Un total de 1.151 millones de euros fue la dotación de los fondos Next Generation para rehabilitación de viviendas en 2021. De esa cantidad, se han asignado por las comunidades autónomas 1.014,2 millones de euros. Por tanto, todavía queda pendiente un 12%, es decir, 136,8 millones de euros.
Son datos recogidos por Asefave (Asociación Española de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas) que ponen de manifiesto que dichos fondos ‘caminan’ a un paso más lento del esperado. Unos fondos que pretendían ser un estímulo ante la zozobra de la situación económica, en general, y para avanzar en los objetivos de eficiencia energética del parque inmobiliario, en particular.
“El ritmo de publicación de convocatorias de ayudas en las comunidades autónomas fue más lento de lo esperado en la primera mitad de 2022, si bien se aceleró en la segunda mitad del año”, reconoce Pablo Martín, director de Asefave. “A pesar de que el ritmo de publicación mejoró, percibimos que ha costado adaptarse a los nuevos requisitos de las convocatorias de estos programas de ayudas”, señala.
Desconocimiento y confusión
La comunidad autónoma que tiene el porcentaje más alto por asignar es Galicia: un 43%. De los 67,2 millones de euros de dotación, solo ha puesto ‘en circulación’ 38,5 millones. Por tanto, tiene pendiente 28,7 millones.
La segunda en este particular ranking es La Rioja, con un 41%. De los 8 millones de dotación, únicamente ha consignado 4,7 millones (tiene pendiente 3,3 millones). Y la tercera plaza es para Castilla y León y Extremadura, ambas con una ‘deuda’ del 33%.
Castilla y León tenía en su haber 62,6 millones, de los que ha colocado 42,1 millones (pendiente, por tanto, 20,5 millones). En el caso de Extremadura, esas cifras son de 26,5 y 17,7 millones, respectivamente. Tiene pendiente 8,8 millones. El top 5 lo completa Cataluña, con 186 millones fijados, y 125,9 millones consignados. Por tanto, le quedan 60,1 millones para completar lo asignado.
“La complejidad de los procedimientos para pedir estas las subvenciones ralentizaron el proceso de puesta en marcha de los fondos y en muchos casos disuadieron a propietarios y empresas a iniciar el proceso de solicitud”, explica Pablo Martín. “Además, existe desconocimiento y confusión sobre las ayudas y las oportunidades de desgravaciones fiscales existentes”, agrega.
El directivo de Asefave pone el foco en que el acceso a estos fondos implica un trabajo coordinado con otros participantes. Es el caso de los técnicos encargados de redactar memorias justificativas y los certificados energéticos.
“Aunque en 2022 el impacto de los fondos en el sector no fue el esperado, poco a poco se está entrando en la dirección correcta y cada vez más empresas se están interesando en participar activamente en estos fondos”, remarca.
Simplificar procedimientos
A la hora de dar el empujón necesario a estos fondos, el experto señala que es necesario simplificar los procedimientos de solicitud de los mismos. Sobre todo en el programa 4, que es el referido a viviendas, que es donde mayor atasco se ha encontrado.
Además, propone la creación de un IVA específico para la rehabilitación “que permitiría avanzar mucho más que sólo con las ayudas y desgravaciones fiscales”. No solo un IVA reducido, sino incluso cero, “de la misma manera que se ha aplicado en otros sectores como en alimentación o energía”.
En conjunto, los fondos europeos comprenden más de 6.800 millones destinados a acelerar el ritmo de renovación y rehabilitación del parque inmobiliario hasta 2026. Durante 2022, se reformaron aproximadamente 1,75 millones de viviendas. Un dato a tener muy en cuenta porque fue un 1,4% inferior al de 2021, según la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac).
Además, la incertidumbre económica, el incremento del precio de las materias primas y la falta de cerca de 700.000 trabajadores especializados son otros retos a los que se enfrenta el sector, según Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI).
Los últimos datos del INE ponen de relieve que en España hay más de 18 millones de viviendas principales y secundarias. De ellas, un 66% fueron construidas antes de 1990. Por tanto, más de dos tercios necesitan rehabilitación y acondicionamiento para cumplir los objetivos de cero emisiones marcados para 2050.
La media de rehabilitaciones energéticas es de 30.000 al año. Desde UCI calculan que, para llegar a los objetivos de 2050 antes reseñados, sería necesario aumentar esa cantidad en un 900%. De esa manera se llegaría a las 300.000 rehabilitaciones anuales.
“El principal obstáculo a batir es concienciar al conjunto de la población sobre las ventajas de contar con un hogar eficiente”, afirma Cátia Alves, directora de Sostenibilidad y Rehabilitación de UCI.
De ahí que 2023 se antoje como un año clave. “Ya estamos viendo la publicación de nuevos fondos en aquellas comunidades que no publicaron ayudas con carácter plurianual, como es el caso de Castilla-La Mancha o Cantabria”, concluye Pablo Martín.