Al contrario de lo que pasaba a inicios de 2019, este 2020 se presenta con mejores perspectivas económicas mundiales. Esto se debe, entre otros hitos, a la abrumadora victoria conservadora en las elecciones del Reino Unido; el acuerdo alcanzado entre EEUU y China para eliminar tasas y barreras comerciales; y la normalización de la curva de tipos de interés americana.
Pero, como hemos comprobado una vez más en 2019, lo que mueve a los mercados financieros no son las noticias esperadas, sino los sucesos que sorprenden al mercado (sean positivos o negativos). En este recién finalizado 2019 -frente a un sentimiento muy negativo-, las sorpresas han sido principalmente positivas, lo que ha llevado a que los principales índices mundiales subieran más del 20% en el año.
Por ello, lo interesante sería anticiparnos a las sorpresas que se pudiesen producir en el 2020. Para ello, vamos a hacer el ejercicio de enumerar algunas de las sorpresas positivas y negativas que pudieran darse en este año en distintos campos.
1. Geopolítica: las tensiones entre EEUU e Irán podrían mejorar o, por el contrario, llevar a un enfrentamiento. Esta segunda opción tendría graves implicaciones en las bolsas y en el petróleo.
"Siempre nos queda la estrategia de permanecer continuamente invertidos, confiando en que la bolsa, a largo plazo, es el activo más rentable, con rentabilidades medias superiores al 8%"
2. Relaciones comerciales: las relaciones comerciales entre EEUU y China, principalmente, aunque también con Europa (a la que EEUU también está presionando), pueden mejorar o empeorar, lo que tendría fuertes consecuencias bursátiles.
3. Elecciones en EEUU: actualmente, los mercados están descontando una victoria de Trump, lo que no tendría demasiado impacto. En cambio, una victoria de alguno de los candidatos demócratas más liberales sería mal recibida por el mercado. Por otro lado, una victoria de Biden o Bloomberg sería muy bien recibida.
4. Petróleo: el mercado descuenta un petróleo estable para el 2020. Una fuerte subida sería mal recibida, mientras que una fuerte bajada sería bien recibida.
5. Economía: el mercado espera un crecimiento débil en Europa y fuerte en EEUU. Cualquier dato que indique un mayor o menor crecimiento tendría un fuerte impacto, tanto en las bolsas como en la renta fija y las divisas.
Podríamos seguir viendo distintos frentes en los que se pueden producir sorpresas, pero, para los que no confiamos en poder predecir estas con demasiado éxito (como es mi caso), siempre nos queda la estrategia de permanecer continuamente invertidos, confiando en que la bolsa, a pesar de su volatilidad y fuertes caídas ante sucesos negativos, a largo plazo es el activo más rentable, ofreciéndonos rentabilidades medias superiores al 8%.