Las caídas del año pasado han sumido en el pesimismo a los inversores, que no han participado en los ascensos de este año. Creemos que las perspectivas actuales para el crecimiento económico y de beneficios empresariales se superarán y que las valoraciones tienen margen de mejora, tanto más cuanto que los bancos centrales han entrado en pausa.
En una de las películas favoritas de dibujos animados de mi hijo hay una escena en la que uno de los personajes le dice a otro: “Creo que has tocado fondo”, a lo que este último replica: “Lo bueno de tocar fondo es que desde aquí solo puede haber una dirección: hacia arriba”. Sin pretenderlo (supongo, vaya, porque la película, ¡Canta!, va de un concurso de canto entre animalitos. Muy recomendable, por cierto), se estaba dando uno de los mejores consejos que se pueden dar a un inversor. Cuanto más oscuro sea el panorama, cuando más le pidan sus instintos vender, más cerca está el final de la tormenta y más debe usarlos uno para comprar.
"Cuanto más oscuro sea el panorama, cuando más le pidan sus instintos vender, más cerca está el final de la tormenta y más debe usarlos uno para comprar"
El año pasado marcó el récord en número de activos que terminaron un curso en negativo. En diciembre, muchos indicadores de sentimiento inversor estaban en zonas de pesimismo extremo. Aconsejamos entonces la compra agresiva, pues parecía que si uno analizaba la situación intentando desproveerla de emociones, las cosas no eran ni de lejos tan dramáticas. Empezó el año 2019 con muy buen pie. Termina el trimestre y la tentación es recoger ganancias. La economía parece que sigue sin retomar el pulso previo, cuando no está en una acusada desaceleración, como en el caso del Viejo Continente. Y lo que preocupaba a los inversores -como el Brexit o las guerras comerciales de Donald Trump- sigue sin resolverse.
Creemos, sin embargo, que hay que mantenerse invertido y tener un poco más de paciencia. Para empezar, porque aunque no tiene nada de malo recoger ganancias, para eso hay que haberlas tenido.
La mayoría de los inversores no ha participado del rebote y, de hecho, ha habido salidas netas de la renta variable durante todo el inicio de año. Es un indicador que miramos muy de cerca: todo ese inversor que vendió en las caídas tendrá la tentación de volver al mercado si la subida tiene continuidad. Y debería ser el caso.
Creemos que durante este segundo trimestre el Brexit duro quedará definitivamente descartado y que Trump y Xi Jinping se sentarán a firmar un acuerdo comercial. Los bancos centrales, con la Fed a la cabeza, han apartado cualquier intención de ser más restrictivos en política monetaria, lo que suele ser muy favorable para los activos de riesgo, tanto más cuanto que aún gozan de valoraciones relativamente deprimidas, que no responden al escenario más probable en los próximos meses.
"Los analistas han rebajado tanto sus perspectivas de crecimiento de beneficios empresariales que no debería ser difícil una sorpresa al alza"
EEUU, la principal economía mundial, sigue gozando de una salud excepcional. Sin más subidas de tipos, con el desempleo por debajo del 4%, con los salarios de los más desfavorecidos creciendo por fin y con las rebajas fiscales sirviendo aún de viento de cola, una recesión parece altamente improbable en los próximos meses (recuerden, además, que en 2020 hay elecciones y Trump no querrá, seguro, presentarse a la reelección con un mal entorno macro).
Las desaceleraciones del resto del planeta parecen más que puestas en precio, especialmente en Europa, con una contracción tan acusada que se hace difícil pensar que algo pueda salir aún peor. Los analistas han rebajado tanto sus perspectivas de crecimiento de beneficios empresariales que no debería ser difícil una sorpresa al alza. Así pues, creemos que, a diferencia de la renta fija, en la que los diferenciales de crédito se han comprimido ya mucho y no parece que tengan mucho más recorrido, la renta variable y los activos emergentes siguen teniendo buen pronóstico. En nuestra opinión, los inversores lo ven todavía demasiado negro. Y ya saben, cuando algo parece que está tocando fondo… ¡canten!
* David Macià, CFA, director de Inversiones de Crèdit Andorrà Asset Management. Crèdit Andorrà Financial Group Research