Debemos ser realistas. Los planes de choque del Gobierno no serán suficientes para que se pueda reactivar la economía. Los ICO y las moratorias son soluciones cortoplacistas, muy enfocadas para que los bancos puedan parar el primer golpe de la crisis, debido al incremento de la mora provocado por los ERTE, ERE, concursos de acreedores y cierres de negocios.
Actualmente los bancos sólo están enfocando estas ayudas a clientes existentes para poder limpiar sus balances, y están dejando a pymes, autónomos y microempresas que se estaban financiando con recursos propios sin deuda bancaria, sin tener en cuenta otros criterios como la solvencia financiera, innovación, viabilidad y sostenibilidad real de la empresa. No es descabellado decir que la mayoría de esta segunda categoría acabarán desapareciendo y será difícil recuperarlas.
El mayor problema vendrá cuando acaben las moratorias y la carencia del ICO. Podemos afirmar que en un año se disparará la mora y la demanda de refinanciación, y en ese momento los bancos, presionados por las provisiones por mora, consumo de capital, consolidación bancaria, tendrán que desapalancar sus balances, lo que provocará que las pymes deban buscar opciones alternativas de financiación para seguir funcionando.
Los bancos están dejando a pymes, autónomos y microempresas que se estaban financiando con recursos propios sin deuda bancaria
Por este motivo, es necesario que, desde hoy mismo, el Gobierno se adelante al enorme problema de liquidez que se avecina y decida apoyar la colaboración entre bancos y fintech. El objetivo: no dejar desamparadas todas aquellas pymes que no tienen acceso a los ICO que solicitan en su entidad bancaria. La solución: Fondos de Direct Lending o compañías fintech que complementen la financiación bancaria a dichas empresas cuando venzan estos ICO en 2021.
En países anglosajones, el regulador obliga a los bancos a traspasar a las fintech o fondos de deuda aquellos clientes a los que no les conceden más riesgo. Además, disponen de un Sandbox (o entorno de pruebas) para motivar la entrada de nuevos players, incentivos fiscales a la inversión en préstamos, y potencian la figura del mercado secundario.
Respecto a este último punto, cabe destacar que, para el correcto funcionamiento de un mercado primario, es indispensable disponer de un mercado secundario que permita negociar e intercambiar esos activos ya emitidos previamente.
La principal ventaja del mercado secundario para los tenedores de activos de deuda es clara: ofrece ventanas de liquidez para que los inversores puedan recuperar su inversión antes del vencimiento de los préstamos. Esto permite invertir en activos con vencimientos superiores a un año sin preocuparte tanto por el plazo.
Asimismo, el mercado secundario también ayuda a diversificar mejor una cartera, ya que el usuario tiene a su disposición una oferta más amplia de activos para reducir el riesgo y, además, con un histórico de pagos positivo (capacidad de pago probada) y, por lo tanto, reduciendo la pérdida esperada.
Por otra parte, disponer de un mercado secundario también aporta ventajas a los propios fondos de deuda y plataformas de crowdlending: permite generar liquidez en la cartera con la venta de una parte de la misma, otorga una solución una vez los fondos han sido cerrados y tienen préstamos pendientes de vencer, ayuda a mejorar el ROI (retorno de la inversión) destinando los fondos que obtienen de la venta de participaciones a nuevas oportunidades, amplia la capacidad financiera y facilita el encuentro de co-inversores.
En conclusión, las consecuencias del Covid serán las siguientes: está acelerando la digitalización del sector financiero, un desapalancamiento de los bancos a partir del 2021, motivado por la consolidación bancaria y el exceso de demanda de ICO y moratorias, que provocará un aumento de la mora y solicitudes de refinanciación.
Por otra parte, un aumento del mercado de deuda privada para absorber necesidades de financiación rechazadas por los bancos; la falta de liquidez en el mercado provocará que los fondos de deuda necesiten un mercado secundario para fondear sus operaciones y ampliar su capacidad financiera.
El confinamiento ha acelerado la transformación digital, cambiando las necesidades de los usuarios del sistema financiero. Cada vez será más importante contar con canales digitales para poder vender productos financieros.
Además, debido a la alta volatilidad, los inversores buscarán diversificar su cartera con productos de inversión alterativa des-correlacionados de los mercados tradicionales.
Finalmente, la caída del mercado inmobiliario provocará que muchos inversores diversifiquen su cartera de alternativos invirtiendo en préstamos.
*** Alejandro Villalonga es CEO de Lendmarket.