“I got myself a Cadillac but I can't afford the gasoline”. Bon Scott.
Un aplauso. El descalabro de la economía española no tiene precedentes, es el peor de las economías desarrolladas y uno de los peores del mundo.
El PIB del segundo trimestre se desplomaba un 18,5% mucho peor que el 9,5% de Estados Unidos, y también peor que el 12,4% de Italia. Es una caída mayor que la media de la eurozona (-12,1%) y la media de la UE-27 (-11,9%).
El esfuerzo del gobierno se centra en decirnos que debemos olvidar estas desastrosas cifras, el millón de empleos destruidos, las 140.000 empresas cerradas, y centrarnos en la recuperación.
En los próximos meses vamos a recibir un torrente de propaganda sobre la recuperación centrado en dos mensajes: 1) “Esto le está pasando a todo el mundo”. Falso, nuestra caída es peor, con más paro y recuperación más lenta, y 2) “Me lo debéis todo”. Cualquier dato positivo será gracias al Gobierno y cualquier dato negativo, culpa de cualquier enemigo externo. ¿Recuerdan el subterfugio de “la crisis financiera internacional” cuando el Gobierno destruía más empleo que todo el resto de la Eurozona junta?
Pues bien, los datos de recuperación son, también, peores que los de las economías comparables.
Si analizamos el índice de actividad diaria que publica Bloomberg a partir de los datos de alta frecuencia, la recuperación de España ya era la peor de la Eurozona y además se ha estancado en julio. La temporada turística es parte del problema, pero ni de lejos el único factor.
Si analizamos la tabla de indicadores adelantados que publica el Ministerio de Economía, el consumo de energía eléctrica en junio sigue en negativo, y el indicador de confianza industrial (-12,7) cae en julio. La inmensa mayoría de los indicadores de confianza, ventas y consumo están en contracción en la tabla publicada el 30 de julio.
Jessica Hinds, en Capital Economics ya advierte desde hace tiempo que la economía española es la que más cae de la eurozona y también la que se recupera peor y de manera más lenta.
Las constantes amenazas de enormes subidas de impuestos ya suponen un impacto devastador en la recuperación de la inversión. La caída en formación bruta de capital según estimaciones de consenso se concentraría entre septiembre y diciembre, y podría alcanzar un desplome del 22% según S&P Ratings.
Las constantes amenazas de enormes subidas de impuestos ya suponen un impacto devastador en la recuperación de la inversión
El Gobierno sigue empeñado en subir los impuestos porque “hay que recaudar más”. Y solo lleva al país a la recesión, a recuperarse peor y destruir ingresos fiscales futuros hundiendo las bases imponibles.
Las subidas de impuestos al trabajo de 2018 y 2019 ni ayudaron a recaudar más ni reducen el desplome de ingresos. ¿Subir impuestos para recaudar más? La subida de impuestos al trabajo ha llevado a que la destrucción de empleo sea mayor y ¿saben cual es el impuesto donde más cae la recaudación? Exacto. El IRPF. Según las cifras de Contabilidad Nacional, el Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas cayó un 28,7% (lean esta información en Invertia). Toma “éxito” de las subidas de impuestos para “recaudar más”, un millón de empleos destruidos y una caída de 28,7% de ingresos, muy superior a la caída porcentual del PIB y del número de afiliados.
La realidad de las subidas de impuestos que hemos sufrido desde la salida de la anterior crisis es que ni se reduce la deuda en época de crecimiento, porque el sector público gasta mucho más de lo que se ingresa, y se debilita la economía de una manera mucho mayor en recesión.
El Gobierno se vanagloria de haber lanzado enormes paquetes de apoyo a empresas y autónomos pero la realidad es que, además de ser el Gobierno de la eurozona que menos apoyos ha anunciado, ha dejado abandonado a todo el sector productivo.
Los avales solo permiten a las empresas endeudarse para pagar impuestos en el futuro
Los famosos avales anunciados solo permiten a las empresas endeudarse para pagar impuestos en el futuro, los ERTE solo parchean y esconden el drama de pérdidas, quiebras y cierres al que se enfrentan las empresas.
Se ha abandonado al sector turístico con la desescalada más incompetente (y ese “comité de expertos” inexistente), generando desconfianza en nuestros países socios con datos equívocos y mala gestión, se ha abandonado al automóvil, a los exportadores, a los agricultores (que además se encuentran con 5.000 millones de euros menos de la PAC mientras el gobierno se aplaude a sí mismo) y a los autónomos, que siguen sufriendo las altas cuotas y los desorbitados recargos cuando se retrasan en el pago de impuestos.
El sector privado no pide favores al sector público, pide que no le expolien más y le pongan más escollos todavía y le recuerda que todo ese endeudamiento y gasto que están anunciando se hace exclusivamente gracias a los ingresos del sector privado. Sin empresas no hay sector público.
Un Gobierno que se equivocó diciendo que la crisis no iba a tener impacto, que se equivocó en expectativas de caída de producción, empleo, déficit e ingresos, tiene que reconocerlo, empezar ya a escuchar a los agentes económicos y creadores de empleo y dejar de empecinarse en mantener una política económica y fiscal extractiva.