El pasado 10 de febrero el uso de mascarillas en exteriores dejó de ser obligatorio en España. Poco más de dos meses más tarde, el Gobierno también retiró su uso en interiores. Dos hechos que han provocado que la producción de este producto sanitario caiga hasta un 60% desde mediados de enero.
Así lo ha confirmado Francisco Sánchez, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Mascarillas, Batas y EPIs (OESP), en conversación con EL ESPAÑOL-Invertia. "La población ha relajado su uso y ha bajado el consumo de mascarillas".
Una situación que pone contra las cuerdas a esta industria en nuestro país. "Habrá empresas que aguanten, otras diversificarán su negocio y otras se verán obligadas a cerrar", ha avisado Sánchez. De hecho, los turnos en las fábricas ya se han reducido, llegando incluso a quedarse en solo uno.
Previsiones de futuro
Para la asociación es difícil hacer previsiones de futuro, ya que "van a depender de las compras que haga la Administración Pública", ha dicho su presidente a este medio.
Sánchez hace así un llamamiento: "Nuestro futuro sería mejor si la Administración apostase por la calidad y no solo por el precio". De hecho, desde la organización se han puesto en contacto con las autoridades competentes para hacerles llegar este mensaje.
Y es que "no es igual cómo se fabrica en países asiáticos a cómo lo hacen empresas europeas", ha recordado. "No pedimos que se nos subvencionen, pedimos que se compare una cosa con la otra teniendo en cuenta todos los factores, no solo el precio".
Pero no es el único llamamiento que hace la asociación: "Es necesario mantener la capacidad estratégica de nuestro país para no volver a la situación que vivimos al inicio de la pandemia", ha incidido el presidente de la OESP.
Por el momento, aunque el uso de la mascarilla se haya relajado tanto en exteriores como en interiores, lo cierto es que hay excepciones donde hay que seguir utilizándola: hospitales, centros sociosanitarios y transporte público.