Un plan de pensiones es un vehículo de ahorro que invierte en una serie de activos financieros que se empaquetan con el objetivo de obtener una rentabilidad en el largo plazo. En general, no hay un conocimiento pleno de lo que es la fiscalidad de los planes de pensiones, que permiten el diferimiento fiscal y generan un beneficio directo: desgravan en la renta.
Las aportaciones a tu plan de pensiones reducen tu factura con Hacienda, aminorando tu base imponible del IRPF. En el caso de los planes de pensiones de empleo, debemos contabilizar tanto las aportaciones realizadas por el partícipe como por la empresa al plan de empleo (como las que puedas realizar a otro plan de pensiones individual), hasta el máximo legal de 8.000 euros anuales.
"Por cada 1.000 euros aportados a tu plan, podrás ahorrar hasta 240 euros en tu siguiente Declaración de la Renta"
Como hemos dicho, la aportación anual máxima a un plan de pensiones es de 8.000 euros. Por cada 1.000 euros aportados a tu plan, podrás ahorrar hasta 240 euros en tu siguiente Declaración de la Renta. Las rentas más elevadas son las que más posibilidades tienen de beneficiarse de esta ayuda de Hacienda, que puede suponer hasta el 45% (rentas de más de 60.000 euros) de la aportación realizada. Para rentas más modestas (entre 12.450 y 20.200 euros) el ahorro fiscal es del 24% de la aportación.
Con ello se consigue una disminución de los impuestos y poder diferir el pago del impuesto de la Renta hasta el momento del rescate del plan, seguramente en la jubilación donde los rendimientos por trabajo son menores que cuando se está en activo. Realmente lo que me ahorro hoy con mis aportaciones al plan de pensiones, ¿lo voy a pagar en el futuro cuando lo rescate?
La respuesta es NO. Las aportaciones que realizas al plan de pensiones suponen entorno al 25-30% de gravamen para los sueldos más bajos, porcentaje que puede llegar hasta un 45% para los sueldos más altos. Frente a ello, encontramos el momento del cobro de la prestación, en el que el tipo puede estar en torno al 17% en pensiones de 30.000 euros. Esta diferencia ya supone un ahorro considerable en impuestos, a lo que se le unirá la rentabilidad generada por ese ahorro aportado al plan de pensiones a lo largo de los años.
Las prestaciones que se cobren durante la jubilación normalmente tributarán a un tipo inferior al que se tributó durante la etapa laboral. Si el ahorro fiscal generado año a año en la declaración de la renta se reinvierte en el plan de pensiones, el efecto multiplicador hace aumentar el importe acumulado de manera considerable.
Una vez que ya sabes lo que puedes desgravarte, debes hacerte tus cuentas. Antes de que acabe el año deberías hacer tu declaración fiscal, como si estuviéramos en el mes de abril. Con ello sabrás la cantidad que debes aportar de manera extraordinaria a tu plan de pensiones para ahorrar lo máximo posible. De esta manera no tendrás sorpresas cuando realices tu Declaración de la Renta en abril de 2020.
* Mª Luz Caparroso Arroyo es responsable de la Asesoría Jurídica y de Cumplimiento Normativo de Fonditel