La sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS) se ha convertido en uno de los desafíos que encabeza la lista de prioridades del Ministerio de Sanidad. La cronicidad junto con la pluripatología son dos de los fenómenos que explican que el SNS debe cambiar para adaptarse al nuevo perfil del paciente.
Así lo señaló María Luisa Carcedo, ministra de Sanidad en funciones, durante su intervención en en la clausura de II ciclo Pacto de Estado por la Sanidad. Innovación y sostenibilidad: claves de la Sanidad del futuro en la sede del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF) organizado por la Asociación Española de Derecho Farmacéutico (Asedef) en la que la ministra destacó seis retos fundamentales para el SNS.
Carcedo inició su intervención señalando al “acelerado envejecimiento derivado de la creciente longevidad y de una baja tasa de fecundidad” en nuestro país. Una transformación que ha hecho que “las necesidades de atención” hayan “variado enormemente”.
Otro de los cambios que ha sufrido la sociedad española fue otro de los retos elegidos por Carcedo: la incorporación de la mujer al mercado laboral, que ha provocado que el sistema tenga que cubrir el papel de los cuidados. “El 86% de quienes cuidan las personas son mujeres, pero cada vez serán menos porque reivindicamos un hueco en el mercado laboral”, explicó.
Pero la cartera que dirige María Luisa Carcedo tiene varios aliados para contribuir a la eficiencia del sistema. Se trata de la tecnología y la innovación -otro de los retos-, aspectos que la ministra calificó como “una oportunidad para mejorar la salud y la eficiencia del SNS, pero que también pone sobre la mesa desafíos relevantes”.
La ministra insistió en la importancia de la “sostenibilidad política, económica y moral” del Estado de Bienestar. En esta línea, Carcedo explicó que se debe “retener el compromiso social, en especial de la clase media con el Sistema (Nacional de Salud) porque de otro modo solo conseguiremos privatizar el riesgo social”.
Así, la ministra pidió un voto de confianza para la sanidad pública y señaló que “si los servicios públicos se quedan solo para quienes no pueden pagar los privados, se deterioran”. Carcedo echó la vista atrás para justificar la reducción de “la capacidad del sistema sanitario y de los servicios sociales” y señaló a las “políticas de austeridad”.
La responsable de Sanidad en funciones rechazó los recortes en la atención primaria y la introducción de nuevos copagos. De hecho, la eliminación del copago es una de las medidas sanitarias que el Ejecutivo de Sánchez espera poner en marcha si resulta de las próximas elecciones un gobierno socialista. Carcedo afirmó que hasta 2006, el SNS “era una herramienta de justicia social muy potente que contribuyó a la disminución de la desigualdad”, haciendo mención a publicaciones especializadas. “Un SNS ineficiente no es útil ni para la ciudadanía ni para la industria porque será insostenible”, justificó.
La ministra no ha olvidado retos globales como el cambio climático. “La globalización y el cambio climático suponen importantes desafíos. Según la OMS, los determinantes ambientales son responsables del 20% de la mortalidad total. La contaminación del aire causa siete millones de muertes prematuras”, describió.
María Luisa Carcedo apuntó durante su intervención que el Ministerio que dirige debe crear las condiciones para que los agentes económicos puedan desarrollar su actividad e innovar. “Solo el sector de los productos tecnológicos, cuyo principal cliente es el SNS, crea 24.200 empleos directos en distintos lugares del territorio nacional”, puso como ejemplo.
Los pasos a seguir
Carcedo no solo puso sobre la mesa los desafíos sanitarios sino que explicó cuáles son las líneas de trabajo del Ministerio (en funciones) que dirige. En primer lugar, la responsable de Sanidad señaló la necesidad de un “enfoque más saludista, multisectorial y productivo”.
La ministra hizo hincapié en la necesidad de “ahondar en el principio de la equidad y de contribuir a eliminar las desigualdades teniendo en cuenta perspectivas de género y territoriales”. Carcedo también apostó por la “racionalización de nuevas inversiones y si fuera necesaria, también la desinversión” en aquellos medicamentos que no sean eficientes para dar prioridad al “alto valor terapéutico”.
La ministra se ciñó a la hoja de ruta del Ministerio en los últimos meses y desveló pocos planes a seguir si sigue al frente del departamento de Sanidad después del 10 de noviembre.