El balance del mes de junio fue bastante positivo. El mundo parecía salir definitivamente de una larga e intensa segunda ola que había afectado a buena parte del planeta en los meses de abril y mayo (véase gráfico 1).
Los avances en la vacunación en buena parte del mundo desarrollado, en especial en EEUU y Europa, y la llegada del verano en el hemisferio norte prometían un mes de julio bastante más tranquilo. Pero el coronavirus ha demostrado ser bastante más complejo de lo que se temía, y la extensión de la variante Delta en muchos países de Asia, América del Norte y Europa ha dado en muchos países de Asia, América del Norte y Europa han dado al traste con estos pronósticos optimistas.
1. Nuevos casos diarios en el mundo
Muchos lectores pensarán, probablemente como resultado de proyectar la situación europea o española a la escala mundial, que este aumento de la incidencia no se ve reflejada en un aumento de la mortalidad asociada a la pandemia. Eso es verdad para los países de nuestro entorno, pero desgraciadamente no lo es para el mundo en su conjunto.
2. Nuevas muertes diarias en el mundo (y medía móvil 7 días)
En el gráfico 2 recojo el número de muertes diarias a escala planetaria que, en la actualidad, tomando una media móvil de 7 días, asciende a unos 9.000 fallecimientos por día, los mismos que había en marzo de este año, cuando la vacunación era incipiente, o en noviembre del año pasado, cuando no existía la vacuna.
Por tanto, mirar el número de casos sigue siendo relevante, al menos cuando consideramos el planeta en su conjunto. Más adelante discutiremos, una vez más, si lo sigue siendo para el caso de nuestro país o los de la Unión Europea.
La incidencia mundial en julio
Como acostumbro hacer en estos informes mensuales, recojo en la Tabla 1 la selección habitual de países y regiones del mundo, asignando el color rojo a aquellos que han empeorado con respecto al mes de junio, en verde a los que han mejorado y en negro a los que se han mantenido estables.
1. Nuevos casos Covid en 2021
Lo primero que llama la atención de esta tabla es el predominio del color rojo en la columna correspondiente al mes de julio, tras dos meses donde el color dominante había sido el verde. El mundo en su conjunto ha repuntado hasta los 15,5 millones de nuevos casos, el cuarto peor mes del año, y lo ha hecho en buena parte de las regiones.
Destaca Europa (excluyendo Rusia y Turquía) y los EEUU, que casi han triplicado los casos del mes de junio. Lo llamativo de estas dos regiones es que el aumento de la incidencia se ha producido pese a tener unos ratios de vacunación superior al 50% de la población. Con ello ha quedado cuestionado que la vacunación, al menos a estos niveles, sea una condición suficiente para frenar la pandemia. También ha resultado tocado el argumento del “verano”, buena temperatura y ambiente más propicio para actividad en el exterior, como factores que supuestamente ayudarían a frenar la extensión de los contagios.
Aunque el caso europeo lo trataré más adelante, destaca la mejoría de algunos países, que han tomado medidas a tiempo y no han basado su estrategia sanitaria exclusivamente en la vacunación. Es el caso de Alemania y, más llamativo aún, el de Polonia que apenas ha registrado 3.000 nuevos casos (tuvo 470.000 en abril), pese a ser de los países europeos más rezagados en la vacunación.
En América Latina, pese a la llegada del invierno en los países del cono sur (Chile, Argentina, Uruguay), se ha registrado una importante mejora de la incidencia en buena parte de la región. Una de las excepciones es México que ha seguido la estela de EEUU. Cuba también ha registrado niveles récord de contagios.
En Asia ha habido de todo. En la India, origen de la variante Delta, la situación ha mejorado significativamente, reduciendo las nuevas infecciones a casi la mitad. Indonesia e Irán han alcanzado niveles récord. Y en el Extremo Oriente ha sorprendido el deterioro de países que habían sido relativamente exitosos en toda la pandemia, como Corea del Sur o Japón.
Especialmente llamativo es el caso de Vietnam. Puesto como ejemplo de país tremendamente exitoso, uno de los líderes del modelo Covid-0, apenas había tenido 3.000 casos en toda la pandemia hasta llegar al mes de mayo, donde las cosas empezaron a deteriorarse y en julio ha alcanzado los 129.000, multiplicando por casi 14 los casos de junio. También han empeorado otros países Covid-0 como China, Australia y Nueva Zelanda, aunque manteniendo en todos los casos incidencias muy bajas.
