El pasado viernes saltaron todas las alarmas. Se había detectado en Sudáfrica una nueva variante de la Covid-19 a la que la Organización Mundial de la Salud bautizó como ómicron. De manera casi inmediata, la industria farmacéutica se puso a estudiar la eficacia de sus vacunas frente a esta cepa para averiguar si es necesario producir nuevos antígenos. En el caso de que así sea, la producción en 2022 será limitada y dejaría al 23% de la población mundial sin inmunizar: 'solo' habrá 6.000 millones de dosis.
Cabe recordar que, actualmente, la población mundial asciende a 7.800 millones de personas. De ahí que las previsiones de producción de nuevas vacunas frente a ómicron que hace Airfinity sean insuficientes para hacer un despliegue global.
Para el cálculo se ha tenido en cuenta que solo se administrará una dosis de refuerzo (aunque esto todavía es una incógnita). Es decir, habrá vacunas para casi el 77% de la población, dejando al 23% restante sin cubrir.
El pronóstico considera los 100 días que los fabricantes necesitarán para adaptar sus antígenos a la nueva cepa de la Covid-19. Es decir, las compañías no podrían empezar a producir dosis antes de marzo de 2022.
Además, hay que tener en cuenta el tiempo que necesitarán las farmacéuticas para adaptar las instalaciones y escalar la producción. En el mejor de los casos, se podrían fabricar 6.000 millones de dosis para octubre de 2022, siempre según las previsiones de Airfinity.
Pero hay otro condicionante. Cambiar las instalaciones significa parar la producción actual de antígenos. En este escenario, en el que los fabricantes cambian el 50% de su capacidad de producción, el suministro de vacunas no alcanzará los 6.000 millones de dosis hasta enero de 2023.
Airfinity también prevé que se producirán más dosis de las vacunas basadas en ARN mensajero.
La razón de esta afirmación se basa en que esta tecnología permite un desarrollo rápido si la vacuna necesita adaptarse a posibles mutaciones, tal y como contó Nanette Cocero, presidenta global de Vacunas de Pfizer, en una entrevista concedida a EL ESPAÑOL-Invertia.
Además de una adaptación más veloz a las variantes, Airfinity recuerda que escalar la producción de las vacunas basadas en ARN mensajero es también más rápido que los antígenos de vectores virales de cultivo celular.
De hecho, el 65% de las dosis que se produzcan serán de las vacunas de Pfizer y Moderna. Mientras, AstraZeneca fabricará el 21% y Janssen, por su parte, el 15% restante.
El CEO de Airfinity, Rasmus Bech Hansen, ha señalado que "aunque las nuevas vacunas se pueden configurar con relativa rapidez y esperamos ver una aprobación rápida, no existe una fórmula mágica para aumentar la producción. Nuestros datos muestran que vacunar a todo el mundo contra ómicron está muy lejos".
Los tiempos de la EMA
La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) tardaría entre 3 y 4 meses en aprobar una nueva vacuna contra la Covid-19 adaptada a ómicron si se confirma que esta variante del virus escapa a las inyecciones existentes, según ha anunciado este martes su directora ejecutiva, Emer Cooke.
"Si se necesita modificar las vacunas existentes, nosotros podríamos estar en posición de aprobarlas en un plazo de tres o cuatro meses desde que empiecen a cambiarse", ha explicado Cooke.
Por el momento, habrá que esperar dos semanas para que los laboratorios terminen su análisis para comprobar si la variante ómicron escapa o no a las vacunas actuales.