El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha explicado que la publicidad de las bebidas 0,0 "supone también una promoción de la misma marca alcohólica". Es decir, "Tanqueray 0,0 y Tanqueray es lo mismo". De ahí que se vaya a incluir 'en el mismo saco' a las bebidas 0,0 que a aquellas que sí llevan alcohol. "Se trata de una ley preventiva", ha añadido en un encuentro con los medios.

En concreto, el anteproyecto de ley prevé la prohibición de cualquier forma directa, indirecta o encubierta de publicidad de bebidas alcohólicas o productos que simulen ser una bebida alcohólica (los sin alcohol 0,0) incluyendo el nombre comercial, la denominación social, símbolos o marcas comerciales de las personas o empresas productoras de dichas bebidas, dirigida a personas menores de edad.

El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla. Gustavo Valiente / Europa Press

Tampoco se podrá emplazar publicidad en la vía pública, o en lugares visibles desde la misma, a excepción de más allá de 200 metros lineales de zonas frecuentadas por menores de edad como centros de educación, centros sanitarios, servicios sociales y sociosanitarios, parques y lugares de ocio infantil. 

Del mismo modo, se prohíbe el emplazamiento de publicidad en centros educativos, de protección, destinados a menores, o deportivos, ocio o espectáculos durante sesiones destinadas a menores de edad. También en programas o bloques destinados a este colectivo. El entorno digital también tendrá restricciones cuando estos estén dirigidos principalmente a menores de edad.

En definitiva, la publicidad de los productos sin alcohol pero en los que se identifique la marca, estará prohibida en aquellos supuestos destinados a menores de edad y en la vía pública, a excepción de si se sitúan a más de 200 metros de los lugares ya mencionados. 

Eso incluye, tal y como ha aclarado Mario Fontán, asesor de la Secretaria de Estado de Sanidad, la publicidad de bebidas alcohólicas y 0,0 en toldos o mobiliario de los bares que se sitúen a menos de 200 metros de centros educativos, parques y lugares de ocio infantil. 

Sanciones

Otro de los puntos incluidos en el anteproyecto de la ley que han detallado Padilla y Fontán durante el encuentro con los medios de comunicación ha sido el de las pruebas de alcoholemia, las sanciones y sus cuantías. 

Según reza el anteproyecto de ley, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán realizar pruebas de alcoholemia en lugares y circunstancias específicas donde el consumo de alcohol esté prohibido.

Respecto a las sanciones, la multa impuesta a los menores de edad por la comisión de la infracción leve relacionada con el consumo de alcohol, podrá ser suspendida a cambio de la participación en programas preventivos de sensibilización y concienciación o rehabilitadores en función de cada caso.

En cuanto a las cuantías, Padilla ha explicado que las leves irán desde los 60 euros hasta los 600; las graves desde los 601 euros hasta los 30.000; y las muy graves desde los 30.001 hasta 600.000 euros. 

El consumo de alcohol en menores se ha elevado desde 2020.

El próximo lunes, el Ministerio de Sanidad sacará a consulta pública la futura ley. Al publicarse en periodo vacacional, el plazo para hacer aportaciones se extenderá hasta mediados de septiembre, tal y como ha detallado el secretario de Estado de Sanidad.

El objetivo del equipo que dirige Mónica García es elevar la norma al Consejo de Ministros antes de que acabe este año o como muy tarde a principios de 2025. Una vez aprobada por el Gobierno, iniciará los trámites parlamentarios.

Se eleva el consumo en menores

La elaboración de esta norma responde al incremento del consumo de alcohol entre los menores de edad. Según la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes), el alcohol es la sustancia psicoactiva de consumo más generalizado entre estudiantes de 14 a 18 años.

En 2023, el 75,9% dice haberlo consumido alguna vez en su vida, el 73,6 % en el último año, y el 56,6% en el último mes. A esto se suma que la percepción de los adolescentes sobre la facilidad para adquirir bebidas alcohólicas es muy alta. El porcentaje que consideran que les resultaría fácil o muy fácil conseguir bebidas alcohólicas alcanza el 93%, pese a que las normativas autonómicas prohíben la venta a menores de edad.