Haciendo gala del apodo de 'fondo activista', Amber Capital lleva un año tratando de mover las aguas para que Suez se desprenda de Agbar. Con solo un 2% de la empresa francesa, el vehículo inversor de Joseph Oughourlian quiere poner orden en la compañía para que cuadren los números y salir del grupo industrial con buenas plusvalías.
Con ese objetivo, el pasado verano puso precio a Agbar (3.000 millones de euros) y comenzó a mover su venta para forzar a París a mover ficha. En un mercado empachado de liquidez y numerosos fondos especializados en infraestructuras buscando oportunidades para comprar, la meta del fundador de Amber y vicepresidente de Prisa no era complicada. De hecho, la coló en el plan estratégico que Suez presentó el pasado otoño.
Pero a punto de conseguirlo, el coronavirus se ha cruzado en su camino y la operación podría quedar aparcada. Como dice un viejo banquero de inversión, el virus no ha acabado con el interés por cerrar operaciones, pero sí ha distanciado las expectativas de precio entre compradores y vendedores.
Ante el alto volumen con el que se estaban difundiendo los rumores de esa venta, Bertrand Camus (CEO de Suez) acudió a Bloomberg hace unos días para acallar en público las especulaciones: Agbar no está en venta, dijo.
Como único propietario de la empresa con sede en Barcelona con esa declaración debería zanjarse el tema, pero no se debe pasar por alto que un ejecutivo que quiere vender una empresa es lo único que puede decir en estos casos. En especial, si está al frente de una cotizada. En todo caso, en unos días saldremos de dudas.
A finales de este mes, Suez celebrará un consejo de administración sobre el que todavía no ha enviado ningún orden del día, pero en el que la operación saldrá a relucir, aunque sea de manera informal.
Estará presente Isidro Fainé, consejero de la compañía gala en representación de Criteria, que controla un 6% de Suez.
Cada vez que se aborda la venta de Agbar, todas las miradas se centran en Fainé. Criteria entró en el capital de Suez cuando vendió su participación en la compañía de aguas catalana.
Muchas cosas han pasado desde entonces y lo cierto es que la estrategia del brazo inversor de la Fundación La Caixa no es la misma que en el pasado. Sin embargo, los objetivos de Fainé son los mismos: dotar de recursos su obra social.
Y en un momento como el actual se pone de manifiesto que la diversificación de participadas que activó el vehículo inversor de La Caixa tras su salida de Abertis ha sido acertada. Sin ir más lejos, ha permitido compensar las pérdidas de dividendos sufridas por el golpe del Covid-19 a la cuenta de resultados de las empresas y a los dividendos.
No hay que olvidar que CaixaBank -la segunda participada detrás de Naturgy que más dividendos aporta al vehículo de la Fundación- solo ha podido entregar este año la mitad del dividendo por decisión de Christine Lagarde, que quiere preparar a la banca para el peor de los escenarios y no ha caído en las necesidades de las fundaciones bancarias.
Como recordó Fainé en la cumbre empresarial de la CEOE, "para hacer obra social, hay que ganar dinero". Esto significa que, más allá de los vínculos afectivos con Agbar, su entrada directa en el capital (ahora está presente a través de Suez) tendría que ser rentable. Algo que pasa por entenderse con el fondo que Rothschild y Société Générale encuentren para la compañía. Esos dos bancos de inversión son los que han sondeado el mercado para buscar comprador.
Una participación potente en Agbar de la mano de un fondo internacional y con presencia en la gestión enmarcaría esta operación dentro de las inversiones históricas e industriales de Criteria. Es decir, colocaría a la empresa de aguas que preside Ángel Simón en el pelotón de CaixaBank, Naturgy o el grupo financiero Inbursa. Sin embargo, Fainé ya no está en eso.
Con las plusvalías de Abertis, Criteria comenzó a diversificar hasta llenar su portfolio con cerca de 80 compañías. Entre medias (es decir, entre las grandes apuestas y esas pequeñas) se encuentra un tercer grupo formado por Suez (6%), Telefónica (1,2%) o Cellnex (5,5%).
Pero para entender cuál puede ser la decisión en última instancia de Fainé es imprescindible recordar lo que representa Agbar para Cataluña. Solo hay que mirar el skyline barcelonés y ver el rascacielos de Jean Nouvel para hacerse una idea. La Torre Agbar (ahora llamada Torre Glòries y propiedad de Merlin Properties) simboliza el arraigo de esa firma entre el empresariado catalán.
Tanto es así que tras mover su sede social a Madrid con el referéndum del 1-O, Suez fue una de las primeras (y únicas) grandes empresas en volver a Cataluña en septiembre de 2018, aunque lo hizo devolviendo a esa matriz solo las empresas con concesiones catalanas.
Superado ese conflicto, parecía que la venta estaría hecha antes del final de 2020. Pero el Covid-19 está alterando los planes. La cuenta de resultados de Suez ha salido dañada del virus, pero menos de lo que muchos esperaban y el negocio de las aguas va a ser protagonista en la contención de pandemias. Por eso, los franceses quieren repensar la operación organizada por Oughourlian y analizar otras posibles ventas.
Así que Criteria tendrá que esperar para tomar una decisión a lo que se decida en París (no olvidemos que la estatal Engie es accionista de Suez). Que estudiará la operación es seguro. Pero que entre en ella con un papel protagonista no está tan claro. A sus 78 años recién cumplidos Fainé tiene claras sus prioridades. Su arraigo está en la Obra Social.
ATENTOS A...
El fin del estado de alarma ha disparado el trabajo de los asesores fiscales. El motivo son las inspecciones que la Agencia Tributaria ha puesto en marcha para tratar de detectar irregularidades en las declaraciones de la Renta de años pasados. Hay que financiar la reconstrucción económica y los Presupuestos Generales del Estado en los que trabaja María Jesús Montero con una caída de ingresos que nadie supo prever.
Ante el desplome de la recaudación, el organismo que dirige Jesús Gascón se ha puesto manos a la obra con los contribuyentes y no solo con los autónomos, que siempre han estado en su radar. Por cierto, que muchos de ellos reciben estos requerimientos en el peor momento para tener que afrontar una multa tributaria.