta penalizar a la compañía.
“La incidencia está resuelta y estudiaremos en el marco de la relación tan compleja y difícil que tenemos con Talgo si esto añade algún elemento más a las penalizaciones que ya tiene”, dijo el presidente de Renfe, Raül Blanco, que calculó un millón de euros de coste de la avería.
Con las penalizaciones que tiene Talgo se refiere a una multa de 116 millones de euros por los retrasos y 50 millones adicionales por lucro cesante. Cabe recordar que el fabricante de origen vasco empezó a entregar el pedido de los 30 trenes Avril a Renfe hace ocho meses, acumulando un retraso de más de dos años. Y aún quedan siete convoyes más por entregar.
Desde el pasado mes de diciembre, la multa de 116 millones ya está pagada. Aún así, Talgo considera que es “improcedente”. La empresa ha presentado una contestación formal en la que asegura que aporta para su defensa nuevos argumentos e insiste en la validez de las justificaciones aportadas previamente en el expediente de penalizaciones.