Después de semanas confinados, el país empieza a reactivarse poco a poco. La esperada desescalada está ya en funcionamiento, y aunque aún es incipiente y debemos ser prudentes, ha traído esperanza a los hogares. A pesar de que todavía estamos enfrentando la crisis sanitaria, es momento de que los agentes económicos y sociales nos preguntemos por cómo vamos a contribuir a la recuperación. En los próximos meses nos enfrentaremos al reto de reactivar la economía y reconstruir el tejido empresarial dañado.
La sociedad de estudios de Unicaja Banco, Analistas Económicos de Andalucía, coincide con la mayoría de expertos en que la pandemia va a tener un importante coste económico para España. Las previsiones apuntan a una contracción del PIB en 2020 que, según los escenarios más realistas analizados por el Banco de España, podría situarse entre el 9 y el 14%.
Lo cierto es que, además del incuestionable impacto económico, cuando la pandemia cese, nos vamos a encontrar con una sociedad totalmente distinta de la que dejamos hace muy pocas semanas. Una sociedad más avanzada tecnológicamente, con nuevos hábitos laborales y un sistema de teletrabajo más asentado. Una sociedad que ha cambiado sus hábitos de consumo, y que ahora mira más hacia un modelo digital; e incluso nos vamos a encontrar con un mundo en el que la globalización va a ser objeto de revisión.
Cuando la pandemia cese, nos vamos a encontrar con una sociedad más avanzada tecnológicamente
Las medidas adoptadas por el Gobierno y los distintos organismos europeos han contenido el colapso de la economía, pero quedan palancas por activar para reducir el impacto y, sobre todo, apuntalar una recuperación que no solo nos devuelva a los niveles de crecimiento de 2019, sino que, además, aporte valor al desarrollo futuro de nuestra economía. Debemos fortalecer las sinergias entre los sectores público y privado para responder con agilidad a las necesidades que el nuevo modelo de sociedad supondrá para los ciudadanos.
Las pymes y autónomos son especialmente vulnerables en esta situación. Muchos de ellos se han visto fuertemente afectados por la paralización de la actividad. La prioridad en este momento es dotarlos de la liquidez y flexibilidad necesarias para poder superar el impacto derivado de una caída de la actividad. Pero al tiempo que gestionan las necesidades acuciantes del ahora, deben anticiparse y prepararse para un futuro totalmente distinto. En el caso de muchas pymes, la pandemia ha impactado directamente en su modelo de negocio, que se está transformando de forma radical y a un ritmo vertiginoso.
Con motivo de la pandemia, hemos asistido a una aceleración de la transformación digital de las empresas. Se trata de un proceso en el que los grandes grupos empresariales llevaban tiempo trabajando, pero que ha cogido desprevenidas a muchas pymes y autónomos. De hecho, según el índice de Economía y Sociedad Digital de la Comisión Europea, a finales del año pasado, tan solo el 14% de las pymes españolas contaba con un plan de digitalización.
Las pymes deben anticiparse y prepararse para un futuro totalmente distinto
En las últimas semanas, a través de los ejemplos más cotidianos, hemos visto cómo una mentalidad digital ha permitido a muchos emprendedores adaptarse a las circunstancias y, al menos, reducir el impacto en su negocio.
Administraciones públicas, patronales y empresas debemos evitar que la digitalización se convierta en una barrera para el desarrollo de muchas pymes.
Es necesario trabajar para que las pequeñas y medianas empresas se conciencien de los beneficios de la digitalización, generando foros de encuentro e intercambios de experiencias; impulsar culturas corporativas y estructuras favorables al cambio dentro de estas organizaciones y, muy especialmente, facilitarles el acceso a los recursos humanos, técnicos y financieros necesarios para acometer esta transformación.
Aunque hay mucho por hacer, es cierto que ya se están viendo medidas de impulso, tanto por parte de las administraciones públicas como del sector privado. Hace pocos días el Gobierno aprobaba un nuevo paquete de ayudas y formación por valor de más de 70 millones de euros con el objetivo de acelerar el proceso de digitalización de las pymes.
Es importante tener en cuenta que no se trata de digitalizarse para resistir. El cambio debe trascender el momento e implicar una transformación que aporte valor a nuestro tejido empresarial y estructura social.
La digitalización puede ser una herramienta de gran impacto para luchar contra la llamada España vaciada, ayudando a muchos emprendedores a llevar a cabo su proyecto desde cualquier lugar con más facilidad, contribuyendo a impulsar la actividad empresarial y los servicios en las áreas rurales y favoreciendo un crecimiento más equilibrado.
Estamos convencidos de que la sociedad va a salir reforzada de esta crisis sanitaria, mejor cohesionada y mucho más sostenible.
*** Manuel Azuaga es presidente de Unicaja Banco