En las próximas semanas y meses se va a hablar mucho de reconstrucción económica. Esta va a tener que ser de una escala sin precedentes en la historia reciente, y vamos a ver grandes programas de inversión pública en los países occidentales.
Muchas voces en la UE piden que una parte importante de esta inversión se canalice a iniciativas incluidas en el Pacto Verde Europeo, para poder afrontar mejor los retos del cambio climático y la transición energética. Este es un campo en el que cada mes salen nuevas noticias de desarrollos o innovaciones, por lo que sería conveniente centrar bien el tiro de la inversión para conseguir el mejor resultado posible y no solo gastar el dinero en medidas que sean el equivalente de pagar a unos para cavar un agujero y luego pagarles para taparlo.
Uno de los principales centros de innovación del mundo, y de inversión en esta innovación, lo tenemos en Silicon Valley, por lo que es interesante girar la mirada hacia el oeste y ver cómo priorizarían los expertos de allí la gran inyección de fondos que vamos a acometer en Europa y en España. Con la ayuda de Twitter, podemos ver rápidamente la opinión de los gurús, así como las tendencias del sector.
De hecho, en estos últimos días se propagó por Twitter a gran velocidad un ensayo sobre la respuesta al coronavirus escrito por Marc Andreessen. Como fundador de Netscape y de la empresa de capital riesgo Andreessen Horowitz (inversores de Facebook, Twitter y Skype entre otras), Andreessen es una de las voces más autorizadas en Silicon Valley y su alegato generó muchas reacciones.
Bajo el título 'It’s Time to Build', que podríamos traducir por 'Es tiempo de construir' (aunque también podríamos usar las palabras producir, fabricar o crear), Andreessen critica la falta de preparación y la lentitud para responder en Occidente a la pandemia del coronavirus.
El mundo occidental no está suficientemente orientado a la producción y es por falta de voluntad
Ningún país ha sido capaz de fabricar rápidamente mascarillas, e incluso les ha costado ejecutar algo a priori tan sencillo conceptualmente como transferir dinero a sus ciudadanos (los 1.200 dólares de Trump). Andreessen argumenta que esto se debe a que el mundo occidental no está suficientemente orientado a la producción, y que esto es por falta de voluntad, ya que es más fácil quedarse en la inercia del statu quo en el que la creación y la producción de ciertos temas están externalizados a otros países.
Mirando hacia el futuro, Andreessen cree que toda la población debería estar enfocada en labores directas de "construcción" o asociadas a ella. Esto permitiría afrontar las grandes necesidades de la sociedad: desde viviendas, hasta carreras universitarias mucho más accesibles, pasando por infraestructuras esenciales como hospitales. El autor no entra en mucho detalle, pero anima a que la gente aporte su propia visión y sus propios ejemplos de lo que hay que "construir" en el futuro.
En las múltiples respuestas encontramos más concreción. En términos de transición energética y lucha contra el cambio climático, un ejemplo representativo lo proporciona Shayle Kann, de la empresa Energy Impact Partners, quien publicó el 20 de abril su réplica al ensayo de Andreessen, titulada What to build (climate edition).
Las recomendaciones de Kann se resumen en seis grandes bloques o prioridades: 1. La electrificación de la economía sobre la base de una generación 100% libre de carbono; 2. El hidrógeno verde; 3. El transporte público; 4. La descarbonización de la industria y el sector agrónomo; 5. La captación de carbono de la atmósfera; 6. Inversiones en eficiencia energética y mayor transparencia.
La electrificación de la economía sobre la base de una generación 100% libre de carbono implicaría la inversión en generación de fuentes renovables o nucleares, así como el desarrollo de una red eléctrica más resiliente, con mayor capacidad local para la generación y almacenamiento de electricidad.
Esta red debe ser además más eficiente a través de la implantación más extendida de innovaciones como los sistemas de monitorización inteligente de la red o los termostatos inteligentes en cada vivienda y oficina. También se debería aprovechar para una mayor electrificación de viviendas y vehículos junto con la implantación de infraestructuras de recarga eléctrica más extendidas.
El hidrógeno verde permite aprovechar los picos de generación de las renovables para generar hidrógeno a través de la electrólisis del agua. Esta palanca conllevaría la inversión en la generación a través de plantas dedicadas junto a los campos de generación fotovoltaica o eólica. Asimismo, habría que invertir en el desarrollo de una red para su transporte y almacenamiento, así como esquemas para incentivar su uso por la industria y como combustible para el transporte.
La expansión de redes de transporte público, tanto interurbano como local, iría asociada a la inversión en nuevos modos de transporte, como vehículos autónomos y micro movilidad que facilitaran traslados cortos urbanos. También se podría invertir en el rediseño de las redes viarias para mejorar su seguridad y eficiencia.
El alegato de Andreessen anima a desarrollar nuestras propias capacidades productivas y no depender solo de otros países
La descarbonización de la industria vendría a través de la implantación de nuevos procesos más eficientes y verdes (por ejemplo, en la fabricación del cemento), así como el desarrollo de nuevos materiales como los bioplásticos.
En el caso del sector agrónomo, se plasmaría en medidas como la inversión en desarrollo de alternativas a la carne con menos huella de carbono, así como sistemas y tecnologías que reduzcan las pérdidas en la cadena de suministro y el fomento de las técnicas de silvopascicultura en combinación con la ganadería extensiva.
Además de invertir en el desarrollo de tecnologías de captación de carbono de la atmósfera a gran escala, Kann propone el desarrollo de sistemas e infraestructura para convertir el carbono capturado en productos útiles (por ejemplo, cemento), así como la plantación de grandes cantidades de árboles.
La eficiencia energética se puede conseguir a través de incentivar la utilización de materiales constructivos más eficientes, así como un mejor aislamiento de edificios. Kann también propone múltiples ideas para una mayor transparencia de la huella del carbono, empezando por mejores sistemas de contabilidad del carbono para incrementar su visibilidad y utilización.
El alegato de Andreessen y las réplicas constructivas que ha generado nos dan una visión interesante y detallada de cómo aterrizar la gran inversión que el Gobierno español va a tener que afrontar. No solo nos dan un nivel de detalle relevante sobre cómo traducir la agenda y los objetivos del Ministerio de Transición Ecológica en medidas concretas, sino que también nos animan a desarrollar nuestras propias capacidades productivas y no depender solo de la capacidad de otros países.
*** David Ferrin es fundador de AI.