El envejecimiento del colectivo de Muface es sólo la punta del iceberg: lo que está por llegar
- La edad media de los mutualistas se ha incrementado en más de tres años en la última década.
- Más información: Muface garantiza la atención sanitaria de los funcionarios hasta que se convoque una nueva licitación.
El envejecimiento de los funcionarios que pertenecen a Muface es una realidad. Así lo ponen de manifiesto los datos. En 2013, la edad media de los titulares de la mutualidad era de 54,2 años. Una década después, es de 57,8. La edad es un factor determinante en la aparición de patologías y, como consecuencia, en el incremento de las necesidades de atención sanitaria y del gasto.
Una situación que es el primer síntoma del problema que también tendrá que afrontar la Administración pública en un futuro no muy lejano. Es la punta del iceberg. Según Funcas, la edad media de los asalariados es de 43,5 años, mientras que en el caso de los autónomos se alcanzan los 48 años.
Analizaremos primero la situación actual de Muface. Un reciente informe encargado por SegurCaixa Adeslas alerta de que "se está produciendo un envejecimiento progresivo de la población asegurada conforme pasan los años, lo que se traducirá en un aumento de los gastos superior al de los ingresos si estos últimos no se actualizan".
El sistema sufre una tensión financiera creciente porque las incorporaciones de nuevos mutualistas se producen en los tramos más elevados de edad (básicamente por acceso a la condición de funcionarios de interinos).
Estos son precisamente en los que la diferencia entre prima y coste de las prestaciones es más deficitaria, destaca el análisis elaborado por el profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Málaga, Alberto Montero. Además, el envejecimiento de la cartera de mutualistas va a seguir creciendo en un futuro y, con ello, el gasto total en prestaciones sanitarias para la entidad aseguradora.
Precisamente, el ritmo de crecimiento de las primas "desacompasado" con respecto al incremento del coste de la atención es uno de los factores que se encuentran tras la salida progresiva de Muface por parte de las aseguradoras privadas.
Una salida a la que se suma ahora un concierto desierto. El pasado martes terminaba el plazo para que las compañías se presentasen o no a la licitación de Muface. Ninguna decidió concurrir dado que han considerado insuficiente el incremento del 17,12% de las primas ofrecido por el Gobierno.
Es sólo el comienzo
Los problemas derivados del envejecimiento del funcionariado no han hecho más que empezar. En primer lugar, porque la edad media de los funcionarios ronda los 50 años y el ritmo de renovación de las plantillas es insuficiente. Un colectivo cada vez más envejecido es siempre un mayor coste para cualquier sistema de atención sanitaria.
De hecho, más de la mitad de los empleados públicos se encuentra en tramos de edad cercanos a la jubilación. En otras palabras, de aquí a los próximos diez años se jubilará entre el 50% y el 60% de los trabajadores del sector público. O, al menos, estarán en edad de hacerlo.
Además, tras su retiro seguirán disfrutando del sistema Muface, de manera que los problemas derivados del envejecimiento no es que se mantengan, sino que, previsiblemente, se agravarán.
No obstante, lo que está ocurriendo con el funcionariado y Muface sólo es la punta de lanza del mercado laboral español. El de los empleados públicos es un colectivo especialmente envejecido, pero la elevada edad media de los trabajadores alcanza al conjunto de los empleos y ocupaciones.
La edad media de los asalariados es de 43,5 años, mientras que en el caso de los autónomos se alcanzan los 48 años, según Funcas. Y pese a la gran incorporación de ocupados tras la pandemia de la Covid-19, especialmente de terceros países, la población activa de España es cada vez más mayor. Por tanto, esos problemas derivados del envejecimiento se irán haciendo más evidentes a corto y medio plazo.
Los trabajadores que no pertenecen al sector público no tensionarán la estructura de Muface, pero sí lo harán con la Seguridad Social. También en este caso, se trata de un sistema que no pasa por su mejor momento, a las puertas de la jubilación de la generación del baby boom y con un gasto en pensiones y otras prestaciones que crece años a año.
En el caso de los funcionarios, cuando están de baja es Muface quien asume parte del pago de la prestación por incapacidad temporal (IT) —a partir del día número 91 de baja—. Mientras, para el resto de los trabajadores es la Seguridad Social quien asume la parte determinada de lo que reciben los empleados por estar de baja.
Pero, en ambos casos, el desembolso en estas prestaciones está creciendo, y es previsible que lo siga haciendo en los años venideros. ¿El motivo? Cuanto más envejecen los trabajadores, más probable es que sufran problemas de salud que les impidan realizar su actividad laboral. Y ante esta situación, los sistemas de protección social estarán cada vez más comprometidos.