Cuando hablamos de ETFs (Exchange Traded Funds) o fondos cotizados nos encontramos con una situación paradigmática. Mientras que una gran parte de los inversores particulares sigue sin comprender qué son, las cifras de inversión en ellos no dejan de aumentar. Para comprender esta fotografía y la tendencia que dibuja este escenario, comenzaremos explicando qué son los ETFs y cuál es el origen de su éxito.
Los ETFs son fondos cotizados con características propias tanto de los fondos de inversión como de las acciones, cuyo objetivo habitual es la réplica de un índice. Su origen se sitúa en la década de los 90 y, en los últimos años, han incrementado considerablemente su gama de subyacentes. En este sentido, actualmente podemos ver ETFs que replican índices de renta variable, sectoriales, geográficos, de renta fija o materias primas e incluso réplicas del comportamiento inverso o apalancado.
"En la actualidad, los ETFs representan el 9,2% del total de las inversiones en Europa, mientras que en EEUU esta cifra se incrementa hasta el 18,9%"
Este amplio abanico de elección, sumado a las múltiples ventajas que escondían estos productos y que lentamente se han ido dando a conocer, han sido uno de los motores del gran auge de la gestión indexada que estamos experimentando hoy. Esta evolución queda reflejada en el 'Index Association Report' de junio de 2018, según el cual el patrimonio en soluciones indexadas a escala global pasó de 7 billones de dólares en 2009 a cerca de 16 billones de dólares en 2017. Es decir, en ocho años el patrimonio asignado a este tipo de soluciones de inversión se ha más que duplicado. El auge de la popularidad de los fondos indexados entre los inversores es un fenómeno observable en prácticamente todos los mercados del mundo, aunque es en Estados Unidos donde esta tendencia es más pronunciada.
En este sentido, merece la pena analizar las diferencias existentes entre Estados Unidos y Europa. En la actualidad, los ETFs representan el 9,2% del total de las inversiones en Europa, mientras que en EEUU esta cifra se incrementa hasta el 18,9%, según Morningstar. Esta situación, que se replica en la inversión en fondos indexados (8,4% en Europa frente al 20,2% de EEUU), refleja que el apetito por los fondos cotizados todavía tiene mucho margen de crecimiento en nuestra región, especialmente entre los clientes 'retail', que representan solo el 50% de la inversión europea frente al 68% de la estadounidense.
Es más, de acuerdo con el último BlackRock ETP Landscape, se espera que el volumen de inversión en ETFs se duplique en los próximos tres años, hasta alcanzar los 12 billones en 2023.
LAS CAUSAS
Llegados a este punto, no cabe duda de la tendencia alcista de este tipo de productos. Pero, ¿cuáles son las razones de este crecimiento?
Para empezar, la diversificación es uno de los elementos diferenciadores de este tipo de activos, ya que permiten a los inversores replicar el comportamiento de una cartera de valores o índice de referencia mediante la compra de una sola participación. Es muy importante que el ETF sea de réplica física.
Al mismo tiempo, estos vehículos, al referenciarse a un índice sin tener que adquirir una muestra de valores, permiten reducir los costes de ejecución de su estrategia, consiguiendo unos costes de gestión menores y evitando comisiones de suscripción y reembolso. De esta manera, los ETFs suelen ser mucho más competitivos en cuanto a comisiones respecto a los fondos de inversión no cotizados.
Por último, es necesario destacar las ventajas de la negociación en tiempo real, con la liquidez que ello supone. Esto se debe a que, al pertenecer al mercado de valores, la compra/venta de los ETFs se puede realizar durante el horario de contratación habitual, con una actualización constante de su precio similar a la que viven las acciones. Es decir, mientras que los fondos no cotizados cuentan con un valor liquidativo al cierre de la jornada, en el caso de los ETFs este valor se difunde a lo largo de la sesión. Dicho esto, es muy importante escoger ETFs que tengan elevados volúmenes y liquidez.
En definitiva, la tendencia al alza de los ETFs ha sido uno de los factores clave del crecimiento de la gestión pasiva en todo el mundo, pero en especial en Estados Unidos. El increíble aumento de la popularidad de este tipo de productos se ha debido a las ventajas que ofrecen, como liquidez, diversificación, bajas comisiones y facilidad de negociación y valoración. De hecho, ofrecen una alternativa interesante para aquellas personas con menor preferencia por la gestión activa.
No obstante, nosotros consideramos que lo más apropiado, si se desea invertir mediante la gestión pasiva, es tener siempre a un equipo de expertos que definan la estrategia de inversión y que escojan las geografías y los activos más apropiados en determinados contextos de mercado. Y por supuesto que se realice una monitorización de las carteras a diario. Escogiendo siempre ETFs UCITS (que cumplan con la regulación de una serie de directivas europeas), réplica física y que tengan elevada liquidez.
* Pilar Aranda, analista de Bankinter para Popcoin