“No hay nada semejante a una revolución no violenta”. Malcolm X.
La columna de esta semana no versa sobre la ilustre obra del mismo nombre de Ortega y Gasset, sino que trata del interesante movimiento romántico acaecido la semana pasada en el mercado bursátil estadounidense en el que una multitud de jóvenes puso en jaque a algunos hedge funds (fondos de inversión libre).
Elon Musk, el actual hombre más rico del mundo y CEO de Tesla, tuiteó el 28 de enero: "No puedes vender casas que no posees, no puedes vender coches que no tienes, pero ¿¡puedes vender acciones que no posees!? Vender en corto es una estafa legal permitida por motivos que ya no tienen razón de ser".
El libre mercado rige el mundo, pero a todos nos parecen injustos los monopolios, por ello existen los tribunales de defensa de la competencia. Del mismo modo, es legal ganar dinero con las caídas en bolsa: vendiendo futuros, comprando opciones put, vendiendo opciones call, etc. Pero como en todo, puede haber abusos.
Recordemos el fatídico 2008: el mercado empieza a caer fuerte, algunos hedge funds aprovechan para vender en corto, es decir, para vender acciones a crédito. Esa venta de títulos que acaban de recibir prestados hace que el mercado acentúe las caídas y comience el círculo vicioso: los inversores entran en pánico y venden más.
Al mismo tiempo, se activan las órdenes automáticas con las que funcionan algunos productos/servicios (basados en algoritmos, estrategias VaR, etc.) como, por ejemplo, los roboadvisors. Estas órdenes de stop loss se activan para parar las pérdidas, pero intensifican aún más las bajadas. Entonces, los hedge funds recompran a precio de saldo las acciones que recibieron como préstamo y las devuelven.
Se crea un escenario horrible en el que se genera un efecto riqueza negativo que afecta a los ciudadanos que tienen ahorros en bolsa para beneficiar sólo a unos pocos especuladores. Los organismos supervisores reaccionan prohibiendo temporalmente las posiciones bajistas, pero a veces actúan tarde.
Recientemente, algunos hedge funds como Melvin Capital decidieron apostar a la baja contra la cadena de tiendas de videojuegos GameStop, un negocio en decadencia. Esto desencadenó la ira de muchos inversores minoristas que se movilizaron a través de Reddit (red social que funciona a base de foros) y empezaron a operar masivamente a través del broker online de moda: Robinhood. Veamos en este gráfico de Financial Times lo que sucedió después:
Los foreros de Reddit operaron en tromba elevando muchísimo el precio de GameStop y obligando a los hedge funds a cerrar sus posiciones bajistas para parar la sangría de pérdidas que iban a experimentar, ya que las acciones que supuestamente iban a recomprar más baratas para devolverlas les iban a salir tremendamente más caras. Al comprar acciones los hedge funds para cerrar las ventas en corto, GameStop subió aún más, recibiendo un escarmiento y generando una burbuja.
Los foreros hicieron lo mismo con otras acciones supuestamente decadentes como BlackBerry o AMC (cadena de cines). Veamos la magnitud del tema en este gráfico, donde podemos comprobar que GameStop se negoció mucho más que cualquier gigante tecnológico:
Robinhood surgió como plataforma financiera con un objetivo que su propio nombre delata: que los pobres puedan operar como los ricos. Los foreros la usaron hasta que, en plena efervescencia, el broker online prohibió comprar GamesStop, pero no vender. Esto generó el enfado monumental de las masas, liderando la indignación Elon Musk.
Aparentemente, Robinhood velaba por los ricos y daba la espalda a los pobres. Pero lo más probable es que el motivo fuera otro: en el mercado americano, hay un desfase de dos días entre la entrega de los valores por el vendedor y del dinero por el comprador que obliga a los intermediarios a prestar garantías. La avalancha de compras, junto a la mayor volatilidad, hizo que la cámara de compensación elevara las garantías.
Pero las sospechas no surgen gratuitamente. Robinhood presume de que no cobra comisiones. Su principal ingreso son los pagos que recibe de “creadores de mercado” como Citadel (grupo que también gestiona hedge funds) a los que encarga la ejecución de órdenes.
Al casarlas internamente, reducen riesgos y pueden aplicar diferenciales menores que los del mercado bursátil dejando margen para pagar retrocesiones a Robinhood. Pero esto proporciona a los “creadores de mercado” una información adelantada que les permite tomar posiciones propias en los valores negociados y aplicar elevados spreads de compraventa incompatibles con la obligación de “ejecución óptima”.
Aun así, este gráfico de la CNBC desvela que, en lugar de sufrir un castigo, el ruido y los titulares de prensa confusos impulsaron la apertura de cuentas en Robinhood:
La realidad es que, salvo honrosas excepciones, la rentabilidad de los hedge funds es bastante pobre. Sin embargo, sus principales gestores ganan entre seis y diez veces lo que gana Messi. Infografía de Statista:
Todo lo ocurrido sólo tiene una clara utilidad: denunciar los abusos de mercado que a menudo cometen los hedge funds cuando juegan en corto de forma salvaje. No se puede tolerar que desestabilicen los mercados, pero también es cierto que la protesta desestabilizó las bolsas y alejó a las acciones de sus valores fundamentales, llamando la atención de inexpertos con ganas de dar el pelotazo y transformando los parqués en casinos.
No me gustan nada los bajistas, pero también es de recibo reconocer que dotan de liquidez al mercado y que, si no existieran como contrapeso, los mercados se irían al infinito absurdamente.
Recordemos las palabras de Richelle Mead: "Las más grandes y poderosas revoluciones comienzan a menudo muy silenciosamente, ocultas en las sombras".