La variante Delta ha hecho estragos, en lo que se refiere a incidencias, en buena parte de Europa, salvo las excepciones mencionadas, como es el caso de Polonia. En el Gráfico 3 y la Tabla 2, presento el balance del mes de julio para los cinco grandes países europeos.
Destacan dos países, el Reino Unido (UK), que ha superado el millón de casos en julio, triplicando los registros de junio, y España, que ha superado los 650.000 en julio y ha multiplicado por 5 los contagios del mes anterior. A una cierta distancia está Francia, con más de 350.000 casos, y triplicando el flujo de junio. Italia y, sobre todo Alemania, han tenido un resultado mejor. Sin embargo, en la última semana del mes, se producía el caso contrario: sólo mejoraban UK (-30%) y España (-10%) y empeoraban el resto.
El caso de España
Aunque el Reino Unido fue el pionero en la extensión de la variante Delta, seguido de Portugal y algunos países del Este, el récord mensual se lo ha llevado España. En número de casos, julio ha sido de los peores meses de la pandemia. Casi un 1,4% de la población se ha contagiado en este mes, aunque afortunadamente y gracias a la vacunación, no se ha traducido en unos niveles dramáticos de ingresos hospitalarios y fallecimientos. Aun así, tal y como recojo en la Tabla 3, 611 fallecidos en el mes de julio me siguen pareciendo una barbaridad.
La aplicación del “modelo sueco”, dejar que los jóvenes se contagien y alcancen la inmunidad de rebaño “natural” una vez que los más vulnerables han sido protegidos con la vacunación, ha sido explícita en el Reino Unido, sobre todo a partir del cambio de ministro de Sanidad.
En España nunca se ha reconocido esa opción como decisión política de iure, aunque a juzgar por los datos, en el fondo se ha optado por ese modelo de facto. Lo que no tiene mucho sentido, en mi modesta opinión, es, como proponen algunos, dejar de fijarse en las incidencias y tomar las decisiones en función de las hospitalizaciones.
Esta última variable va con retraso con respecto a la incidencia y, una vez calculadas las correlaciones entre una y otra, que han disminuido notablemente por la vacunación, es más eficiente reaccionar ante un repunte de la incidencia, que tiene lugar 15 días antes de las hospitalizaciones. En cualquier caso, de aplicarse el modelo sueco, lo más coherente sería no seguir ninguna variable, y dejar que la inmunidad de rebaño natural aflore a partir de los contagios.
A riesgo de ser repetitivo, vuelvo a reproducir los argumentos por los que creo que deben seguir controlándose los casos, y los tomo literalmente de mi artículo de hace un mes, cuando apenas comenzaba la 5.ª ola:
1. Aunque la correlación entre casos, hospitalizaciones y fallecimientos (que en cualquier caso tienen un retraso de 2-3 semanas) haya caído significativamente con la vacunación, no es nula y, por tanto, seguirá habiendo un número, aunque sea pequeño, creciente de ingresos y fallecimientos, en comparación con un escenario de baja incidencia, que resultaría en unos niveles casi nulos de ambas variables;
2. El “long Covid” o efectos a largo plazo de la enfermedad sobre algunos de los que hayan sufrido la infección, también de los jóvenes, algo que está en estudio;
3. El riesgo de mutación o aparición de nuevas variantes, que es mayor cuanto más alta sea la circulación del virus;
4. Aunque a nosotros nos “diera igual el número de casos”, a otros países, en particular, nuestros principales emisores de turismo, puede que sí les importe la incidencia, lo que daña nuestra temporada turística. Este ha sido el caso de las restricciones impuestas por parte de Alemania, Francia, Bélgica, y otros países europeos, así como la recomendación de no viajar a España por parte de las autoridades de EEUU.
¿Qué escenarios se plantean para el resto del verano?
Tras alcanzar el pico de la 5.ª ola el pasado 27 de julio, con una incidencia acumulada a 14 días de 702, se plantean dos nuevos interrogantes. ¿Cuál será el ritmo de bajada? ¿Qué haremos a partir de septiembre?
A la segunda pregunta no me atrevo a responder, en estos momentos. A la primera, sí. Si se mantiene la simetría de esta ola, como lo fueron las anteriores, el ritmo de bajada será parecido al de subida. Ello implicaría un descenso de unos 600 puntos en algo más de un mes, a un ritmo medio de unos 18-20 puntos diarios, dependiendo de si el escenario es más o menos optimista.
Ello nos situaría en septiembre con una incidencia a 14 días en torno a 100-150, con un nivel de vacunación en torno al 75% de la población. Para muchos ese significará, en la práctica, “el final de la pandemia”. Pero ¿cuántas veces se ha anunciado ese final?