Además de endurecer las restricciones a la movilidad, varios países europeos se están planteando ampliar el uso de las mascarillas FFP2 siguiendo el ejemplo de Austria, que ha obligado a su población a usar estos productos en transportes públicos y en espacios como los supermercados. España se plantea seguir este ejemplo. Pero hacerlo supondría que es necesario un suministro de millones de unidades al mes que, a día de hoy, no es posible mantener.
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), ha indicado que el Ministerio de Sanidad valora ampliar el uso de este tipo de mascarillas, a la manera austriaca. Hasta ahora, el departamento defendía su uso sólo para profesionales o para personas que pudieran realizar actividades de riesgos relacionadas con la Covid-19.
El campo en el que tendría un mayor impacto esta medida sería el del transporte público. Según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el pasado mes de noviembre, 245 millones de viajeros utilizaron esta opción para desplazarse por España, tanto dentro como fuera de las ciudades.
Esta cifra recoge el número de desplazamientos totales en España. Dependiendo de las características de cada FFP2, podría ser una buena referencia para calcular el número de mascarillas necesarias. Para casi la totalidad de estos viajes se deberían utilizar unidades nuevas si se cumplieran la indicaciones de los tiempos de uso.
Además, hay que tener en cuenta que la cifra de desplazamientos podría ser mayor en este 2021, puesto que se espera que los desplazamientos vayan en aumento a partir de la próxima primavera. En concreto, el transporte público urbano acumuló 147 millones de usuarios durante el penúltimo mes de 2020. De ellos, 90 millones correspondieron a los servicios de autobús y 57 millones al metro.
Otros 63 millones de viajeros recurrieron al transporte público para moverse entre ciudades. De ellos, 34 millones correspondieron a servicios de autobús, 28 millones a ferrocarril, menos de un millón (865.000) al avión y 290.000 al marítimo.
Por último, el denominado como transporte especial y discrecional -que incluye entre otros el transporte escolar- supuso 33 millones de usuarios en noviembre.
Problemas de suministro
Poder mantener el mercado español de mascarillas FFP2 abastecido ante este incremento de demanda mensual es prácticamente imposible. Así lo indican fuentes de empresas fabricantes y que suministran los establecimientos de nuestro país. “Es prácticamente imposible”, alertan, sobre todo si otros países europeos aplican un uso similar de las FFP2 y tensionan el mercado.
De hecho, estas fuentes alertan de que se podría dar una situación de desabastecimiento de este producto, similar a la de la primera ola del coronavirus.
En la patronal este sector, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (Asepal), admiten que “la obligatoriedad para toda la población podría resentir el abastecimiento de estas mascarillas. No habría capacidad para satisfacer la demanda a corto plazo”, indica Luis Palacios, su secretario general.
Admite además que en estos momentos es difícil precisar cuál es la producción y abastecimiento de FFP2. “El mercado ha cambiado radicalmente. Empresas que se han dedicado tradicionalmente a este tipo de productos han aumentado su capacidad de producción y hay muchos agentes y empresas que se han metido a su fabricación”.
Pero lo que más preocupa a este sector es que, ante un disparo de la demanda como el que se puede dar, se recurra a proveedores desconocidos y producto de baja calidad para cubrir el expediente.
De hecho, esto es lo que se hizo durante la primera ola de la Covid: el Gobierno permitió la entrada de productos sin marcado CE, que es el que asegura los estándares de calidad comunitarios, y se comenzaron a vender en España las mascarillas autofiltrantes KN95, equivalentes presuntamente a las FFP2.
A pesar de que legalmente los fabricantes de las KN95 tenían que pasar por los correspondientes procesos de certificación, el 50% de ellos no lo ha hecho, según denuncia Palacio.
Este ‘permiso’ acabó el 1 de enero. Desde entonces, no se pueden introducir más KN95 sin certificar en España. Tampoco se pueden vender, aunque su uso no está penado. Sin embargo, la falta de control de las autonomías ha llevado a que las que ya se han introducido se sigan comercializando en los establecimientos de nuestro país.
El precio
Otro detalle a tener en cuenta es su precio. Cabe recordar que las únicas mascarillas que tienen un precio máximo aprobado por el Gobierno hoy en día son las quirúrgicas. Así, las FFP2 siguen sometidas a un IVA del 21%.
En octubre, el precio de cada mascarilla FFP2, según la consultora Iqvia, estaba en los 2,9 euros. Cabe recordar que antes de la pandemia, el coste por unidad era 1,78 euros por unidad.