Si me preguntasen cuál es el asunto que más me preocupa sobre la economía española a medio plazo, sin ninguna duda diría que es el futuro de las pensiones. En cambio, ahora que estamos en periodo electoral, veo a los líderes políticos debatiendo sobre qué partido se compromete a subir más las pensiones, sin que ninguno se atreva a plantear si al actual sistema de pensiones es sostenible, de lo cual yo tengo serias dudas.
Veamos en que me baso para decir esto:
1) Envejecimiento de la población. Debido a la caída de la natalidad, se está produciendo un envejecimiento de la población, lo que hace que aumente la tasa de dependencia y por tanto se vuelva el sistema insostenible. Si en 1980 había cinco trabajadores por cada jubilado; en 2016 eran tres; y en 2050 habrá menos de 1 trabajador por cada jubilado.
2) Aumento de la esperanza de vida. Otro factor que contribuye sin duda al empeoramiento de la sostenibilidad de las pensiones es el aumento de la esperanza de vida. En 1980, la esperanza de vida era de 75 años, por lo que el sistema tenía que pagar de media 10 años de pensiones. En 2016, la esperanza de vida había aumentado hasta los 83 años, por lo que el periodo de cobro de las pensiones se elevó a 18 años. En 2050, se estima que la esperanza de vida suba hasta los 88 años, por lo que aún con el alargamiento de la edad de jubilación hasta los 67, el sistema de pensiones tendrá que estar pagando a los pensionistas durante 21 años.
"Afrontar este problema sin duda puede tener un alto coste político para el partido que lo afronte. La solución pasaría por un pacto de Estado, algo difícil viendo la división actual entre partidos. No obstante, es algo que se debe hacer, y cuanto antes mejor"
3) Aumento del gasto de pensiones. El aumento del número de pensionistas, junto con el aumento de la pensión media que recibe cada uno de ellos, supone que en los últimos diez años el gasto en pensiones ha aumentado en 50.000 millones, lo que se traduce en un 0,5% más de gasto sobre el PIB anualmente. Y, por tanto, de aumento del déficit. A no ser, claro, que se compense con un aumento de impuestos o de reducción del gasto público en otras partidas. Sobre el aumento de impuestos, si cogemos los datos de IRPF de 2017 podemos ver que la cuota íntegra pagada por los contribuyentes con ingresos superiores a 60.000€ es de 14.300 millones, por lo que si el Estado decidiera doblar los impuestos -sin tener en cuenta la constitucionalidad de esto y el aumento de la economía sumergida- tendríamos 14.300 millones más de ingresos, lo suficiente para cubrir el aumento de las pensiones de tres años.
Sobre el recorte de gastos, si vemos las cuentas públicas, el 85% del presupuesto se dedica a políticas sociales y sueldos de los funcionarios, policías, etc…, dedicándose el otro 15% a partidas como defensa, medio ambiente, vivienda, cultura y gasto en infraestructuras, por lo que parece difícil recortar gastos sin un profundo cambio.
He de reconocer que afrontar este problema sin duda puede tener un alto coste político para el partido que lo afronte. Así, la solución pasaría por un pacto de Estado, algo difícil viendo la división actual entre partidos. No obstante, es algo que se debe hacer, y cuanto antes mejor. Cada año que pasa, la situación es más complicada y la solución más difícil. Y como hemos visto en el pasado, si el déficit se descontrola, vendrán de fuera a solucionarlo, como ha pasado en Grecia o Portugal.
* Antonio Aspas es socio de Buy & Hold