El interés por las viviendas de alquiler era 10 puntos superior (49%) al que suscitaba el mercado de la compraventa (39%) en febrero de 2020. Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, el número de particulares que se asomaba al mercado en búsqueda de un arrendamiento ha sido siempre superior al de aquellos que trataban de encontrar un inmueble en propiedad.
Sin embargo, la pandemia, el confinamiento y todo el tiempo que España pasó encerrada en casa han cambiado de golpe la estructura del mercado. Por segundo semestre consecutivo y por primera vez desde hace quince años, el número de particulares que acude al mercado inmobiliario a buscar exclusivamente una vivienda en propiedad es superior al de aquellos que sólo contemplan la opción del alquiler.
En concreto, según detalla el último informe del mercado publicado por Fotocasa, el 51% de los agentes del mercado se decantan ya por propiedad, mientras que el 41% lo hace por el alquiler. El restante, un 9%, baraja ambas opciones.
En comparación con los guarismos registrados antes de la pandemia, estas cifras reflejan un escenario significativamente diferente al que venía aconteciendo antaño. Para ser exactos, el interés por la vivienda en propiedad ha aumentado hasta en 12 puntos desde 2020. Un giro de 180 grados que tiene su razón de ser en la importancia que, tras la pandemia, se le otorga a la vivienda.
"La gente ha buscado mejorar su calidad de vida a través de sus casas. Ya no hablamos solo del mercado de las segundas residencias, estamos viendo una cantidad enorme de reformas: tabiques, salones, despachos… Apreciamos una demanda muy intensa a pesar de las actuales condiciones de financiación", señala María Matos, directora de estudios y portavoz de Fotocasa.
El mercado del alquiler ha perdido atractivo. Y ello no sólo se debe a que los particulares aprecian cada vez más el hecho de poder incorporar a su patrimonio una vivienda -un valor robusto ante los vaivenes económicos- sino también por la imposibilidad de acceder a un alquiler a un precio accesible.
Los principales mercados se han saturado de un tiempo a esta parte. Alquilar una casa de dos dormitorios ya es un 46% más caro que pagar una hipoteca por el mismo inmueble. "El alquiler ya venía disminuyendo desde 2018, quedan pocas viviendas accesibles y al final los inquilinos terminan destinando más del 30% de sus ingresos al pago del alquiler, les es más rentable pagar una hipoteca. Además, creemos que la vivienda se ha erigido como un valor refugio frente a la incertidumbre económica", explica Matos.
Bajo estas condiciones, comprar se ha vuelto una fórmula mucho más seductora que alquilar. En Madrid alquilar es 10.000 euros más caro a final de año que comprar, en Valencia la diferencia sube hasta los 16.000 euros y en Barcelona ya supone un esfuerzo cercano a los 17.000 euros anuales.
Desde febrero de 2021 el porcentaje de particulares en el mercado que buscaba vivienda en propiedad se encontraba en cifras muy próximas al alquiler. Durante el primer semestre del curso de 2022 la compraventa superó con creces al alquiler, pero el frenazo económico provocado por la guerra de Ucrania evitó que la tendencia se consolidase. Superado ese bache, la compraventa vuelve a estar al frente.
La demanda que vendrá
A pesar de las actuales condiciones de financiación que ofrece el mercado -propias de un contexto de altos tipos de interés- España cerrará, a expensas de que así lo confirme el INE en fechas próximas, el 2023 como uno de sus mejores años en lo que a compraventas se refiere.
De confirmarse la tendencia por la que ha transitado el mercado estos últimos meses, la compraventa va a superar las 500.000 unidades este año, un registro por encima de la media española -que suele estar entorno a las 400.000- y que evidencia el buen momento que atraviesa el sector.
Todo ello, se habrá conseguido a pesar de la importante cantidad de potenciales compradores que aguarda a que el Banco Central Europeo comience a bajar los tipos. En este sentido, el 22% de los españoles que no busca vivienda en este momento prevé hacerlo cuando las condiciones de financiación mejoren, señala el citado estudio.
Este dato hace presagiar que la demanda de vivienda en propiedad seguirá por encima de la de alquiler durante los próximos cursos. Así, el 42% de las personas entre los 25 y los 34 años prevé convertirse en propietario en el horizonte temporal de cinco años.
El precio de la vivienda en propiedad subió este 2023 un 6,3%. Está previsto que este año modere su subida y se quede en una pequeña escalada, del 1%. Algunos mercados, como los insulares, comienzan a dar signos de estabilización.