Casi la mitad de los españoles quiere ser cuidado en casa de forma profesional durante su vejez. Sin embargo, puede que el nivel de autonomía no les permita permanecer en su domicilio, por lo que se abren dos vías: las residencias de mayores o los pisos tutelados. En el primer caso, el 90% espera tener atención médica, siendo este el primer servicio de salud que les gustaría encontrar.
Son algunos de los resultados del estudio El futuro de los cuidados”, elaborado por Sondea a partir de más de 2.000 encuestas a personas de entre 55 y 70 años y presentado este viernes por Clece.
"Los resultados obtenidos a través de la encuesta ratifican algo que ya veníamos afirmando: el modelo de cuidados actual ha de dirigirse a prolongar la autonomía de nuestros mayores para que permanezcan el mayor tiempo posible en sus domicilios y retrasar la entrada en residencias", señala Ignacio Gamboa, director técnico de Servicios Sociales de Clece.
Para ello, "es fundamental impulsar mejoras en los servicios de atención domiciliaria sin olvidar la importancia de las innovaciones tecnológicas para potenciar esa autonomía y mejorar la calidad de vida", ha continuado.
Pero no en todos los casos será posible dar ese cuidado profesional en el domicilio, por lo que tendrán que acudir a residencias o pisos tutelados.
En el supuesto de vivir en una residencia, cerca del 80% asegura que le gustaría hacerlo con personas afines y en grupos reducidos y siempre manteniendo su capacidad de elección en determinadas cuestiones, como invitar a amigos y familiares y decidir la hora de levantarse o de acostarse.
La atención médica es el principal servicio de salud que les gustaría encontrar en una residencia a 9 de cada 10 encuestados y la mayoría de ellos esperaría que contase con personal suficiente como para prestar un servicio personalizado y de calidad.
Por lo que respecta a los pisos tutelados, son principalmente las mujeres las que se decantan por esta opción.
En cualquiera de los tres supuestos, la mitad de los encuestados afirma que les gustaría que su familia les visitara pero respetando su intimidad. Más del 20% ha manifestado que prefiere que sus familiares estén lo menos involucrados posible para no resultarles una carga. Y sólo 1 de cada 4 encuestados (25%), mayoritariamente hombres, ha revelado que sí quiere que su familia esté lo más involucrada posible a lo largo de su vejez.