Hace unos días, Madrid reveló que mantuvo contactos con representantes de los productores de la vacuna antiCovid rusa Sputnik V, un encuentro que fue censurado por el propio Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Sin embargo, el Ejecutivo tiene las manos atadas ante estas acciones. No cuenta con herramientas legales para impedir que las regiones se 'salten' la compra centralizada de la Unión Europa y adquieran sus propias dosis de antígenos contra el coronavirus.
Una compra de vacunas de la Covid, en su contexto legal, se articularía igual que la de cualquier otro producto sanitario o vacuna. De hecho, durante los peores meses de la pandemia, el Ejecutivo habilitó diversas centrales de compras para tratar de paliar la escasez de estos materiales (sobre todo de protección para sanitarios). Pero ello no impidió que las regiones hicieran sus propias compras.
Lo mismo ocurre con las centrales de compras conjuntas de vacunas, en general. Este modelo de adquisiciones ha permitido comprar los productos más diversos, desde vacunas de la difteria hasta dosis de la gripe, pero adherirse a él no es obligatorio. Legalmente, no se puede forzar a las regiones a ello. Así lo demuestra que solo el 70% de las regiones participen habitualmente. El mismo principio se aplica en el caso de las vacunas contra la Covid.
Así lo explica Julio Sánchez Fierro, doctor en Ciencias de la Salud y experto en derecho sanitario. "Durante lo peor de la pandemia, cada comunidad autónoma se tuvo que buscar la vida. Pudieron adquirir por su cuenta", más allá de lo que aportó el Estado. "Y esto fue durante el mando único".
Por ello, el expresidente de la Agencia Española del Medicamento y exsubsecretario del Ministerio de Sanidad reitera que no hay herramientas legales para impedir que las regiones compren sus propias vacunas de la Covid.
"¿Dónde está la norma que dice que no puedan hacerlo? Tendrían que argumentarse motivos de salud pública que en otros momentos no se han utilizado" para adquirir vacunas y que por tanto serían inaplicables, indica.
En este sentido, la única condición legal que cumplir las regiones es que las vacunas antiCovid que compren estén aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y se puedan comercializar en la Unión Europea. Un requisito que, por cierto, no cumple Sputnik.
Falta de dosis
Sin embargo, no parece probable que las regiones vayan a recurrir a esta estrategia. Quitando el caso de Madrid con Sputnik V, fuentes autonómicas aseguran que no tienen pensado recurrir al mercado 'en solitario'.
De hecho, desde el sector farmacéutico se asegura que no ha habido acercamiento alguno de las regiones a las compañías que cuentan con dosis aprobadas en el mercado europeo.
Según fuentes del sector, hay varias causas para que las regiones no hayan abordado esta estrategia. Por un lado, que ya no queda oferta de vacunas sin compradores. El mercado está totalmente copado.
Y por el otro, los elevados costes y los problemas que tendrían las propias regiones para negociar de manera directa con las cúpulas de las compañías, que son las que se están encargando de negociar, directamente, la venta de vacunas contra la Covid.
Además, dichas fuentes esperan que con la llegada de las vacunas de Janssen y, cuando se aprueben, las de Curevac y Novavax, España se 'inunde' de dosis y no sea necesario comprar vacunas adicionales.
De hecho, consideran que, a pesar del problema surgido con AstraZeneca, el objetivo presentado por Pedro Sánchez haber inmunizado contra el coronavirus al 70% de la población a finales de agosto es factible.
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